Pastel de leche arrugado, receta tradicional griega (con vídeo incluido)

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Colocamos una lámina de masa filo sobre la encimera y la pincelamos por toda la superficie con la mantequilla derretida. Volteamos y doblamos por su parte más ancha como si fuera un acordeón. Enrollamos la tira resultante sobre si misma y la colocamos en el centro de un molde de 23 cm.

Repetimos la operación con el resto de láminas que vamos enrollando alrededor de las que ya hay colocadas en el molde hasta cubrir toda la superficie. Cocemos en horno pre calentado a 180ºC durante 20 minutos o hasta que la masa filo esté dorada y crujiente. Retiramos del horno y dejamos atemperar.

Es importante mantener tapadas con un trapo ligeramente húmedo las láminas de masa filo que no estemos trabajando, pues se secan con mucha facilidad. Si esto ocurriera quedarían inservibles al no poder doblarse como debieran.

Mientras tanto calentamos la leche en un cacito junto con la rama de canela y la piel del limón (sin nada de la parte blanca, que amarga). En cuanto arranque el hervor retiramos del fuego y dejamos atemperar. En un recipiente hondo batimos los huevos junto con el azúcar y la esencia de vainilla, desechamos la rama de canela y la piel de limón y añadimos la leche poco a poco al tiempo que removemos.

Vertemos la mezcla sobre la masa filo horneada, asegurando que llega a todos los rincones. Metemos de nuevo en el horno y cocemos otros 15-20 minutos a 180ºC. Retiramos del horno y dejamos templar antes de espolvorear con azúcar glasé y canela molida al gusto. Servimos templada o del tiempo.

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Con qué acompañar el pastel de leche arrugado

Este pastel de leche arrugado es perfecto para servir como postre y poner, con ello, el broche de oro a una comida de celebración. Es tan lucido como delicioso y, aunque está de muerte lenta recién hecho, aguanta bien el tipo durante unas horas. Eso sí, mejor comerlo frío que recalentado. Un café, infusión, leche fresca o una copita de licor son buenos acompañantes.