Muchas veces abusamos en los medios de cine y televisión como este de los titulares y eslóganes de «tal serie quiere ser la próxima tal«. Afirmación a medio camino a cómo nos lo quieren vender desde la productora y nuestra propia percepción gracias, mayormente, a los tráilers y las sinopsis que nos ofrecen.
Con el final de ‘Juego de Tronos‘ hace unos meses, tenemos la sensación de que toda nueva serie de tinte fantástico quiere captar a todos los espectadores de la producción de HBO. Y lo intentan. Y con ‘Carnival Row‘, la ambiciosa nueva serie de Amazon Prime, no lo disimulan.
Porque cuando hablamos de «nueva TAL» no lo decimos en un sentido de historia, sino más bien de presentación, de enfoque, tono, los temas que quieren tratar y sobre todo de ambición. ‘Carnival Row’ va en este sentido a por todas, con un gran nivel de producción y un complejo entramado de personajes y subtramas. Tanto que llega a ser desconcertante.
Demasiadas cosas en el plato
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Cuando empezamos a saber del proyecto, sabíamos que: a) era un mundo lleno de criaturas mágicas; b) era fantasía tipo steampunk en una ciudad «victoriana»; c) habría una trama de misterio y asesinato y d) Orlando Bloom y Cara Delevigne protagonizaban. Pero nada más comenzar el primer episodio, Travis Beacham (cuya idea original consistía en una película) y René Echevarria nos meten de lleno en un buffet libre de platos que no casan.
‘Carnival Row’ tiene su gran fuerte en la exploración de todas las capas la sociedad de Burgo: una gran ciudad dickensiana (ese «era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos») en la que conviven humanos con todo tipo de criaturas mágicas, normalmente refugiadas y de clase ya no baja sino desheredadas. Se muestra, desde un primer momento, como un drama político, social y criminal.
En un puzle que suele funcionar sobre el papel vemos grandes e importantísimas familias rivales; una joven desesperada por no perder el legado (y el estatu social) de su casa; racismo en todos los estratos de la sociedad; brutalidad policial; bandas criminales y otras facciones que no dudan en matarse entre ellos… es un drama de bajos fondos y de ambiciones.
Una ambientación excelente
A nivel de producción, ‘Carnival Row’ tiene muy pocos defectos. La ambientación es impresionante, con una Praga reconvertida hasta el último milímetro en una sensacional Burgo. Lo mismo se puede decir de los escenarios, vestuarios, caracterizaciones.
En cuanto al guion, la serie falla en cómo presenta las distintas subtramas. El haber pocos personajes y temas (o ninguno, de hecho) en común hace que sea difícil adivinar muy bien qué está pasando. Sí que se intuye que llegará un punto en el que las tramas se crucen, pero es una intuición debida más a nuestra experiencia viendo dramas serializados que porque se anticipe.
Así, cada episodio parece un puñado de piezas que no terminan de encajar por querer ampliar todo lo posible el foco. ‘Carnival Row’ funciona mucho mejor a pequeña escala que cuando se lanza en plan «macro historia». De hecho, casi el mejor episodio de toda esta temporada 1 es el tercero, en el que se cuenta «el origen» de la relación entre los dos protagonistas, Philo y Vignette.
Esta temporada 1 de ‘Carnival Row’ (recordemos que tendrá segunda temporada) ha jugado mucho con sus referentes y nos ha llevado por terrenos familiares desde Verne hasta Jack el Destripador pasando por series como ‘Penny Dreadful‘. El resultado es algo que podría haber dado bastante más de sí si hubieran acertado en el modo de presentar la historia.
‘Carnival Row’ se puede ver en Prime Video