Jesús María. A fines de noviembre del año pasado se hizo público que Larisa Monetto había sido acosada laboralmente por un compañero de trabajo de la Municipalidad, a quien denunció formalmente en mayo de 2017.
En diálogo con este medio, Monetto asegura que fue una situación traumática y que tuvo que hacerse de fuerza y valentía para contarlo, proceso que le llevó un año.
De un tiempo a esta parte, los medios se hicieron eco y la Municipalidad se pronunció: “Este municipio actuó como correspondía legal y administrativamente, resguardando tanto los derechos de la empleada denunciante, como así también el respeto a la presunción de inocencia que rige en nuestro ordenamiento legal”.
Esta semana, Anahí Rodríguez, acompañante terapéutica referente de Sí Mujer, que participó activamente en la denuncia y acompañó a Monetto, fue al Vivero Municipal a atender un paciente y se encontró con el denunciado. Le habían dicho que se encontraba de licencia, pero al llegar lo encontró trabajando.
Esto generó bronca e indignación no sólo en la denunciante, sino entre quienes la acompañan. El reclamo a la Municipalidad no se hizo esperar, por proteger y encubrir al denunciado: “No conflictúan con el tipo, es un protegido por el Ejecutivo; me prometieron que no iba a estar cerca de la gente”.
Además, Monetto sostiene: “Me siento boludeada; no les importó el caso hasta que yo hice ruido; hay una manipulación política impresionante”. Si bien el hecho sucedió durante la gestión de Gabriel Frizza, los funcionarios son los mismos de entonces.
En la Municipalidad aseguran que se trabaja en la modificación del Estatuto del Empleado Municipal para que estos casos no se repitan. “Hacen bandera con mi caso porque tienen la bandera de violencia de género colgada”, comenta la ex empleada municipal.
Monetto cree que otras mujeres que pasan por lo mismo no deben callar y les ofrece su ayuda y la de Sí Mujer para acompañarlas y asesorarlas durante el proceso. Ella asegura que se sintió humillada y con miedo, pero que vale la pena hablar.
25-01-2019