Es uno de los estrenos españoles de Amazon Prime Video y el gran precedente que es ‘El tiempo entre costuras‘ hace que haya mucha expectación por ‘La templanza’, adaptación la de novela de María Dueñas protagonizada por Leonor Watling, Mauro Larrea, Juana Acosta y Raúl Briones.
Con motivo de una visita al rodaje, pudimos hablar con este cuarteto protagonista para saber más sobre esta serie de época que llega a la plataforma este mismo viernes.
Sol, Mauro y los demás
La serie está protagonizada por Soledad Montalvo, una mujer que «en la novela es como Ava Gardner, es una cosa muy bestia», afirma Leonor Watling que le da vida. Para ella «es muchísimo más alta, más guapa, más lista y más todo… yo no sé qué hago aquí» y tiene muy claro que el lograr sacar adelante un personaje como este requiere de mucho trabajo en equipo:
«Es una construcción, es un casteller. Se suman cincuenta abajo, luego se suben veinte, luego se suben diez, luego se suben cuatro y luego sube un niño pequeñito arriba y lo sostiene todo un pueblo. Y eso es la interpretación. Ni remotamente yo soy Sol Montalvo, pero soy el niño que sube arriba. Lo único que tengo que intentar es no caerme.»
La historia de Sol es la de una mujer a la que casaron con un extranjero de muy joven. «Le ha tocado una vida que, en esa época, te tocaba y no pasaba nada» afirma Watling, «no era una gran tragedia, era lo que había.» La actriz asegura que la serie huye del tropo de la mujer desdichada que no es feliz hasta que conoce a Mauro:
«Construimos una historia que es preciosa porque huye de la cosa fácil de «se casaron forzados». Yo creo que el ser humano es mucho más complejo y cuando te acercas la realidad es infinitamente profunda. De lejos es muy fácil decir «se casó con un señor mayor, obligada y hasta que no conoce a Mauro Larrea no…» y cuando te vas acercando, la realidad es muy compleja. Tiene una vida muy linda, tiene amor, tiene cariño y tiene una cosa que en esa época yo creo que es lo excepcional: tiene un respeto por parte de su marido que la hace creer en sí misma»
Este nuevo amor es Mauro, interpretado por el colombiano Rafael Novoa. El actor reconoce sentirse capturado por él desde el minunto uno, sensación que fue al siguiente nivel cuando cayó la novela en sus manos: «más allá de leer un libro más encontré una comunión con el mismo personaje». Para él la historia es la culminación de un baile:
«Es una aventura que va encontrando, un baile que va desarrollando a través de las mismas experiencias que va teniendo en cada puerto, por decirlo así, lo mismo que va danzando con una cantidad de personajes hasta que llega a encontrarse con Soledad. Funciona muy bien. Me encantó la humanidad del personaje, porque también se refleja el día a día de una persona que comienza desde muy abajo, logra construir un imperio y, de la noche a la mañana, le puede pasar a cualquiera, lo pierde todo por una mala jugada, una mala estrategia y toca comenzar nuevamente. Y ya han pasado unos años»
En el momento de tener esta charla nos encontrábamos en la jornada 90 de rodaje, con todavía unas cuantas semanas para finalizar. Rafael recuerda cierto agobio esos primeros días de rodaje, en el Madrid más secarral en pleno verano:
«Lo más complicado era el calor. Comenzamos el rodaje en Madrid, en pleno julio. El vestuario es bastante denso, no es como una ropa más fresca, con varias capas y este verano tuvo temperaturas bastante altas… mi teléfono marcaba que el clima estaba en torno a los 39-40ºC y entrar en un recinto similar con las luces, sin calefacción, sin aire ni nada, más todo el vestuario… de verdad hubo un momento en que casi me da. El nivel de concentración se me iba… me costó muchísimo trabajo con la presión del calor»
La musicalidad de acentos en ‘La templanza’
Un aspecto bastante interesante de la serie es esa musicalidad formada a base de acentos. El crisol de nacionalidades se da de forma doble tanto con los actores como con sus personajes. «Es una serie muy musical en ese sentido, se escuchan los trinos de todas las naciones», afirma Raúl Briones, que interpreta a Santos Huesos.
«Nosotros en México teníamos más de 600 lenguas originarias, ahora tenemos 350 más o menos porque han desaparecido bastantes. Tengo referentes muy cercanos sobre todo en la sierra de Guajaca, el zapoteco, (…) sé más o menos cómo hablan pero ha sido un reto enorme de estar practicando constantemente, estar en contacto con amigos que lo hablan. No solo la manera cómo habla sino cómo estructura su pensamiento y la manera en la que estos pueblos estructuran el mundo, piensan el mundo, que es a través de la naturaleza como una intelig mucho más cercana. Eso le da una sabiduría, un temple distinto.»
«Guillem Morales me dijo que si quería la hacíamos colombiana», recuerda Juana Acosta, que interpreta a Carola Gorostiza. Su personaje es una mujer mexicana que está afincada en Cuba y decidió ir a por todas en ese sentido llegando a trabajar con un coach mexicano: «ha sido un gran reto, nunca lo había trabajado y no me ha parecido fácil, pero es algo que también he disfrutado mucho».
