Ryan Murphy tiene nueva miniserie en Netflix. En esta ocasión nos encontramos con ‘Hollywood‘, un drama de época que nos lleva a la edad de oro del cine estadounidense en un ejercicido de reimaginación (o historia alternativa) de esos tiempos.
Coescrita por Ian Brennan, comenzamos con la historia de Jack (David Corenswet), un veterano de guerra que todas las mañanas hace bulto a las puertas de los prestigiosos estudios Ace Pictures, esperando que le escojan para participar de figurante en alguna película. Su sueño es ser una estrella del cine pero el camino para ello no es tan fácil como cree.
Cuando empieza a dar todo por perdido, surgirá una gran oportunidad de trabajar como protagonista de una cinta tremendamente arriesgada y que no lo tiene nada a favor: ‘Peg’ (posteriormente ‘Meg’), el primer proyecto de un prometedor director de cine, Raymond (Darren Criss), con guion de otro primerizo, Archie Coleman (Jeremy Pope).
En el reparto nos encontramos también a Laura Harrier como Camille, la única actriz negra del staff de Ace Pictures; Patti LuPone como Avis Amberg, mujer del presidente de los estudios (Rob Reiner); Holland Taylor y Joe Mantello como Ellen Kincaid y Dick Samuels, los productores que lucharán por llevar la cinta a la pantalla; Jim Parsons será Henry Wilson, un codicioso agente y productor.
Una Hollywood de oro
Así, ‘Hollywood’ nos lleva a mediados de los 40, al entretenimiento después de la segunda guerra mundial y a un grupo de actores y guionistas que aspiran a dar el salto grande con la certeza de que bien por raza, bien por orientación sexual lo tienen todo en contra.
No es tanto un ejercicio de lucha y reivindicación si no más bien una visión de lo bonito que hubiera sido si esa batalla se hubiese librado, y ganado, en 1947. Y ya. La serie está llena de optimismo, del brillo esplendoroso con el que nos gusta rememorar las épocas pasadas, la fabricación de los sueños en celuloide, el glamur y la pasión.
Ryan Murphy e Ian Brennan muestran ese mejor lado de Hollywood: el de los sueños haciéndose realidad con la reflexión del «qué bonito habría sido si esto también hubiera pasado» y cómo sería hoy las ceremonias de los Óscar (y su #OscarsSoWhite actuales) si a finales de los años 40 hubiera habido avances en la diversidad de raza.
El cine de 1947
Es curioso contraponer la ficticia ‘Meg’, cinta que adapta la historia de Peg Entwistle, actriz que se suicidó tirándose desde lo alto de la H de la señal de Hollywood, al cine de la época. Quizás es algo de spoiler, pero hacia el final Murphy alude a las nominadas a los Óscar 1948 como ‘La barrera invisible’ (‘An Gentlemen’s agreement’) de Elia Kazan y ‘Encrucijada de odios’ (‘Crossfire’) de Edward Dmytryk.
Dos cintas en las que podemos ver que estos temas de odio (ambos filmes giran en torno al antisemitismo en concreto, pero la de Dmytryk iba a tratar originalmente la homofobia) ya eran grandes inquietudes del cine, pero el atrevimiento se quedaba en el guion. ¿Por injerencias del productor, por presiones? ‘Hollywood’ no entra a ello.
O, por lo menos, no en ese momento. Viendo el difícil camino de ‘Meg’ hasta las pantallas simplemente por estar protagonizada por una chica negra y con la de prejuicios y la de gestos torcidos en cada fase y decisión tomada, no es difícil pensar que algo similar pasaría en decenas de películas.
En líneas generales, ‘Hollywood’ es un cuento de hadas. Y somos conscientes de ello. Como siempre la mano de Murphy se nota para bien en el cariño del realizador hacia lo que trata y el sentido del espectáculo y de la puesta en escena que posee.
Pero también tenemos un guion que no termina de mantenernos en tensión, de ofrecernos la magia que nos promete y de una lectura demasiado simplista y, por qué no decirlo, literal, de un tema mucho más complejo de lo que nos cuentan en la serie.