Dicen que teletrabajar nos distrae y reduce la productividad. Para mí es justo lo contrario, tras 15 años haciéndolo (y viajando)

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Llevamos meses viendo cómo, tanto en España, como en otros mercados del mundo de los que existen estudios, las empresas que habían apostado por el teletrabajo, incluso después de la época fuerte de pandemia y que alababan sus bondades, están ahora mandando a sus empleados a las oficinas (el sector tecnológico se están librando más que otros).

Una de las tantas razones dadas por los jefes, las empresas identifican que en casa puede haber algunas distracciones que hace un par de años no había. En la época de confinamiento nadie podía escaparse a comer fuera a un restaurante o a jugar su deporte favorito porque todo estaba cerrado.

Un psicólogo sobre el fin del teletrabajo: hay una ilusión del jefe de que su presencia puede tener algún efecto de motivación

«Un par de años después, las cosas son  diferentes y menos eficientes a los ojos de directivos«, según Allan Jones, fundador y director ejecutivo de Bambee, una empresa de consultoría y software de recursos humanos.

Al mismo tiempo, hay otros estudios que afirman que en realidad lo que nos hace poco productivos es ir a la oficina, donde podemos tener distracciones de compañeros con temas que no tengan nada que ver con nuestro trabajo.

Opino que teletrabajar ayuda a la productividad

Pues bien, llevo teletrabajando desde 2008, mucho tiempo de estos 15 he estado teletrabajando como nómada digital, viviendo en diversos países o viajando con una mochila a la espalda. Y, con esta experiencia que llevo a mis espaldas puedo decir que quienes dicen que el trabajo en remoto reduce la productividad no tienen razón.

Cierto es que depende todo de cada persona. Pero igual que las empresas mandan a toda su plantilla de vuelta a las oficinas, sin respetar las individualidades de cada empleado, yo me permito también generalizar en este artículo.

Qué ayuda a mi productividad

Si bien es cierto que, en ocasiones estoy en casa sola, en la mayoría de estos años siempre estaba conviviendo con gente. Por lo que ruido, alrededor mío, suele haber. De todos modos, siento que tengo mucha más concentración. Normalmente, me levanto y, en pijama, me pongo con un café recién hecho delante de mi PC. Luego, más adelante ya me ducho, desayuno y me visto.

Como ya comenté en el artículo de «cosas que odiaría si tuviera que ir a la oficina«, si tuviera  que levantarme, vestirme, ducharme, desayunar, ir a una oficina , en  transporte público o andando o en coche, ya llegaría a mi PC con mucha información en mi cabeza, probablemente inútil para esas horas de la mañana. Levantarme y ponerme frente a mi cafetera y luego frente a mi PC me hace comenzar la jornada con la mente mucho más despejada.

Yo fui nómada digital cuando nadie lo era: el teletrabajo era muy divertido, estresante (por la tecnología) y nadie entendía qué hacía

Otra cosa es la inspiración. Cierto es que mi trabajo consiste en escribir, lo que necesita de inspiración para sacar lo mejor de mí. Pero lo que os puedo asegurar que los nuevos espacios son oxígeno para mi cerebro. Si quieres que escriba y tenga ideas frescas sobre temas o nuevos enfoques, teniendo como fuente de inspiración la misma oficina todos los días (que en ocasiones puede venir acompañada de un viaje previo en transporte público o coche), sacarías mucho menos partido de mí. Y seguro que muchas profesiones están en las mismas.

Cómo voy a sacar nuevas ideas si cada día me enfrento a la misma dinámica, la misma rutina, las mismas paredes, el mismo escritorio, el mismo bar de abajo donde tomarme un café en algún momento….

Además, cuando teletrabajo viajando, además de que la inspiración es un constante, porque voy aprendiendo cosas nuevas todo el tiempo, escuchando historias super interesantes que me sirven luego para temas, me animo y motivo mucho por trabajar bien y rápido para poder acabar a la hora o incluso antes, si es posible, para poder disfrutar bien de la tarde haciendo cosas geniales.