‘First Dates’: la soltera que criticó el peso de su cita tras haber superado un cáncer. «Todavía tiene que perder unos kilitos»

0
136

Que hay gente muy exigente con el aspecto físico es algo que nos ha quedado claro viendo ‘First Dates’… pero decirle que todavía le sobra peso a una persona que ha perdido 55 kilos tras superar un cáncer, eso ya es otro nivel.

Tú cuídate

Claudia tiene 45 años, es «muy murciana y a veces muy brasileña» y trabaja como esteticien. Busca a un hombre honesto y caballeroso, siempre que no sea controlador ni pegajoso y, por supuesto, que no le haga piropos porque ya se los hace ella sola.

Diego tiene 47 años, es pensionista y viene de Alicante. Superó un cáncer de cólon que le dejó con 55 kilos menos después de 37 quimios. Nada más entrar en el restaurante de ‘First Dates’ ya se le han ido los ojos hacia la «gran personalidad» de Claudia.

'First Dates': la soltera de Valdepeñas y su reacción al ver la estampa de su cita. "Se ha escapado del museo de la ciencia"

Desde el princio, Claudia no parecía muy entusiasmada: «Me ha parecido bien de cara pero el cuerpo no le acompaña». Nada más empezar la conversación, se ha puesto a la defensiva diciendo tajantemente que «a ella no la controla ni Dios».

La murciana admitía que era «reservada y complicada» y que hay que saber convivir con ella porque tiene mucho carácter. Viendo que no era «su tipo de hombre», Claudia ha remarcado mucho lo exigente que se ha vuelto con las relaciones y él se la ha visto venir: «Cuídame de las aguas bravas, que de las mansas ya me cuidaré yo».

First Dates Cita

First Dates Cita

En la decisión final, a Claudia casi le da un parraque cuando Diego ha dicho que le gustaría tener una segunda cita. Ella ha insistido en que sería solo como amigos, porque «tiene que perder unos kilitos» y «cuidarse más». «O sea, que ha sido por el físico» ha zanjado él, después de la perorata de ella. «Yo he pasado un cáncer, así que conocerme, me conozco muy bien».

En Espinof | Por qué todo ha cambiado con el «fatsuit»: el éxito de Brendan Fraser reaviva una polémica que empezó en la comedia y se ha trasladado al drama de Oscar