Si hay algo que tienen en común ambos especiales de ‘Euphoria‘ es que los dos son un viaje emocional y los dos se despliegan a través de una larga conversación. Así fue ‘Las rayadas no son eternas‘ y así es ‘Los perfectos, a m*marla‘ (‘F*ck Everyone Who Is Not a Sea Blob’), centrado en Jules (Hunter Schaffer), que llega a HBO España.
Coescrita a cuatro manos entre Schaffer y Sam Levinson, que dirige de nuevo este especial, estamos ante una sesión de terapia. Esta vez literal. Vemos a Jules en la consulta, aparentemente una primera sesión con la Dra. Mardy Nichols (Lauren Weedman) en la que la coprotagonista de la serie abre su alma y, de nuevo, verbaliza todas sus dudas… incluyendo su deseo de revertir la transición a mujer.
Un collage de capas de Jules
Mucho más luminosa que su predecesora, al menos en lo estético, este segundo especial es un íntimo collage lleno de recortes de la vida de Jules. Con la duda constante de si vemos lo que la chica es o lo que quiere que veamos, nos acercamos a un relato múltiple con tres mundos «separados» que convergen en ella.
Por un lado tenemos su relación con Rue (Zendaya), su relación con su madre Amy (Pell James) y su relación con el fantasioso Tímido118/Tyler, encarnado por el actor porno Jayden Marcos. Una aproximación que se hace bajo la premisa de esas capas y capas, recortes y parches con los que admite haber construido su personalidad.
Ambientada realmente ligeramente antes del especial protagonizado por Rue (hay un detalle que lo muestra), Sam Levinson nos muestra de frente a Jules viendo con continuos flashbacks desvelando lo que realmente estaba lidiando durante toda la temporada 1 de la serie y la fantasía que creó para, de algún modo, evadirse de una realidad de mierda.
Verbalizar lo que duele
Estas dos partes tienen un claro objetivo: verbalizar. Esta vez no es tanto sobre la adicción sino vivir con alguien adicto. El efecto destructor que puede causar. Hay una secuencia que muestra la delicadeza con la que Rue aprende a ponerle el chute de hormonas a Jules y se contrasta con esta aterrorizada consciente de que Rue está encerrada en el baño.
Así este especial gira sobre lo que altera a nuestro ser. A lo largo de los tres cuartos de hora de este especial una sensible y maravillosa Hunter Schaffer diserta sobre su género, el concepto de feminidad, de sexualidad e incluso de familia y de fragilidad. Del daño que podemos hacer a los demás, que nos hacen y que nos hacemos a nosotros mismos.
El guion es precioso. En todos los sentidos. La sensibilidad que desprende rebosa, logrando que este segundo especial sea nuevamente catártico. Nuevamente algo que en la serie hubiera sido una escena o un grupo de escenas repartidas en varios episodios, se expande en un capítulo muy íntimo.