La noche de Halloween es una ocasión ideal para disfrutar de varias películas de terror. Eso es algo de lo que son muy conscientes en Netflix, por lo que a lo largo de octubre ha ido añadiendo a su catálogo varios títulos para que sus clientes no tengan que buscar en otro sitio que ver un día tan señalado. Una de ellas es ‘Nadie duerme en el bosque esta noche’, que se está vendiendo como el primer slasher polaco.
Lo cierto es que ‘Nadie duerme en el bosque esta noche’ se lanzó primero en su país de origen hace varios meses. Estaba previsto que se viera primero en cines, pero la pandemia de coronavirus llevó a su lanzamiento en la plataforma, pero no ha sido hasta el 28 de octubre cuando ha comenzando su expansión internacional. La película no engaña a nadie, ya que es un slasher resultón que no se desvía demasiado de lo que uno esperaría de una producción así.
Matizando el arquetipo
‘Nadie duerme en el bosque esta noche’ nos transporta a un campamento para adolescentes con el fin de curar su adicción a la tecnología, por lo que todos ellos han de entregar sus móviles antes de pasar a disfrutar de la naturaleza que les rodea. Dejando a un lado lo discutible de la premisa -pensar que uno se puede desenvolver con soltura en el mundo actual sin tecnología es de lo más discutible-, lo que nos importa es que así es como se introduce al grupo protagonista, donde cada uno de sus integrantes responde a un arquetipo diferente de este tipo de películas de terror.
Eso sí, en el prólogo que da inicio a la película ya se nos deja claro que hay una amenaza terrible en el interior de una casa dentro de se bosque con una escena que trae irremediablemente a la cabeza el arranque de ‘It’. Un pequeño aperitivo para que al espectador le compense ser paciente con lo que sucede durante los siguientes minutos, en los cuales sucede algo un tanto particular, ya que el guion de Bartosz M. Kowalski, también director de la película, Jan Kwiecinski y Mirella Zaradkiewicz recurre sin pudor a los estereotipos pero intenta matizarlos un poco.
Desde la introducción de pequeños apuntes sobre la sociedad polaca actual -no esperéis nada muy elaborado, pero sí detalles aquí y allá que nos recuerdan la nacionalidad de la película- hasta cierto trabajo de desarrollo de personajes curioso en el momento por inesperado que algo así suceda pero que acaba resultando un tanto improductivo cuando empiezan a sucederse las muertes. Tampoco ayuda alguna otra debilidad del guion, una especialmente importante que acaba dando pie a una búsqueda del impacto tan fácil como vacío.
Más convincente es la hábil utilización de los escenarios naturales por parte de Kowalski, dotando de un aire ligeramente siniestro al bosque en el que acontecen los hechos. Ahí la banda sonora de Radzimir Debski también tiene su importancia para que en esos minutos entre la presentación de personajes y la masacre no sean mero relleno. Habrá quien se impaciente porque simplemente quiera ver el mayor número posible de muertes, pero eso no es lo único que le interesa a ‘Nadie duerme en el bosque esta noche’.
Un pasatiempo cumplidor
De hecho, hasta se permiten en lujo de hacer una pausa generosa en tiempo para explicarnos el origen de esa criatura monstruosa que está sembrando el caos y cuyo diseño trae a la mente a los villanos de la saga ‘Km. 66. Desvío al infierno’. Ya en la cinta protagonizada por Eliza Dushku se detectaba la influencia de clásicos del terror como ‘La matanza de Texas’ o ‘Las colinas tienen ojos’, algo también evidente en ‘Nadie duerme en el bosque esta noche’, aunque aquí amplían el horizonte hasta el slasher surgido a raíz del gran éxito de ‘Viernes 13’.
En lo referente a las muertes, Kowalski opta por lo exagerado, llegando incluso a cortar a gente por la mitad. Eso sí, aunque el gore está presente en dosis generosas, lo que quizá falta es un mayor presupuesto para mostrar de forma más gráfica las muertes. La película se queda al final en un punto medio entre las muertes prudentes que caracterizaron al slasher de mediados de los 90 surgido tras ‘Scream’ con el mayor salvajismo de los años 80. Una apuesta peculiar pero que acaba por resultar efectiva.
La mención a ‘Scream’ también aplica a una ligera capa de humor que nunca llega a estar en primer plano y a una conversación sobre ciertas reglas del cine de terror que hace a uno pensar de forma irremediable en el personaje de Randy Meeks de la cinta de Wes Craven. Eso sí, en lo referente a los orígenes del mal sí que ‘Nadie duerme en el bosque esta noche’ te hace pensar más en los años 80, permitiéndose una pequeña parada en el camino para conocer los orígenes de lo sucedido. Siempre ha sido más que suficiente optar por esa vía en lugar de por precuelas como la reciente ‘Leatherface’ que a la hora de la verdad acaban aportando bien poco.
Por lo demás, el reparto no aporta demasiado a sus personajes pero tampoco resulta molesto. Sí que se hubiese agradecido algo más de expresividad para aprovechar esas pequeñas desviaciones de los roles habituales que les caen en suerte, pero todos ellos, tanto los que tienen más presencia como los que con carne de cañón instantánea, no dejan de ser piezas en un tablero que únicamente pretende ofrecer un entretenimiento sangriento al espectador sin plegarse de forma absoluta a las convenciones de este subgénero.
En resumidas cuentas
Si te apetece ver un slasher que te va a dar lo que esperas de una producción así pero con pequeñas distinciones, ‘Nadie duerme en el bosque esta noche’ es tu película. Con eso no quiero decir que la cinta de Netflix sea memorable, pero sí cumple con cierta holgura unos mínimos para poder disfrutar con ella, convirtiéndola en una opción a tener en cuenta para este próximo Halloween.