Hay vida más allá de Windows. Y de Linux. Y de Mac. Incluso de ChromeOS, Android o *BSD. Más allá de todo eso, hay usuarios, millones de líneas de códigos y un montón de nuevas ideas que no conviene despreciar sólo porque los grandes sistemas operativos hagan las cosas de otro modo.
Y sí, a veces en su mayor parte lo que hay es nostalgia a raudales. ¿Y qué? Veamos algunos sistemas operativos raros, venga:
CollapseOS
Empezamos fuerte: Collapse OS es el sistema operativo del apocalipsis. Más o menos. Su creador lo planteó para un mundo en el que los dispositivos electrónicos sigan existiendo, pero la cadena de suministro global no funcione, y haya que vivir de reprogramar hardware antiguo y sencillo cuando se estropeen los actuales PCs.
Por eso, está pensado para funcionar en microprocesadores Z80 de 8 bits, que son prácticamente omnipresentes en toda clase de dispositivos electrónicos hoy en día. Si tienes un búnker antinuclear bajo tu cabaña en el bosque, bájate este SO y aprende a usarlo.
TempleOS
Otro plato fuerte: TempleOS es uno de los pocos SO modernos de dominio público (esto es, más allá del ‘open source’)… y también es un sistema operativo diseñado según las instrucciones de Dios para convertirse en su tercer templo: al menos eso decía su creador, Terry A. Davis, un genio de la informática que podría haber sido otro Steve Jobs si no hubiera empezado a sufrir esquizofrenia antes de cumplir los 30.
Sus características forman una combinación extraña: 64 bits, multi-núcleo y con soporte para ratón… pero también con monousuario, con gráficos de 16 colores, resolución 640×480 y una interfaz basada mayoritariamente en texto, sin soporte para tarjetas de sonido ni redes. Permite cargar el código de las aplicaciones (en su particular lenguaje HolyC) desde la shell.
Eso sí, queremos romper una lanza en defensa de su innovador sistema de hipertexto, el DolDoc, que constituye la base de su shell, de su editor de textos, de su administrador de archivos, etc. Menús dentro de archivos de texto, diagramas de flujo en los comentarios de código, enlaces en la terminal… una locura, en el mejor de los sentidos.
SerenityOS
El creador de SerenityOS, Andreas Kling, empezó este sistema operativo como un proyecto personal tras salir de una clínica de desintoxicación. Hoy en día triunfa en YouTube manteniendo a su cada vez más amplia comunidad de seguidores informada de las últimas actualizaciones del sistema.
Resumiendo mucho, es un sistema operativo estéticamente idéntico a Windows NT con un kernel Unix creado en C, desde cero, por Kling. Y permite ejecutar Half-Life.
Haiku
A principios de los 90, Apple sabía que necesitaba renovar de arriba a abajo el sistema operativo de sus Macs. Borrón y cuenta nueva. Y los dos principales SO’s disponibles para esa tarea habían sido creados recientemente por ex-directivos de Apple: uno era BeOS, creado por Jean-Louis Gassée y Steve Sakoman; el otro, NeXTSTEP, creado por un tal Steve Jobs. Ya sabemos cómo terminó eso, pero si los directivos de Be Inc. no se hubieran ‘subido a la parra’ valorando su empresa, la historia de macOS habría sido muy diferente.
La última versión de BeOS se lanzó en 2001, aunque rápidamente su pequeña, pero entusiasta comunidad de desarrolladores creó un heredero ‘open source’, un nuevo sistema operativo 100% compatible con el original: Haiku. En su momento, BeOS resultó revolucionario por su temprano enfoque en multimedia e Internet… hoy en día, es un interesante juguete para programadores nostálgicos (que no es poco).
ArcaOS
Si Haiku es el hijo del ‘sistema que pudo ser macOS’, ArcaOS es el hijo del ‘sistema que pudo ser Windows’. En origen IBM y Microsoft iban a colaborar en el desarrollo de algo llamado OS/2 hasta que Bill Gates decidió descolgarse y lanzar Windows 3.0. IBM tiró para adelante con OS/2 y, tras su fracaso, terminó sirviendo como base para este relanzamiento para nostálgicos que nos ofrece un sistema de apariencia vintage pero capaz de ejecutar herramientas como Firefox y OpenOffice.
Redox
Linux lleva ya un tiempo debatiendo cómo empezar a introducir, poco a poco, el lenguaje Rust en su kernel. Son muchos años de código C/C++ y un sistema operativo como ese no se puede permitir experimentos. Por fortuna, otros sí pueden: Redox es otro sistema operativo gráfico compatible con Unix (como Linux), y con el paquete habitual de herramientas básicas bajo el brazo (navegador, editor de texto, etc)… pero íntegramente basado en Rust.
Otra particularidad de Redox es que, en este sistema operativo, «todo es una URL»; es decir, que para registrar sucesos del sistema se utiliza ‘log://…’, para establecer comunicaciones de red ‘tcp://…’. Además, la configuración del sistema se realiza, integramente, con ficheros de texto en formato TOML, una versión estandarizada y simplificada de los viejos archivos *.INI.
Plan9
Si Redox era un sistema operativo basado en Unix para el que ‘todo es una URL’, Plan9 es un sistema operativo basado en Unix para el que ‘todo es parte del sistema de archivos’ (/net representa las comunicaciones de red y /proc los procesos activos). Creado en los años 90 por Bell Labs (los del Unix original, C y C++), hoy en día sigue siendo desarrollado por Plan 9 Foundation, y está disponible para multitud de plataformas de hardware, incluyendo x86-64, ARM, PowerPC, etc.
KolibriOS
KolibriOS es un proyecto fundado en 2004 como un fork de MenuetOS para proporcionar un sistema operativo x86 de 32 bits que resulte, valga la redundancia, verdaderamente operativo a la hora de usar tu PC (permitiéndote programar, escuchar música, jugar o navegar por Internet), garantizando un buen funcionamiento ejecutándose en hardware de cierta antigüedad gracias a estar íntegramente desarrollado en ensamblador.
Está pensado para poder ejecutarse desde un viejo disquete de 1,44 MB (el cuadrado del icono de ‘Guardar’, si eres de la generación Z), pero también podremos usarlo desde un LiveCD o desde un USB autoarrancable.
Genera
En los años 70, se lanzaron las ‘máquinas LISP’, computadoras íntegramente basadas en LISP, el lenguaje de programación por excelencia para el desarrollo y ejecución de [lo que en aquel momento llamábamos] inteligencia artificial. Genera es el nombre que Symbolics dio al sistema operativo de sus máquinas LISP, y se basa en algunas ideas fundamentales: 1) todo es LISP, sólo el hardware está por debajo de LISP; 2) el código son objetos, los comandos son objetos, los datos son objetos; 3) toda ventana se muestra a pantalla completa, aunque pueda integrar subpaneles adaptables… con otras aplicaciones dentro.
Hoy en día existe OpenGenera (que podemos ejecutar virtualizado dentro de Linux) y varios sistemas operativos en las primeras fases de su desarrollo que tratan de inspirarse en este SO.