La repostería sin gluten es mucho más sencilla de elaborar en casa que la panadería, y en ocasiones nos brinda la posibilidad de disfrutar de migas mucho más tiernas y sabrosas, como sucede en la tarta de Santiago. También podemos conseguir dulces más nutritivos, como este bizcocho de zanahoria con quinoa y almendra, perfecto para animar el día desde el desayuno.
La harina de quinoa proporciona muchas más proteínas, vitaminas y minerales que el trigo refinado, y combina muy bien con la almendra molida en masas enriquecidas con algún vegetal o fruta. Hemos adaptado esta receta sustituyendo el sirope de arce por sirope de ágave, y reduciendo también su cantidad para que no resulte excesivamente dulce.
No teníamos puré de manzana en esos momentos en la despensa, así que un buen yogur natural de oveja ha sido el otro gran protagonista de una masa muy jugosa y saciante; puedes usar cualquier otro tipo de yogur, pero recomendamos que sea de primera calidad, de los que saben a yogur de toda la vida, con sabor y textura de antaño, sin nata ni almidones o gelatinas.
Precalentar el horno a 175ºC y engrasar un molde redondo de anillo de bizcocho, o desmontable. Puede ser tipo bundt cake e incluso un molde rectangular; si es más grande o más pequeño simplemente saldrá un bizcocho más alto o más bajo, y habrá que vigilar el tiempo de cocción.
Lavar, secar y rallar finas las zanahorias hasta tener unos 100 g y reservar. Mezclar en un recipiente grande la harina de quinoa con la almendra, las especias, la sal y la levadura. Formar un hueco en el centro.
En otro recipiente, batir con unas varillas manuales los huevos, el sirope, el aceite y el yogur, hasta tener una mezcla homogénea. Verter en la primera masa, cominar un poco y echar la zanahoria. Trabajar la masa hasta integrar todos los ingredientes homogéneamente.
Verter en el molde con cuidado y hornear en la parte inferior del horno (pero no abajo del todo) durante unos 40-45 minutos. El tiempo dependerá del tipo de molde y del horno, así que conviene vigilarlo hacia al final.
Retirar y esperar unos 8-10 minutos antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla. Espolvorear con azúcar glasé si se desea cuando esté completamente frío.
Con qué acompañar el bizcocho de zanahoria sin gluten
Podríamos coronar este bizcocho con un glaseado sencillo de azúcar glasé con zumo de limón o naranja, o simplemente algo de agua, si queremos darle un punto más goloso y vistoso. Sin embargo, para desayunos y meriendas bastará con espolvorearlo con el azúcar tamizado, y así será más fácil mojar nuestra porción en un vaso o cuenco de leche, bebida vegetal, café, o lo que surja.
Si todavía nos parece que hace demasiado calor para acompañamientos calientes, está muy rico con horchata casera de chufa o de almendra, y también con un café con hielo o un batido de frutas. Un poco de buen yogur natural casero, bien cremoso, puede redondear el desayuno.
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