Que
nos
perdonen
los
mexicanos
y
los
más
puristas
de
la
comida,
porque
el
consejo
que
vamos
a
exponer
a
continuación
se
atreve
a
mejorar
la
receta
del
guacamole
auténtico
más
tradicional.
No
queremos
con
ello
sugerir
que
su
icónica
salsa
o
dip
no
sea
ya
perfecta,
pero
siempre
se
puede
jugar
a
probar
innovaciones
que
potencien
sus
cualidades.
Y
el
ingrediente
que
lo
puede
mejorar
viene
además
respaldado
por
un
reputado
chef
reconocido
en
medio
mundo,
Yotam
Ottolengui.
El
cocinero,
autor
y
empresario
afincado
en
Londres
es
conocido
por
introducir
todo
tipo
de
ingredientes
de
culturas
gastronómicas
dispares
en
sus
recetas,
a
veces
pasándose
un
pelín
de
la
raya
y
no
siempre
acertando
en
sus
mejunjes,
pero
siempre
propone
ideas
interesantes
a
explorar.
En
uno
de
sus
libros
más
populares,
Simple,
se
propone
simplificar
nuestra
cocina
casera
sin
renunciar
al
sabor
y
la
riqueza
culinaria.
También
con
un
sencillo
guacamole.
En ‘Cocina
Simple’
(Salamandra,
2019),
Ottolengui
empieza
su
recetario
con
una
sección
dedicada
a
platos
de
brunch
y
desayuno
incluyendo,
cómo
no,
unas
tostadas
de
aguacate.
Y
arranca
con
una
contundente
afirmación:
«La
única
forma
de
mejorar
la
textura
cremosa
y
rica
del
aguacate
es,
por
supuesto,
combinarla
con
la
textura
cremosa
y
rica
de
la
mantequilla.»
Si
lo
piensas,
tiene
todo
el
sentido
el
mundo,
por
lo
que
también
se
puede
aplicar
al
guacamole,
donde
la
cremosidad
y
el
sabor
son
dos
de
las
claves
para
lograr
un
resultado
de
primera.
Entiéndase
por
richness,
el
adjetivo
usado
en
el
inglés
original,
no
tanto
como ‘rico’,
sino
más
bien
suculento,
un
sabor
excepcional
y
vivo
de
esos
que
te
llenan
la
boca
también
con
su
contundencia,
una
riqueza
que
te
hace
salivar.
Lo
que
consigue
la
mantequilla
es
elevar
y
redondear
todas
las
cualidades
del
aguacate.
Puedes
experimentar
probando
sobre
la
marcha
hasta
dar
con
la
proporción
adecuada
a
tu
gusto,
empezando
con
una
cucharada
de
15
ml
de
mantequilla
por
cada
aguacate.
Procura
que
la
mantequilla
sea
de
buena
calidad
y
esté
atemperada,
con
una
textura
blanda
y
untable,
pero
nunca
derretida.
Si
es
mantequilla
salada,
mejor,
aunque
puedes
corregir
el
punto
de
sal
después.
Los
demás
componentes
del
guacamole
equilibran
la
grasa
láctea
y
el
toque
dulce
de
la
mantequilla,
gracias
a
la
acidez
del
tomate
y
la
lima
o
limón,
el
dulce
de
los
chiles
o
pimientos
y
los
aromas
frescos
del
cilantro,
la
cebolla
y
el
ajo.
Es
probable
que
necesites
ajustar
la
receta
añadiendo
una
mayor
proporción
de
estos
ingredientes,
en
función
del
tipo
y
cantidad
de
mantequilla
que
eches;
un
punto
picante
no
le
irá
mal.
Como
siempre,
tu
paladar
será
el
mejor
juez.
*
Algún
precio
puede
haber
cambiado
desde
la
última
revisión
Trabaja
bien
la
mezcla
hasta
incorporar
la
mantequilla
en
un
solo
ser
con
el
guacamole
y
verás
cómo
te
queda
más
sedoso
y
sabroso,
potenciando
el
sabor
natural
del
aguacate
con
sus
matices
a
nuez.
Es
un
truco
especialmente
útil
cuando
no
tenemos
aguacates
demasiado
buenos
en
el
mercado
o
si
nos
toca
recurrir
a
un
guacamole
comercial;
con
este
ingrediente
secreto
conseguirás
mejorar
cualquier
versión
del
súper.
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