Hace mucho tiempo que los profesionales tienen claro que es necesario adaptarse a las nuevas tecnologías en su trabajo. Pero no todo el mundo tiene una actitud abierta para lograr acompañar dichas novedades, adquirir nuevas habilidades y mantener la flexibilidad necesaria. La adaptación al cambio cada vez más valorada por las empresas para cubrir vacantes según un estudio llevado a cabo por Infojobs.
Lo cierto es que un profesional que tenga 40 años tiene por delante una gran cantidad de cambios en su empresa a los que adaptarse. ¿Recordáis como trabajabais hace 20 años? En muchos casos tiene muy poco que ver con lo que se hace actualmente. Quizás lo único que se mantenga actualmente sea el correo electrónico y Office, debidamente actualizados.
Pero la capacidad de trabajar en equipo sigue siendo la habilidad más demandada por las empresas y valorada, por un 71% de ellas. La proactividad con un 58% y la capacidad para resolver conflictos y problemas con un 53%. Se pone en valor de esta manera la necesidad de trabajar en equipo, de encajar y saber colaborar con compañeros, aportar nuestro granito de arena para que el todo sea mejor que la suma de sus partes.
Estas opciones se valoran más en pequeñas empresas y la adaptación al cambio pierde un poco de valor, alcanzando el 46% entre los encuestados. Lo cierto es que si algo hemos tenido que hacer este año ha sido adaptarnos. Además a una velocidad muy grande, de un día para otro muchos empleados trabajaban desde su casa.
Y no todo el mundo ha sido igual de eficaz a la hora de lograr cambiar sus rutinas y amoldarlas a la nueva situación. Además en muchos casos los ERES, los retrasos en los cobros, el propio confinamiento, han podido generar tensiones y conflictos. Es aquí donde los empleados que manejan mejor este tipo de situaciones ganan valor para mantener una ética de trabajo que permita a la empresa salir adelante. Porque eso es lo que muchas se están jugando en estos meses.
Las empresas con equipos de trabajo sólidos tienen más posibilidades de aguantar mejor la crisis. Pueden adaptarse, pueden generar sinergias positivas y saben que cuando todo acabe van a necesitar lo mejor de sus empleados. Saber trabajar bajo presión es otra de las habilidades que valoran las empresas, aunque normalmente esta presión se produce por un exceso de tareas, no por una situación como la que estamos viviendo.
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