La desarrolladora de Fortnite tiene clara desde hace tiempo su apuesta por los deportes electrónicos. A mediados del año 2018, Epic Games declaró su intención de invertir 100 millones de dólares en los esports a lo largo de todo un año. Sin embargo, al principio la compañía no había definido cómo presentar la estructura competitiva y fue buscando una que se adecuase lo mejor posible al espectáculo y al entretenimiento.
2018 sirvió como terreno de pruebas para varias cosas: probar la potencia de Fortnite más allá del juego casual, como producto para las masas; pero también para ensayar con diversos modelos de competición, tipos de torneos y formato para desenmarañar un compendio de posibilidades que todavía nadie había marcado como estándar en los deportes electrónicos.
Tanto PlayerUnknown’s Battlegrounds (PUBG) como Fortnite abrieron un camino que se alejaba de las tradicionales partidas por equipos claramente delimitadas: mientras que PUBG se decantó por una oferta más amplia, con torneos por escuadrones sobre todo; el juego de Epic Games optó por apostar fuerte por los eventos en solitario o por parejas, pero sobre todo por aquellos en donde primaba el talento individual de cada competidor.
Un camino de luces y sombras
Después de haber organizado más de 30 eventos de todo tipo entre Norteamérica y Europa, con algunos pequeños y más localizados y otros con clasificatorios online multitudinarios, el Battle Royale ha dejado una estela de millones de dólares y se ha convertido rápidamente en uno de los deportes electrónicos más atractivos para jugadores y público.
“Este año pasado ha sido una experiencia de aprendizaje inestimable para todo el equipo de Fortnite competitivo”, dicen en uno de sus comunicados oficiales a la vez que resaltan la importancia de todos los torneos organizados en 2018 a la hora de haber hecho que la experiencia del Battle Royale pudiera “crecer, evolucionar y tomar forma”. Los conocidos como eventos Skirmish, con presencia durante primavera (spring), verano (summer) y otoño (fall) fueron durante mucho tiempo la punta de lanza de la estructura competitiva, una que copaba titulares gracias a las abultadas bolsas de premios que iban unidos a cada uno de ellos.
Sin embargo, en invierno el sistema cambió y la etiqueta Skirmish pasó a un segundo plano con Winter Royale, una vez más acomodado entre fajos y fajos de dólares. El punto distintivo de este torneo fue su apertura total a la comunidad, Epic Games quiso animar a todos los jugadores interesados en el competitivo de Fortnite a soñar con el triunfo y unos cuantos ceros extra en su cuenta corriente. Desgraciadamente la iniciativa fracasó.
Winter Royale, lejos de ser la fiesta que Epic tenía prevista, pasó a ser un espectáculo de los horrores con hackers campando a sus anchas en el que la fortuna quiso que acabara con un «streamer». El bochorno pudo ser visto por miles de personas y noticia poco después. Gracias a ello se pudo disponer de pruebas fehacientes de la existencia de tramposos en el torneo y de la escasa empatía de los mismos.
A pesar de todo, Fortnite todavía tenía una pequeña mancha más que sumar a su historial antes de cerrar 2018. ESP Gaming celebró el WSOE, un torneo de 100.000 dólares de premio, y Epic Games decidió que el mejor sitio para presentar su nueva arma era el propio torneo, sin posibilidad de haber sido probada por los jugadores de manera previa y poniendo en tela de juicio la integridad de la competición.
A priori, se podría haber pensado que las dudas tenían cimientos de arena, pero el historial de la compañía revelaba unos sistemas un tanto precarios a la hora de equilibrar correctamente la aparición de nuevas armas. Todavía coleaba entre la comunidad la descacharrante aparición de la Hoja del Infinito, que provocó ira y gozo a partes desiguales entre los que la empuñaban y los que probaban en sus propias carnes.
Aprendiendo de los errores
Epic Games no ha llevado a Fortnite hasta donde está por pura casualidad, el fenómeno está ahí, desde luego, pero sus creadores han sabido a la perfección cómo cuidarlo, alimentarlo e impulsarlo para que haya alcanzado cotas que han sobrepasado lo inimaginable. Por supuesto, durante todo este proceso ha habido tropiezos, pero de ellos se han levantado aún más fuertes, y en este caso la historia no parece distinta.
Por el momento la compañía ha compartido tan solo una parte de su plan para el competitivo, pero han avisado de que estará compuesto por varias más. A pesar de lo poco revelado hasta ahora, la escena competitiva de Fortnite será muy distinta en 2019.
“Valoramos la capacidad de los jugadores para adaptarse a un juego que cambia con el tiempo”
“Valoramos la capacidad de los jugadores para adaptarse a un juego que cambia con el tiempo y creemos que estos cambios mantienen vivo Fortnite tanto para los jugadores, como para los competidores y espectadores”, explican en el texto. Sin embargo, han destacado la necesidad de dotar a la comunidad de un tiempo prudencial con el que poder adaptarse de la mejor manera posible a todas estas modificaciones que atañen a la jugabilidad. “Este margen de tiempo podría variar entre un par de días y una semana tras el lanzamiento”, sentencian.
Dentro del mismo comunicado han confirmado que para las competiciones de Fortnite, empezando por la que se celebrará durante el Abierto de Austrialia, la idea es utilizar los modos básicos del juego. No obstante, se ha detallado que en el caso de competiticiones oficiales “importantes” es posible que el sistema “varié dependiendo de las necesidades de las mismas”.
Conforme se vayan conociendo nuevos detalles de los planes de Epic Games para este 2019 actualizaremos el artículo con el objetivo de mantenerlo lo más al día posible.
Imagen vía Epic Games