La banda de Emiliano Brancciari lanzó su décimo álbum de estudio.
¿Necesita el mundo nuevas canciones de No Te Va Gustar? La pregunta, claro, le podría caber a cualquier artista que publique un nuevo disco. Pero no con cualquiera la prefiguración de un arquetipo de canción propia le cabe tan bien como a NTVG. Porque incluso cuando no sean ellos los autores –y aquí hay un gran mérito– puede hablarse de una canción NTVG, con sus propio pathos específico (sonoridad rioplatense, melodías correctamente contenidas & conducidas, acompañamiento acórdico y letras que, en general, contemplan las tribulaciones intrapersonales surgidas como ecos de relaciones interpersonales).
Luz, el décimo disco de estudio de No Te Va Gustar, contiene todo eso incluso cuando en su línea de tiempo aparezca como lo nuevo después de la recapitulación (un disco de reversiones de su propia obra y un libro de memorias colectivo, ambos en 2019 y con motivo de los 25 años de historia del grupo). Emiliano Brancciari y compañía dan forma (son ante todo formalistas puros) a 12 canciones inscriptas en la tradición (rock y rioplatense, desde Calamaro y Os Paralamas hasta Fernando Cabrera). Incluso las colaboraciones muestran lo hospitalarias que son las formas de NTVG: Nicki Nicole en la super explicitada “Venganza” y Ricardo Mollo en la tecnoevocativa “Austro” marcan el espectro generacional que pueden abarcar.
Desde lo plenamente sonoro, el pulso de rock que predomina en el disco se hace más evidente en las guitarras machacantes que sostienen las melodías (con estirpe punk californiano en “La Rama” y con el swing ricotero en “Dejo atrás”). Sumado a que los vientos aparecen ubicados como apoyo en partes puntuales, No Te va Gustar suena como cantautor expandido. Todos los recursos tímbricos juegan en función de lo mismo: conducir las melodías de alto contenido estribillero de Brancciari. Y en el juego de intensidades, las canciones tienen la elasticidad necesarias para proyectarse en una habitación o en un estadio. Luz no defrauda en eso.
“Tenemos como una cáscara que a priori te genera otra cosas visualmente y también de timbres y de música, pero que capaz te está llevando bien adentro en las letras”, dijo Emiliano Brancciari a propósito del estilo No Te Va Gustar en una entrevista que tenía la concepción de Luz como eje principal. Y concluía: “Después eso llega a ser enorme, pero se tiene que seguir notando de dónde viene y dónde te toca. Tampoco sé por qué se da no es que sé la fórmula”. Y esa falta de autoconciencia sea tal vez la que responda la pregunta inicial. Dependerá de cada mundo interior darles o no un uso a estas nuevas 12 canciones de NTVG; para Brancciari y compañía, que el estilo no se convierta en fórmula, debería ser motor suficiente para seguir haciéndolas. 25 años después.
Fuente: Rolling Stone, La Nación