Si los planes del gigante brasileño de la alimentación JBS siguen su curso, en breve la gastronomía vasca será conocida por algo más que el marmitako, bacalao al pil pil o txangurro. Su nombre se asociará con la carne de res cultivada en laboratorio. Y con razón. Lo que la multinacional quiere crear en tierras guipuzcoanas es la mayor planta del mundo dedicada a este tipo de alimentos, capaz de producir a medio plazo hasta 4.000 toneladas métricas de carne de vacuno cada año.
No son deseos, ni intenciones. El proyecto ya ha arrancado.
¿Una macroplanta de carne cultivada? Exacto. JBS, un gigante del sector, considerado como el mayor productor de carne de vacuno del planeta, ha puesto sus ojos en San Sebastián para levantar una macroplanta dedicada a la elaboración de proteína cultivada en laboratorio. Y no cualquiera. Quiere impulsar la mayor factoría de su tipo, una instalación que se levantará en un terreno de 20.000 m2, creará 150 empleos y costará 41 millones de dólares, unos 38 millones de dólares.
¿Sabemos algo más del proyecto? Sí. Que será su primera planta a escala comercial para producir carne cultivada en laboratorio, que si todo marcha según lo previsto estará lista para mediados de 2024 y que el objetivo es que genere más de 1.000 toneladas métricas de carne de res al año. Eso de entrada, claro, porque a medio plazo quiere llegar a 4.000 toneladas métricas. Con semejantes cifras la firma brasileña reivindica que será la planta de su tipo más grande del mundo.
Bloomberg va algo más allá y detalla que la factoría, que se alzará en San Sebastián, será propiedad de la compañía de productos cárnicos cultivados BioTech Foods, con sede en País Vasco y en la que JBS tiene una participación del 51%. La operación que permitió a la multinacional brasileña hacerse con el control de BioTech se cerró en 2022 y ya entonces se anunciaba que aspiraba a impulsar una amplia factoría con una inversión de 41 millones de dólares.
¿Qué es eso de la carne cultivada? BioTech Foods, creada en 2017 y que ya opera una planta piloto en el Parque Tecnológico de San Sebastián, se reivindica como uno de los primeros proyectos empresariales biotecnológicos centrados en el desarrollo de carne cultivada. El concepto quizás resulte llamativo, pero tiene poco de nuevo y parte de un planteamiento sencillo, al menos sobre el papel: obtener piezas de carne sin dañar reses y de una forma rentable y sostenible.
¿Cómo? BioTech Foods lo resume con claridad en su página web: se extraen células musculares de animales y cultiva luego sometiéndola a unas temperaturas y nutrientes básicos para acabar obteniendo «carne similar a la carne picada, con la que podemos hacer deliciosos y nutritivos Nuggets, hamburguesas, salchichas…» Los vascos no son los únicos que están explorando ese proceso. Uno de sus grandes referentes es de hecho la compañía israelí Future Meat, que lleva ya tiempo asegurando que puede producir carne cultivada a una escala industrial.
¿Cuál es el objetivo? A lo que aspira JBS es a diversificar su oferta y posicionarse de paso en el mercado. Sobre la mesa tiene cifras que le animan a hacerlo. Our World in Data calcula que la producción mundial de carne se ha más que triplicado a lo largo de los últimos 50 años y la FAO prevé que la demanda global de proteína animal se incremente de forma notable para 2050.
Con ese telón de fondo, JBS incide en el potencial de la carne salida de laboratorios. «Dados los desafíos impuestos a las cadenas de suministro globales, la proteína cultivada tiene el potencial de estabilizar la seguridad alimentaria y la producción mundial de proteínas», recalca Íñigo Charola, de BioTech.
Imagen de portada: JBS