Los realities de renombre suelen tener un ciclo similar: de un éxito importante en su primera (o primeras) ediciones a ir poco a poco cayendo en audiencias. Y en esta ocasión es el turno de ‘MasterChef‘, la competición culinaria de TVE cuyo final de la séptima temporada terminó anoche confirmando la bajada de audiencia general de la edición.
En concreto vieron la gran final 2.04 millones de espectadores (18.8%), novecientos mil espectadores menos que la de la edición del año pasado. Una cifra que, además, viene en consonancia con los datos que ha ido reuniendo desde mediados de abril, cuando bajó de la línea de los dos millones para pasar a moverse entre 1.6 y 1.8 millones de espectadores y por el terreno del 14% de share. Esta bajada incluía un mínimo histórico en el programa del 7 de mayo con 1.51 millones de espectadores y un 12.3% de share.
Aquí tenemos dos factores para explicar esta bajada. La primera son los factores externos, es decir, la competencia. ‘Tierra de Nadie’, el programa dedicado a ‘Supervivientes‘ que emite Cuatro, ha sido toda una revelación. El espacio presentado por Carlos Sobera es todo un éxito que supera holgadamente a Telecinco.
Pero también existe el factor interno. ‘MasterChef’ puede haber cambiado este año muchas cosas, como el tema de los equipos del jurado, pero en el fondo no deja de ser siempre lo mismo. Esto hace que, para Liliana Fuchs, editora de Directo al Paladar, entre «rollo y relleno se hacen eternos los programas y se les ve el plumero con lo de hacer buenos y malos, los favoritos de los jueces…».
María Llanos, directora editorial del canal Femenino/Estilo de vida de Webedia opina que el programa es demasiado repetitivo: «ya te conoces a los presentadores que siempre están con lo mismo. También personajes que se repiten mucho aunque sean distintos (la nerviosa atacada, el «malvado», el anciano con última oportunidad). Situaciones muy iguales y repetitivas. Mucha promo de lugares que ves que es publi. Y no aprendes nuevas cosas de cocina, que antes sí aprendías».
Claro que, siendo un programa tan estructurado como este es normal que se usen los mismos esquemas, pero siempre hay que procurar que ese «siempre es lo mismo» no acabe aburriendo. Y esta sensación pasa, sobre todo, en las partes en donde no se juega nada y que solo sirven para que el programa termine de madrugada.
Tampoco ayuda el ciclo de tres ediciones distintas (normal, Celebrity y Junior) que cada año se realizan y que hace que se erosione cada vez más el formato. Estos datos de audiencia hacen que ‘MasterChef’ necesite replantearse seriamente qué ha fallado para que cada vez menos gente vea el otrora concurso de moda y ojalá sea el empujoncito que les haga eliminar todo lo que no funciona desde la temporada 1.