Bob Iger se cobra su primera víctima tras el regreso como CEO de Disney y destaca su misión por honrar la creatividad: «el corazón y el alma de quienes somos»

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Ayer mismo os contábamos que Disney estaba viviendo su terremoto particular antes después de que Bob Iger haya regresado a la compañía para ocupar el puesto de CEO que ya ostentó hace tres años, destronando a Bob Chapek de la posición de presidente ejecutivo. Un día más tarde, con los cimientos de la empresa aún tambaleándose, este cambio de corona ya se ha cobrado su primera víctima.

Creatividad al poder

Esta no ha sido otra que Kareem Daniel, uno de los hombres de confianza de Chapek que ocupaba el puesto de director de la división de Media and Entertainment Distribution. La decisión de desprenderse de Daniel, según ha anunciado Iger en un comunicado a sus empleados, forma parte de un plan para diseñar «una nueva estructura que ponga la toma de decisiones en  manos de los equipos creativos y que racionalice los costes»; y es que Iger ya ha declarado reestructurar las cosas «de un modo que honre y respete la creatividad como el corazón y el alma de quienes somos».

Para crear susodicha estructura, el nuevo CEO ha puesto su confianza en Dana Walden, Alan Bergman, Jimmy Pitaro y Christine McCarthy, quienes tendrán entre sus objetivos «reorganizar» el departamento de Media and Entertainment Distribution; encargado entre otras cosas de la distribución y la venta de espacios publicitarios en las plataformas de Disney, y que sufrió pérdidas de 1.500 millones de dólares en el último cuarto del año fiscal.

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Es, precisamente, la estrategia a la hora de priorizar la distribución de contenidos y los beneficios sobre la creatividad la mayor diferencia entre las gestiones de Iger y Chapek. El actual presidente ejecutivo ya declaró en 2021 que «en un mundo y en un negocio que está inundado con datos, es tentador utilizarlos para responder todas nuestras preguntas, incluyendo las creativas», instando a «no hacerlo».

Las discrepancias entre ambos CEO también se ven reflejadas en su punto de vista sobre los planes de precio de los servicios de streaming ofrecidos por Disney. Mientras que el plan de Iger siempre ha sido el aumento gradual con cantidades en torno al dólar anual por cada mes de suscripción, Chapek optó por el aumento directo de tres dólares para maximizar los beneficios tras el crecimiento en suscriptores.

Parece que el desembarco de Bob Iger en Disney va a traducirse en una Casa del ratón más creativa y menos pendiente de algoritmos, hojas de cálculo y libros de fórmulas y, en última instancia, los grandes beneficiados de esto no somos otros que los consumidores.