Cuando pase la tormenta política que desató la declaración de Santiago Cornejo, director del mecanismo COVAX para América Latina, que aseguró que la Argentina había rechazado recibir dosis de Pfizer a través de ese organismo, luego desmentido por el Ministerio de Salud de la Nación, quedará para la Casa Rosada el desafío de continuar una negociación que no solo se empantanó en la famosa cláusula de negligencia sino que ya parece haber generado un desgaste notorio en ambas partes: el gobierno y las autoridades de la firma internacional.
La última audiencia con los directivos de Pfizer se produjo el 12 de abril a las 16. Ese día, Juan Ignacio Romano, director de Asuntos Corporativos de la compañía internacional, entró al despacho de la ministra Vizzotti, en donde también se encontraba el secretario de Gestión Administrativa de esa cartera Mauricio Alberto Monsalvo, el hombre por el que pasan todas las negociaciones de contratos por vacunas. La charla fue cordial, amena. Pero desde entonces las conversaciones se estancaron.
En aquel encuentro del cuarto mes del año, las autoridades de Salud transmitieron la intención de retomar -o reencauzar- el diálogo con Pfizer tras las frustradas negociaciones durante la gestión de Ginés González García. Sin embargo, la conducción de Vizzotti volvió a chocarse con la misma piedra que su antecesor: la cláusula de negligencia.
Se trata de un concepto en el que Pfizer parece no estar dispuesto a ceder y que, entonces, plantea el desafío de reformar la Ley de Vacunas sancionada en noviembre pasado, una acción que para el Gobierno representaría un alto costo político, pese a que podría sumar a su catálogo de vacunas el suero más reclamado por la oposición.
“Pfizer no quiere hacerse cargo ante posibles hechos que puedan llevar al laboratorio a un tribunal”, resume una fuente de Casa Rosada al tanto de las conversaciones. Este mismo funcionario asegura que por ahora la única modificación parece ser quitar de la ley la palabra negligencia y volver a votar la iniciativa en el Congreso de la Nación.
Hay un motivo clave por el que el Gobierno sigue interesado en la vacuna. Se trata de un suero que que ya fue autorizado por los Estados Unidos y Europa para su uso en niños de entre 12 y 18 años. Hasta el momento la Argentina no cuenta –como anticipó TN.com.ar– con dosis que puedan aplicarse en este rango etario. “Es absolutamente falso que Argentina haya rechazado una vacuna, que Argentina no quiera comprar Pfizer, que el gobierno no está trabajando para comprar la vacuna de Pfizer”, sostuvo Vizzotti visiblemente molesta.
En una entrevista exclusiva con TN, el exministro de Salud Ginés González García, negó el martes que la negociación con el laboratorio se hubiera frustrado por un pedido de retorno por parte del Gobierno nacional. “Acá hay una verdad, ellos nunca nos quisieron vender, nos pedían cambiar la ley”, aseguró el exfuncionario.
El exministro dijo que “esto de Pfizer nunca se termina” y aseguró que “aquí hay una sola verdad: “Nunca quiso vender, nos obligaba a cambiar la ley, no aceptamos y parece que hay un montón de periodistas enamorados de Pfizer”.
Ginés González García dio detalles de la negociación con Pfizer: “Ellos nunca nos quisieron vender”
En este sentido, este miércoles un grupo de diputados de Juntos por el Cambio presentó un proyecto de ley ante la Cámara Baja para modificar el artículo 4º de la Ley Nº 27.573 de Vacunas Destinadas a Generar Inmunidad Adquirida contra el COVID-19, sancionada el pasado 6 de noviembre de 2020.
Allí se detalla que el objetivo es modificar el artículo 4º de la ley quitando la palabra “negligencia” como una de las excepciones previstas actualmente en la Ley a la autorización de pactar cláusulas que otorguen indemnidad patrimonial en favor de quienes participen de la investigación, desarrollo, fabricación, provisión y suministro de las vacunas, respecto de indemnizaciones y otras reclamaciones pecuniarias. Esto podría provocar un giro de 180 grados en la negociación.
Según el director de Covax, el Gobierno se negó a recibir vacunas Pfizer a través de ese mecanismo
La cláusula de negligencia es el concepto que para Alberto Fernández representó, tal como dijo en una entrevista semanas atrás, una “situación muy violenta de exigencias”. Las palabras del Presidente sorprendieron si se tiene en cuenta que el país aún mantiene vigente las conversaciones con Pfizer para intentar llegar a un acuerdo.
Las diferencias por la palabra negligencia se remonta a octubre pasado cuando la Argentina sancionó en el Congreso una ley de vacunas a través de la que aceptó hacerse responsable material por las consecuencias no deseadas, excepto que Pfizer incurriera en negligencia. Este término disgustó a las autoridades de la compañía, que lo consideraron un concepto muy ambiguo. Entendieron que de esa forma se abría un escenario de posibles demandas hacia la firma y pidieron anular ese punto.
Si el laboratorio internacional no cede en esta cuestión, para llegar a un acuerdo el país debería modificar la ley de vacunas que sancionó en octubre pasado. “Para el volumen de vacunas que necesita el país, no entendemos que Pfizer sea una solución, a los países de la región les entregó muy poco por eso Chile empezó a vacunar con la de Sinovac”, se defienden en el Gobierno. Sin embargo la cuestión ya le generó varios dolores de cabeza a la Casa Rosada.
Incluso las negociaciones se vieron manchadas en las últimas semanas por nuevos capítulos de tensión entre el Gobierno y la oposición. Fue luego de que Patricia Bullrich afirmara que la Casa Rosada le había pedido un pago de coimas a los representantes del laboratorio internacional a cambio de cerrar el trato. Alberto Fernández anunció, a raíz de estos dichos, que la denunciaría en la Justicia. Lo que finalmente ocurrió.