Hace un par de días, Elon Musk envió un mail durante la noche a la plantilla que queda en Twitter (se calcula que 2.900, mientras que cuando llegó a las oficinas hace unas semanas había 7.500 personas) con un ultimátum. Tenían poco más de 24 horas para pulsar un botón que decía «sí» y que les obligaba a comprometerse a trabajar intensamente y muchas horas para la era Twitter 2.0.
Ya ha pasado el plazo y se ha sabido que «cientos de personas» no han pulsado ese botón, lo que, como decía el mencionado mail, se traduce a que deben dejar Twitter aunque reciben 3 meses de salario como compensación. Cabe decir que quienes se quedan no saben cómo piensa Musk compensarles con acciones ahora que Twitter es una empresa privada que ya no cotiza en bolsa.
Según una fuente anónima dentro de Twitter, múltiples equipos de ingeniería «críticos» dentro de la red social ya han renunciado completamente o casi completamente. Por ejemplo, el equipo que mantiene las bibliotecas del sistema central de Twitter, que todos los ingenieros de la empresa utilizan, se ha negado a seguir en esta empresa, según las informaciones filtradas.
Algunos mostraron en su perfil de la plataforma sus últimos segundos en Twitter mostrando cómo su acceso a los sistemas se estaba cerrando (esta es la forma de Musk de despedir a la gente):
It’s been a ride pic.twitter.com/0VDf5hn2UA
— Matt Miller (@brainiaq2000) November 17, 2022
Sobrevivir una empresa sin su pilar
La pasaba semana, figuras clave del desarrollo de Twitter se fueron y Musk (que ayer ya anunció que no será CEO de Twitter en el futuro y que quiere a un sustituto para el puesto) llegó a avecinar una quiebra por el devenir de los acontecimientos.
Ahora The Verge ha hablado con empleados que se quedan y otros que se marchan de Twitter y opinan que dada la magnitud de las dimisiones de esta semana, creen que la plataforma podría romperse pronto. Uno de ellos dijo que han visto a «ingenieros legendarios» y a otros a los que admiran irse uno a uno.
Paranoia de Musk
Con todo esto, parece ser que Musk está paranoico pensando en que todo esto se trata de un sabotaje de los ingenieros y otros empleados, a su empresa. El jueves se reunió con un pequeño grupo de ingenieros senior para escuchar por qué muchos de ellos planeaban irse, como se ha filtrado desde dentro. Según un empleado declaró a medios: «la gente no quiere sacrificar su salud mental y su vida familiar para hacer más rico al hombre más rico del mundo».
Cabe decir que no hay un departamento de comunicación de Twitter en Estados Unidos o «está diezmado» según la CNN, al que preguntarle comentarios al respecto.
Anoche alguien ha «trolleado» al magnate, pero en el mundo analógico y no en la red social. Alguien proyectó sobre las paredes de las oficinas centrales de Twitter diversos insultos o definiciones sobre el multimillonario como «parásito supremo», «dictador» o «especulador del apartheid».
Twitter’s San Francisco headquarters has gone hardcore tonight. #TwitterTakeover pic.twitter.com/DoG5pDD4AD
— Muskrat McRatfu*ker needs to resign as CEO (@christoq) November 18, 2022
Hace una hora Musk publicó en su siempre activo perfil de la red social una foto en la que «Twitter» entierra a «Twitter» en un cementerio.
— Elon Musk (@elonmusk) November 18, 2022