Durante los últimos 20 años, Estados Unidos ha destinado cada año entre el 3,1 y el 4,9 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) para mantener su posición como potencia militar. Según datos del Banco Mundial, se trata de un gasto anual de entre 320 mil y 778 mil millones de dólares. Esta descomunal suma de dinero se traduce, entre otros resultados, en el desarrollo y fabricación de las más moderna tecnología militar.
Sabemos que cuando de temas militares se trata, no hay cabida para los diminutivos. Muchos países tratan de sacar músculo ante el mundo al asegurar tener los mejores aviones, los mejores barcos, las mejores armas, etc., etc. Aunque, en escenarios de guerra son donde realmente son puestos a prueba y salen a la luz sus virtudes y defectos, dejando en evidencia cuáles cualidades eran reales y cuales formaban parte de la propaganda.
Estados Unidos presume su destructor
Washington no quiere ser menos y saca pecho con «el avión de combate más avanzado del mundo», el Lockheed Martin F-35, «el portaviones más grande del mundo»; el USS Gerald R. Ford (CVN-78), e incluso las temibles bombas capaces de partir barcos en dos, las Quicksink GBU-31. ¿Qué le falta a Estados Unidos en esta lista? El buque de guerra más avanzado del mundo, por ejemplo. Y sí, lo tienen, o al menos eso aseguran.
El USS Zumwalt (DDG-1000) es el buque líder de la nueva clase Zumwalt. Se lo califica como un destructor de misiles guiados multipropósito con capacidades furtivas. En otras palabras, está diseñado para misiones de sigilo, con foco en ataques terrestres. Además, aseguran, tiene la capacidad de participar en defensa antiaérea, atacar objetivos a nivel de superficie y brindar apoyo naval.
La idea de construir este tipo de buque proviene desde finales de la década de los noventa. El destructor Zumwalt era uno de los conceptos incluidos en el programa de investigación y desarrollo de nuevos barcos de guerra SC21, más tarde renombrado a DD(X). Los fondos iniciales 1,4 mil millones de dólares, autorizados por el Congreso de Estados Unidos, llegaron en 2008 y así comenzó su aventura.
General Dynamics, una legendaria compañía de defensa de estadounidense con más de 100.000 empleados, fue la encargada de la construcción del primer buque de la clase Zumwalt. El cronograma inicial había establecido que debía ser entregado terminado en abril de 2013, pero debido a algunos inconveniente fue entregado seis meses más tarde.
Sorprendentemente, medio año de retraso en un proyecto de tal magnitud no es para nada escandaloso si se tiene en cuenta que algunos proyectos pueden dilatarse durante años. Así, en enero de 2014 empezó su preparación para las pruebas en el mar. Estas consistían en someter la embarcación a diferentes condiciones adversas, con el objetivo de evaluar su desempeño.
Una vez finalizadas las pruebas, según un comunicado de prensa, el primer oficial al mando, el capital James A. Kirk, que nada tiene que ver con el personaje de Star Trek, James T. Kirk, destacó las cualidades del navío con el siguiente mensaje: “Zumwalt es hoy una maravilla técnica. Cuando se despliegue, nuestra nación tendrá un destructor de múltiples misiones con el sigilo y el poder de combate para asumir las misiones más desafiantes”.
Por qué el USS Zumwalt es tan avanzado
Una de las características más interesantes del USS Zumwalt es que es un buque totalmente eléctrico. Cuenta con un sistema de propulsión conformado por dos motores de turbina de gas marinos Rolls-Royce MT30, una pieza de alta ingeniería diseñada con un 50% menos de piezas que otras similares, junto con un grupo electrógeno RR4500 y dos hélices monobloque.
La Marina de Estados Unidos asegura que el buque genera aproximadamente 78 megavatios de potencia, casi lo que genera un portaaviones de propulsión nuclear. Esto se traduce en suficiente electricidad como para hacer funcionar todos sus sistemas y, a modo de comparación, también poner en funcionamiento una ciudad pequeña.
Además, sus capacidades de sigilo le permiten aparecer en el radar como un barco pequeño de pesca. No obstante, es un arma de guerra equipada con varias torretas, un sistema de lanzamiento vertical periférico (PVLS), que incluye misiles de crucero BGM-109 Tomahawk, y un sistema de cañón avanzado (AGS), este último con dos cañones navales de y proyectiles terrestres de largo alcance.
Con 182 metros de eslora y 16.000 toneladas, tiene capacidad para 158 tripulantes, aunque puede funcionar operativamente al 100% con solo 147 de ellos, alcanza una velocidad de 30 nudos. A nivel de sensores y sistemas de procesamiento, tiene un Radar multifunción AN/SPY-3 y un radar de vigilancia de volumen hemisférico, un sistema que permite rastrear aviones y misiles de alta velocidad.
¿Y cómo se controla todo esto? Se desconocen los detalles de los sistemas informáticos que dan vida a este buque de guerra, pero es probable que no tenga ordenadores con Windows XP, como alguna vez tuvo el HMS Queen Elizabeth. El USS Zumwalt tiene unos 1.450 metros cuadrados dedicados a albergar servidores Linux para su funcionamiento. El centro de operaciones también cuenta con portátiles que pueden ser utilizados por cualquier tripulante del barco.
Eso sí, pese a su avanzada tecnología, y de una inversión de unos 4.400 millones de dólares, el USS Zumwalt no ha estado exento de problemas. Según la Agencia EFE, en 2016, en un intento por cruzar el canal de panamá, «tuvo contratiempos en sus sistemas de ingeniería y tuvo que ser remolcado al muelle del puerto de Rodman».
Lo cierto es que el buque parece no haber cumplido las expectativas de la Armada, que planeaba ordenar la construcción de más de 20. En lugar de eso solo ha encargado tres, pero el coste total del programa aún así ha sufrido un enorme sobrecoste ubicándose en los 22.000 millones de dólares. ¿Cuál será el futuro de estos buques? El tiempo lo revelará.
Imágenes | Marina de Estados Unidos