Colombiano también es Novoa, quien se tomó ese rol de español afincado en México como un punto de incomodidad para no bajar la guardia con su personaje: «Un maestro me decía que a veces hay que buscar algo que te incomode, en el buen sentido de la palabra. Cuando estás muy cómodo con un personaje, de pronto uno puede tender a descuidar muchas cosas.» En ese sentido, habló con Guillem sobre la transformación del habla que se sufre cuando uno lleva mucho tiempo en un sitio distinto:
«Pasó muchísimo con los españoles cuando fueron a América, que perdieron algunas cosas que se les presentó a ellos como el seseo y muchos detallitos del castellano. También ustedes en España tienen diferentes formas de hablar en diferentes zonas, son bastante golpeados, otros que son más suaves… hay mucha variedad. Busqué la manera de agregarle pequeñas cosas sin tener que comprometerme demasiado con lo que es el español como tal, mezclándolo con algo de mexicano, buscando que me sonara lo menos posible colombiano. Soy muy consciente de cómo te estás oyendo. Es una apuesta y en el camino veremos cual fue el resultado.»
Otro personaje «mixto» es el de Leonor Watling, jerezana que ha vivido en Londres gran parte de su vida: «Hablamos mucho si yo tendría acento de Jerez (…) los personajes que han vivido en Jerez y se han quedado en Jerez, tienen acento, pero los que nos hemos ido 20 años... pensamos en un momento jugar a cosas y decidimos que no».
Haciendo una serie de época
Durante la charla también nos detuvimos en la condición de serie de época y lo que ello implica. No solo a nivel de ambientación y vestuario sino también en el ímpetu de reflejar la sociedad, según Acosta: «Este trabajo nuestro es antropológico porque te toca situarte sociopolíticamente en la época: investigar, leer, comprender esos valores y cómo se comportaba la gente en esa época. Para mí ha sido un viaje de una riqueza enorme.»
Entre esas cuestiones está el tratar la esclavitud, sobre todo a través de Trinidad, la esclava de Carola interpretada por Bella Agossou. «el amor entre Trinidad y Santos permea el tema del esclavismo, de la trata de pesonas», asegura Raúl que considera que la gran diferencia entre ambos personajes es que una es una esclava literal y el otro más figurado.
«No nos creemos esclavos de nada pero lo estamos de la publicidad, por el consumismo, por un montón de cosas con las que supuestamente tenemos capacidad de elegir pero en el fondo hay que estar revisando constantemente a qué se debe esta libertad.
En el caso de Trinidad, es una esclava que no puede salir de la finca porque tiene miedo a ser golpeada porque ha sido adiestrada con el látigo, y por otro lado está Santos Huesos que se cree libre pero no del todo porque se siente en deuda con su patrón. (…) Va a cuestionar mucho la esclavitud propia que uno tiene y eso me parece fundamental para trascender en ese tema de una vez por todas.»
Por su parte, Juana define la relación de su personajes con su esclava como de amor-odio:
«Carola es una mujer que no pudo ser madre, tiene un marido que no la quiere y eso ha generado en ella una gran frustración, una gran herida, se siente sola y poco querida. Y de alguna manera toda esa frustración la pone también en su esclava. Tiene una relación con ella muy estrecha. De amor/odio bastante particular porque la maltrata pero la quiere. Y de alguna manera su redención tiene mucho que ver con ella.»
Los hombres y mujeres en ‘La Templanza’
Otra de las cosas que llamó la atención a los protagonistas de la serie es cómo, de alguna manera, se pone el foco en el lado más emocional de los personajes masculinos como Mauro y el propio Santos Huesos. Según Briones:
«Creo es un comentario bellísimo para esta época y nuestra propia masculinidad. Es hora de que los hombres empecemos a cuestionarnos nuestro lugar en el mundo y poder decir que somos seres sensibles y no tiene nada de malo serlo, manifestar las emociones, gritar las emociones, sentirlas. Eso que se ha dado casi exclusivo a las mujeres. Aquí Santos Huesos también es un hombre de sentimientos muy profundos, que no los muestra de la misma forma con el mismo dramatismo que Mauro pero en sus silencios está todo el tiempo contando sus emomciones. Son mucho más prácticas las mujeres, y los hombres on mucho más lacónicos».
«Y enganchados al pasado», concluye Acosta:
«En el caso de mi personaje, está casada con Gustavo que es el primo de Sol y la que lleva la acción es ella. La empresaria es ella, la que toma las decisiones… y eso es muy moderno, estamos hablando del s. XIX. Son dos personajes muy dolidos, la vida les juntó pero no era su destino el haberse encontrado. Pero fue lo que les tocó. Y así como es lo que les tocó, continuan juntos pero sin quererse. Pero la que lleva la acción es ella.»
La conclusión es que vemos dos visiones de cómo sobrevivir a la vida, de cómo afrontar las cosas y, para Juana, «En esta serie los hombres están en el pasado y las mujeres en el futuro.»