Después de 60 años, Burkina Faso, país pobre y políticamente inestable de África Occidental, anunció este miércoles la ruptura del acuerdo de asistencia militar con Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, sostuvo que su país debe dejar de interferir en las zonas del continente que alguna vez gobernó como potencia colonizadora.
«El Gobierno de Burkina Faso denuncia el acuerdo de asistencia técnica militar, suscripto en París el 24 de abril de 1961 entre la República del Alto Volta (nombre anterior de Burkina Faso) y Francia incluidos sus dos anexos», informó el diario local Faso, citando la carta que el Ministerio de Exteriores envió a la Cancillería francesa. La anulación del tratado se hará efectiva un mes después de la notificación a París, recogió la agencia de noticias Sputnik.
A finales de enero se informó que el Gobierno interino burkinés había denunciado la presencia de las Fuerzas Armadas francesas en el país.
Los históricos vínculos económicos que Francia tuvo con la región se están viendo amenazados por la fuerte presencia comercial de Rusia, China y Turquía
El pasado 30 de septiembre, un grupo de militares, encabezado por el capitán del Ejército Ibrahim Traoré, derrocó al líder de la anterior junta militar, teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, quien había llegado al poder tras un golpe de Estado en enero de 2022.
Además de la destitución de Damiba, los golpistas –que afirman pertenecer al Movimiento Patriótico de Salvaguardia y Restauración (MPSR), al igual que el teniente coronel– anunciaron la suspensión de la Constitución, la disolución del Gobierno y el cierre de las fronteras hasta nuevo aviso.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió ayer reducir el número de soldados franceses en África en virtud de una “nueva alianza de seguridad” con las naciones involucradas e instrumentar políticas económicas más ambiciosas a fin de impulsar la debilitada influencia de su país en el continente.
Este miércoles, durante su discurso en el palacio presidencial del Elíseo antes de emprender un viaje a Gabón, Angola, la República Democrática del Congo y el Congo, el mandatario dijo que Francia debe dejar de interferir en las partes de África que alguna vez gobernó como una potencia colonizadora, y afirmó que el continente ya no es su “patio trasero”.
“Hay otro camino. Debemos dirigirnos a las naciones africanas como socios con los que compartimos intereses y responsabilidades equilibradas y recíprocas”, refirió Macron, quien prometió una “nueva alianza de seguridad” con una menor cantidad de soldados franceses en el continente.
«Nuestro modelo ya no debe ser más bases militares como las que tenemos ahora. Mañana, nuestra presencia militar pasará por bases, escuelas, academias, que serán gestionadas conjuntamente” por personal francés y africano.
En el último año, las tropas francesas tuvieron que retirarse de Malí, que recurrió en su lugar a contratistas militares privados rusos del Grupo Wagner, y más recientemente de Burkina Faso, que parece dispuesto a estrechar vínculos con Moscú
“Y lo digo muy claramente: El papel de Francia no es arreglar todos los problemas de África”, sentenció.
La influencia del país galo en el continente enfrenta sus mayores desafíos en décadas y el creciente sentimiento antifrancés provocó protestas callejeras en varios países de África Occidental y Septentrional.
Además, los históricos vínculos económicos que Francia tuvo con la región se están viendo amenazados por la fuerte presencia comercial de Rusia, China y Turquía.
En el último año, las tropas francesas tuvieron que retirarse de Malí, que recurrió en su lugar a contratistas militares privados rusos del Grupo Wagner, y más recientemente de Burkina Faso, que parece dispuesto a estrechar vínculos con Moscú.