Mientras en México, uno de los países con la jornada laboral más larga de la OCDE, estudian reducir su jornada de 48 horas a 40 horas con dos días de descanso, en Grecia han tomado el camino contrario abriendo la puerta a la semana laboral de 6 días y jornadas semanales de hasta 78 horas. El gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis ha aprobado la mayor reforma laboral de la última década con el apoyo de 158 diputados de un total de 300.
Sin embargo, la ampliación a 13 horas de la jornada laboral es solo la parte más llamativa. La reforma laboral griega esconde un problema todavía mayor: limitaciones al derecho a la huelga, “el empleado de guardia” y despidos exprés.
La polémica de las 13 horas que no lo es tanto. Una de las medidas incluidas en la nueva reforma laboral que se ha aprobado en Grecia que más polémica ha despertado entre la prensa internacional es la aprobación de una jornada de 13 horas y seis días laborables. Sin embargo, esta medida debe matizarse ya que no se trata de una ampliación de la jornada en sí misma. El ministro de trabajo griego Adonis Georgiadis dijo tras la votación de la polémica medida: “ni elimina la jornada de ocho horas ni de cinco días” y asegura que busca flexibilizar el horario para reducir la economía sumergida y las horas extraordinarias no declaradas.
Oficialmente, la jornada laboral en Grecia continúa siendo de 8 horas y 5 días laborables, pero lo que se regula es que los griegos puedan tener un segundo empleo, algo que no estaba permitido antes de la reforma, con un máximo de 5 horas al día. La suma de las jornadas de los dos empleos son las 13 horas, no que la jornada de un solo empleo sea de hasta 13 horas en un periodo de 24 horas.
En España, el pluriempleo no tiene límite. En España esta noticia ha levantado mucho revuelo, e incluso la ministra de trabajo Yolanda Díaz ha expresado su preocupación con un mensaje en su perfil de X por el retroceso en los derechos laborales.
En España, el 15% de los empleados necesita un segundo empleo para cubrir sus necesidades. Sin embargo, la normativa española no establece un límite para el total de la jornada, por lo que un empleado podría trabajar a jornada completa en dos empleos distintos, lo que supondría una jornada de 16 horas. Los únicos requisitos en España pasan por respetar las 12 horas de descanso entre jornadas del mismo empleo y en materia fiscal, ya que existe un límite de cotización y por tanto se tiene que comunicar tanto a la Seguridad Social como a las empresas para que ajusten sus bases.
Abrir la puerta a los seis días laborales. La nueva normativa establece que, las empresas de algunos sectores sujetos a estacionalidad, como el turismo, pueden imponer jornadas de seis días laborales a la semana, acompañado por un aumento del 40% en la retribución salarial diaria.
Esta reforma se contempla en el artículo 26 de la nueva normativa y, por su falta de concreción en su redacción no ha gustado a los sindicatos griegos, que ven riesgo de imponer de forma predeterminada el aumento de jornada laboral, sin que repercuta en el aumento salarial.
Empleados de guardia. Otra de las medidas polémicas es la implantación de un nuevo tipo de contrato a medida. En este nuevo modelo, el empleador solicita 24 horas o menos la presencia del empleado sin más aviso, cobrando únicamente el tiempo que trabaje. Si el empleado se niega injustificadamente a acudir cuando se le convoca, será responsable del incumplimiento del contrato.
La única medida de “protección” para el empleado es que en el contrato se deben indicar un determinado número de horas semanales que se deben cumplir, pero el horario en el que se desarrollen podrá ser cambiante y a discreción de la empresa, con lo que el empleado no puede planificar su tiempo libre o aceptar otro empleo.
El derecho a huelga con límites. El nuevo texto normativo recoge: «Se castigan las acciones sindicales y se prevén fuertes multas y penas de prisión para quien decida ‘impedir’ o bloquear la llegada o salida de personas que quieran ir a trabajar». La legislación griega ya prohíbe el uso de violencia en los piquetes informativos, por lo que los sindicatos opinan que esta es una medida que busca limitar el derecho a la huelga criminalizando a los huelguistas.
Aprendices eternos. El último punto polémico hace referencia a la duración y la anulación del derecho de indemnización para los contratos de aprendizaje. Con una validez de 6 meses, un empleado en prácticas no alcanza el tope de 12 meses para cobrar una indemnización por despido. Por lo que se corre un serio riesgo de estar enlazando contratos de aprendizaje sin acceder a su derecho a una indemnización.
Además, la empresa podrá rescindir el contrato laboral antes del primer año sin previo aviso ni remuneración, salvo que exista un acuerdo explicito entre ambas partes.
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