La popularidad de Sylvester Stallone no pasaba por su mejor momento a principios de los años 90 y el intérprete buscó inicialmente refugio en películas con vocación más cómica y un tanto olvidables como ‘Oscar, ¡quita las manos!’ o ‘¡Alto! o mi madre dispara’. Su regreso triunfal al cine de acción se produjo en 1993 con ‘Máximo riesgo’ y ‘Demolition Man’, cinta que esta noche podréis ver en laSexta a partir de las 22:30.
Eso sí, el plan inicial no era que Stallone se enfrentase a un por aquel entonces ascendente Wesley Snipes, pues inicialmente se barajó la idea de que Steven Seagal diese vida a John Spartan y Jean-Claude Van Damme como Simon Phoenix. No fue posible, siendo eso clave para que posteriores versiones del guion añadieran esos elementos de comedia que ayudaron a convertirla en uno de los mejores espectáculos de acción de Hollywood durante los años 90.
Una mezcla imposible que funciona de maravilla
Es cierto que al principio, con ese intenso prólogo en el que Stallone logra detener a Snipes pero a costa de caer en la trama que le había tendido, toda apunta a un festival de excesos con la acción como único gran elemento, pero no deja de ser una forma muy potente de presentar la rivalidad entre los dos protagonistas antes de la verdadera película.
Es cuando da el salto al futuro cuando ‘Demolition Man’ brilla realmente, ya que consigue durante la mayor parte de su metraje encontrar un peculiar equilibrio entre la ciencia ficción, la comedia y la acción. Al final todo acaba encaminado al inevitable enfrentamiento entre Stallone y Snipes, pero lo delirante que podría resultar de forma aislada adquiere una dimensión diferente gracias a todo lo que hemos visto antes.
En el guion de ‘Demolition Man’ metió mano muchísima gente, algo que a menudo suele tener resultados poco estimulantes, pero aquí fue clave para dar vida a un espectáculo único, quizá la única gran producción de acción de Hollywood durante los años 90 que puede competir con ‘Cara a cara’ en cierto sentido. Curiosamente, la película de John Woo tardó años en hacerse por culpa de ‘Demolition Man’, ya que Joel Silver iba a ser el productor de ambas, pero acabó descartando ‘Cara a cara’ por las similitudes en su planteamiento.
Solamente hay que echar un ojo a las tres personas que aparecen acreditadas como guionistas para tener claro que la aportación de Daniel Waters, también autor del libreto de ‘Escuela de jóvenes asesinos’ y cofirmante de ‘Las aventuras de Ford Farlaine’ y ‘El gran halcón’, fue una de las claves para que el humor de ‘Demolition Man’ acabe convirtiéndose en la gran baza de la película. No deja de ser curioso que llegase el mismo año que la también imprescindible ‘El último gran héroe’, cinta que hasta cierto punto jugaba a a lo mismo.
Porque sí, hay unas cuantas escenas de acción, resueltas con soltura pero sin brillo por el director Marco Brambrilla, donde quien mejor luce es Wesley Snipes cuando le dejan cierto margen en lo físico, y ese futuro que plantea tiene ideas de lo más curiosas, pero a la hora de la verdad lo que se queda realmente en la memoria es la sensación de estar viendo una película bastante ligera gracias a los cómico, algo que el propio Stallone entiende muy bien en lugar de abordar la película como otro mero gran espectáculo.
Desde la broma recurrente de las tres conchas hasta las multas por el incumplimiento del estatuto de moralidad verbal, ‘Demolition Man’ está trufada de pequeños detalles que hacen de su revisionado una experiencia gozosa. No me quiero olvidar tampoco de ese derroche de simpatía e ingenuidad del personaje interpretado por Sandra Bullock, aunque luego a la hora de la verdad las estrellas de la función sigan siendo Stallone y Snipes.
Todo eso también beneficia a su vertiente más excesiva, convirtiendo en inolvidables todos los «Simon dice» de Snipes y, sobre todo, creando el clima adecuado para pasárselo en grande con ella. Es cierto que hay algunos secundarios que aportan bien poco más allá de la necesidad de la historia de ir hacia delante, pero nunca llegan a ser una molestia.
Llevamos años oyendo hablar de una posible secuela, algo comprensible dado el cariño con el que muchos cinéfilos recuerdan ‘Demolition Man’, pero la cosa no termina de concretarse. La verdad es que cuesta imaginar un motivo estimulante para recuperar a John Spartan, pero bueno, ellos sabrán, que es cierto que la primera tuvo éxito, pero tampoco fue ningún gran bombazo con los 159 millones de dólares de recaudación mundial que obtuvo.