Se estrena en Amazon Prime Video ‘Motherland: Fort Salem’, una nueva serie sobrenatural de aventura bélica y brujería en una Norteamérica alternativa, al estilo de ‘El hombre en el castillo’ ( The Man In The High Castle, 2015 – 2019), solo que aquí, las brujas han dejado de ocultarse desde hace 300 años, en los que han servido como soldados de la nación, luchando en guerras o contra otras amenazas sobrenaturales, principalmente el grupo terrorista Spree.
Una idea bastante interesante que se resuelve en 10 episodios con un tono de cine juvenil similar al de sagas como ‘Los juegos del hambre’ (The Hunger Games, 2012) o ‘Divergente’ (Divergent, 2014), películas de fantasía con ecos bélicos que plantean sociedades en las que un grupo de jóvenes deben luchar contra el sistema, generalmente con elementos de violencia parecidos al del cine más adulto, pero con un nivel rebajado que deja el producto a medio camino.
Quizá un poco ya fuera de la tendencia, el formato funciona mucho mejor como serie de televisión de personajes recurrentes y situaciones que se repiten porque, sencillamente, juega más honestamente sus cartas de serie dirigida a un público adolescente o tardoadolescente, dando importancia a las tramas amorosas y las preocupaciones propias de universitarias en primer año que no tanto los vericuetos históricos de su ficción. Sin embargo, no es una simple traslación del espíritu telenovela al fantástico.
American Witches
La idea de la línea de tiempo alternativa detrás de ‘Motherland: Fort Salem’, creada por Eliot Laurence tiene diferentes ramificaciones dramáticas para crear giros y sorpresas y la idea de brujas que defienden al país de terroristas tiene otro tipo de implicaciones paralelas a nuestra época actual que permite cierta sátira y volcado de ideas de forma sutil o explícita. No dejamos de estar viendo una serie cuyas protagonistas son mujeres que tienen el máximo poder en sus manos.
La mitología de la serie explica que, tras alcanzar un acuerdo con la colonia de la bahía de Massachusetts en 1692, cuando las condiciones eran poco favorables para las brujas del Nuevo Mundo, las mujeres con magia han librado las guerras de Estados Unidos contra las de otros países. No hay mucho sobre cómo se desarrolla la historia de EE.UU. en esa situación. Porque podría dejar implícito que las tropas de hechiceras lideraron el genocidio contra los nativos americanos, que lucharon a favor o en contra de la esclavitud o invadieron Vietnam.
‘Motherland: Fort Salem’ prefiere no meterse en jardines y tan solo propone otra historia en la que caben aventura de espionaje y fantasía con toques feministas, finalmente con ramificaciones de cine bélico. En el primer acto podemos ver el clásico periodo de entrenamiento, un poco como ‘Harry Potter’ o ‘Las escalofriantes aventuras de Sabrina’, pero con una actitud más cercana a la disciplina de un sistema militarizado.
Lo que la secuela de ‘Jóvenes y Brujas’ no pudo ni soñar ser
La dinámica de la serie sgue al grupo de brujas “buenas” en su campamento mientras lidian con el juego sucio y los ataques de los terroristas, más bien una sección similar a ellos. Aunque pueda parecer una similitud extraña, el devenir de los episodios no es muy diferente que la lucha contra la banda del Araña de la serie infantil ‘Valle Secreto’ (Secret Valley, 1982-1985) pero con el tono de ‘Jóvenes y Brujas’ (The Craft, 1996) en el que la pandilla hubiera reclutado a un montón de brujas como ellas.
A veces la serie es bastante ambiciosa y tiene ideas bastante subversivas, como el uso de drogas, orgías pactadas que mejoran la fuerza del grupo y una estética con elegancia militar y motivos góticos. Pero la mejor parte está en la reinvención de las armas de las brujas: hechizos, globos encantados bomba, campos de fuerza, nigromancia, grupos de tres para conseguir unidades militares en batallas e con ondas de sonido de garganta y cánticos de cisne que van de lo ridículo a lo genial, sin que lo uno o lo otro llegue a tomar el mando nunca.
Por supuesto, la idea del liderazgo femenino y dinastía matriarcal deja ideas valientes y servirán de inspiración a muchas. ‘Motherland: Fort Salem’ no es tan potente como podría (o debería) pero sorprende en su escala, logra un entretenimiento ligero con ramalazos de acción, giros y un argumento en meandro que, salvo un pequeño atasco en algunos episodios camino del final logra salir airosa de su disparatada propuesta, con un clímax que ofrece lo que venía prometiendo la serie y deja el terreno abierto para una segunda temporada (ya confirmada) con todos los elementos dispuestos para más evasión juvenil a golpe de magia negra.