Tenía bastantes ganas de que llegase a España ‘La ciudad y la ciudad’ (‘City and the City’), miniserie de cuatro episodios que BBC Two estrenó el pasado mes de abril. En esta ocasión ha sido Filmin la que ha puesto a nuestra disposición la adaptación televisiva de la novela de China Miéville.
En ‘La ciudad y la ciudad’ nos encontramos con una historia de asesinato y conspiración encuadrada en un entorno que es, realmente fascinante: las ciudades gemelas de Beszel y Ul Qoma que han crecido de forma paralela bajo dos regímenes distintos. La primera es, podríamos decir, una democracia de país del «segundo mundo» y la otra es una especie de dictadura/estado policial con libre comercio y tecnología punta.
No es del todo así, porque nunca se habla de forma concreta ni en la serie ni en la novela de cómo son estos regímenes; pero a la hora de leer siempre me pareció que Beszel podría ser una capital de Europa del Este mientras que UI Qoma podría pasar por Dubai o algún otro emirato árabe.
Lo interesante es que la línea que separa ambas ciudades no es física (a veces en medio de una avenida o una plaza), sino que sus habitantes (y visitantes) tienen prohibido ver y/o interactuar con la otra ciudad. Así ha crecido toda la vida el inspector Borlú (David Morrissey) de la brigada de crímenes extremos de Beszel, al que le es asignado un caso de asesinato de una estudiante extranjera.
[embedded content]
El caso se complica cuando la estudiante ha acabado en «la ciudad equivocada». A partir de aquí Borlú intentará investigar qué ha pasado con esta chica y qué relación tiene con los unificadores y la subversiva idea de que existe una tercera ciudad llamada Orciny.
Decía China Miéville, autor de la novela original y de otras obras de lo que él llama «ficción rara» que con ‘La ciudad y la ciudad’ (editada en España por Nova) quería crear un libro que, sin dejar de tener su estilo personal, fuese un homenaje al género favorito de su madre: el misterio policial. Y en este sentido, la novela funciona como tal.
Una miniserie que le viene grande a la trama
El problema está en que su adaptación no lo hace tanto porque, al querer respetar la estructura del libro dividiéndolo a capítulo por parte, la historia queda diluida en estas cuatro horas. Es de hecho el típico ejemplo de obra que hubiera funcionado mucho mejor como película. Por lo menos tal y como ha sido planteada.
Porque, en fondo (y forma), ‘La ciudad y la ciudad’ es un noir con tintes de conspiración de manual: Borlú, con un Morrissey bastante inspirado, es un inspector de los de toda la vida consagrado a la resolución de crímenes que sabe que, si resuelve el caso de esta chica, resolverá la misteriosa desaparición de su mujer. Nadie más parece interesarse por este asesinato y se encuentra enmarañado en una posible conspiración.
Lo interesante, y lo que suele distinguir a este tipo de noirs, es esta ambientación: la idiosincracia de la época y/o lugar en el que se desenvuelve la historia. Y aquí es donde creo que esta adaptación falla al no saber aprovechar todo el potencial que ofrece la división entre Beszel y Ul Qoma.
A nivel de historia, poco que objetar. Es un buen noir que tiene sus escollos en su tercer acto y, sobre todo, en su absurdamente larga «batalla» final. Estamos en un caso en el que la apuesta por la ambientación visual, pesada y asifixiante, si bien funciona bien adquiere mucha más importancia que el discurso sobre lo absurdo de las fronteras «duras» y del no entendimiento entre naciones vecinas.
Y ojo, que de algo de esto también sufría la novela solo que, por alguna razón, se hace bastante más evidente en el guion de Tony Grisoni, colaborador habitual de Terry Gilliam (coescribió ‘El hombre que mató a Don Quijote‘). Uno termina la miniserie y termina con la sensación de que se han quedado en la superficie de algo mucho más complejo de lo que nos han dejado entrever.
En líneas generales creo que ‘La ciudad y la ciudad’ es todo lo que podemos esperar de una producción de BBC: buena dirección, buena realización, una historia interesante (aunque pierda fuelle) y, sobre todo, un sólido reparto encabezado por Morrissey y Mandeep Dhillon. El resultado final es un irregular, aunque interesante, alternativa para el que no sea especial fan de las distopías.