Un Porsche 911 Turbo, de por sí, ya bastante llama la atención en la calle. No en vano, las últimas generaciones hacen gala de una interpretación mastodóntica de la ‘silueta 911’ que les impide pasar desapercibidos. Pero para el especialista TopCar Design esto no es suficiente.
Este ‘tuner’ de origen ruso le ha dado al modelo algo que ni siquiera la propia Porsche se ha atrevido a hacer: revestirlo por completo en fibra de carbono. Así es como ha creado su ‘Stinger GTR Limited Carbon Edition‘, una preparación limitada a 13 unidades cuyo ejemplar final se acaba de desvelar en un curioso tono verde.
Cuando se junta un Porsche con el estilo Pagani
La espectacular conversión afecta a cada centímetro de la chapa del 911 Turbo, reemplazando por completo los paneles que pueden separarse del resto (como el capó delantero) o recubriendo los que no, como es el caso de los pilares y bajos de la carrocería.
De este modo, el preparador consigue modificar de forma notable el aspecto del 911 Turbo desde los paragolpes al alerón posterior pasando por las aletas, dotando a lo más salvaje de Stuttgart con un aspecto mucho más agresivo que el que porta de fábrica.
La otra particularidad de este ’13 de 13′ Stinger GTR Limited Carbon Edition es que la fibra de carbono está coloreada en un tono verde oscuro. Esta práctica ya la tenemos vista en hipercoches de constructores como Koenigsegg o Pagani, pero en un Porsche 911 supone una nota exótica que acentúa aún más su deportividad.
Deportividad que en este vehículo no se traduce, curiosamente, en mejoras mecánicas. En la parte trasera el seis cilindros bóxer sigue manteniendo sus 3,8 litros de cubicaje, su doble turbo y sus 641 CV, así que cualquier mejora en sus prestaciones (que TopCar no ha revelado) tendría que venir de la ligereza conseguida gracias al carbono. O también, del sistema de escape Akrapovic en titanio que se ofrece como opción por 5.000 euros.
Por dentro el verde continúa cubriéndolo todo, aunque acompañado por otra tonalidad mucho más ‘chillona’ que se hace presente en varios detalles del volante, salpicadero, puertas y asientos con una trama que recuerda el camuflaje militar.
En total TopCar pide por esta conversión unos 138.000 euros, que es poco más de la mitad de lo que cuesta un 911 Turbo de serie (223.139 euros). A esto hay que añadirle el colorante para la fibra de carbono que cuesta 25.000 euros más. Desde luego son precios excesivos pero ya sabemos que, por regla general, quien desea hacer aún más exclusivo un coche así suele pagarlos sin pestañear.