El exjefe de la agencia de inteligencia de Kazajstán, Karim Masimov, fue arrestado este sábado por sospechas de alta traición al Gobierno, tras ser destituido en medio de las recientes protestas que el presidente atribuye a «terroristas» respaldados desde el exterior.
Horas después, la oficina de prensa del presidente, Kasim-Yomart Tokayev, anunció la salida del vicesecretario del Consejo de seguridad nacional, Azamat Abdimomunov.
Antes de ser destituido, Abdimomunov participaba en las reuniones del Centro antiterrorista del Comité de seguridad nacional sobre la lucha contra las amenazas cibernéticas y los movimientos religiosos destructivos.
El ex jefe de Inteligencia arrestado, en tanto, es un ex primer ministro que fue durante mucho tiempo aliado del expresidente y figura de gran peso en el país, Nursultán Nazarbayev.
La salida de los dos altos funcionarios de seguridad se da en medio de unas violentas protestas en el mayor país de Asia central, que estallaron el 2 de enero en las provincias, tras una suba del precio del gas.
Pese a que una comisión gubernamental determinó después bajar los precios del combustible, las protestas no cesaron y se extendieron a otras zonas del país, en particular a Almaty, derivando en violentos disturbios que hasta el momento dejaron decenas de muertos y centenares de heridos.
El 5 de enero, el presidente kazajo aceptó la dimisión del Gobierno en pleno y asumió la jefatura del Consejo de Seguridad Nacional, encabezado hasta entonces por el expresidente Nazarbayev.
Además, solicitó a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) enviar fuerzas de paz para hacer frente a «la amenaza terrorista» y a los intentos de socavar la integridad del Estado kazajo.
La organización, que aglutina a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán, respondió de inmediato a la solicitud y el primer contingente llegó el 6 de enero.
El Kremlin informó este sábado que el presidente ruso, Vladimir Putin, y su par kazajo, mantuvieron «una larga conversación telefónica» en la que analizaron la crisis.
Tokayev propuso a su homólogo ruso que se celebre una conversación virtual de los líderes de la OTSC sobre la situación en Kazajistán: «Putin apoyó esta propuesta», según la nota, citada por la agencia de noticias rusa Sputnik.
Las autoridades del país aseguraron este viernes que la situación estaba bajo control, pero el presidente Tokayev dijo que había autorizado a la policía a disparar sin previo aviso y descartó negociar con los manifestantes.
La situación es de una tensa calma, con disparos de advertencia de las fuerzas de seguridad contra quienes intentan acercarse a la plaza central de la ciudad, informó la agencia de noticias AFP.
La oficina del Presidente informó que el lunes será declarado día de duelo nacional.
«En relación con las numerosas víctimas de los trágicos acontecimientos en varias regiones del país, el presidente de Kazajistán, Kasim-Zhomart Tokayev, decidió declarar el 10 de enero de 2022 como día de luto nacional», anunció el vocero de la Presidencia kazaja, Berik Uali, en su página de Facebook.
Según el ministerio del Interior, 26 «criminales armados» murieron en las protestas, mientras que las fuerzas de seguridad reportaron 18 muertos y 748 heridos entre sus filas. No hay cifras de heridos entre los manifestantes.
Más de 4.000 personas fueron detenidas, según Interior.
El presidente Tokayev prometió «eliminar» a los «bandidos» que han provocado estos disturbios, que según él son «20.000» y tenían «un plan claro».