Un grupo de científicos europeos está a punto de iniciar un viaje en el tiempo a un pasado muy remoto, nada más y nada menos que 1,5 millones de años atrás. Lo harán mediante una perforación en el hielo de la Antártida con la que esperan llegar hasta los tres kilómetros de profundidad para recuperar material congelado del que extraer información sobre los cambios climáticos que experimentó la Tierra en aquellos lejanos días, según informa la BBC.
El equipo pretende encontrar un pequeño tesoro científico en los testigos de hielo -muestras cilíndricas de hielo que contienen sustratos de diferentes épocas- que consigan extraer: pequeñas burbujas de aire atrapadas que contengan datos sobre el clima de la época en la que quedaron aisladas. A estos científicos les interesan, sobre todo, los cambios climáticos ocurridos en la Transición del Pleistoceno Medio, hace entre 900.000 y 1,2 millones de años, cuando la duración de los ciclos glaciares e interglaciares cambió de 40.000 a 100.000 años.
Es decir, hace un millón de años las edades de hielo se sucedían, aproximadamente, cada 40.000 años, pero a partir de las fechas señaladas se produjo un cambio en esa periodicidad, y la Tierra pasó a enfriarse de forma extrema sólo cada 100.000 años.
Según algunas teorías, este cambio pudo deberse a alteraciones de la órbita y la inclinación de nuestro planeta, pero la falta de pruebas acerca de la composición atmosférica de esos periodo impide sacar conclusiones firmes. Por ello, los investigadores de este proyecto, denominado Beyond EPICA, explican que el análisis de indicadores paleoclimáticos en los registros de hielo podría aportar información sobre el impacto de estos cambios, en particular los de los gases de efecto invernadero, en el sistema climático.
La perforación se llevará a cabo en un área de 10 kilómetros cuadrados conocida como Little Dome C, en la meseta antártica oriental, a unos 40 kilómetros, aproximadamente, de la estación italo-francesa Concordia. Se trata de una de las zonas más extremas del planeta, donde el termómetro rara vez supera los 35 grados bajo cero. Los científicos que integran la misión han elegido ese lugar porque se encuentra a algo más de 3.200 metros sobre el nivel del mar, por lo que piensan que, dada su altitud, puede conservar hielo más antiguo que otras zonas de la Antártida.
Beyond EPICA se inició en 2019, pero es ahora cuando los científicos están a punto de iniciar la campaña de perforación, que se espera que dure hasta enero de 2022. Tras concluir esta fase, está previsto que la investigación del material extraído dure otros cuatro años más, hasta 2026. Todo el proyecto, de siete años de duración en total, ha sido financiado por la Comisión Europea con 11 millones de euros.