No sé que tienen las tartas de chocolate, que sean del formato que sean siempre triunfan. Y como soy buena conocedera de ello, cuando quiero hacer feliz a mis invitados ya sé que debo coger la bolsa de cobertura de chocolate y ponerme manos a la obra. El otro día me decanté por hacer una tarta de chocolate con whisky y chantilly de sirope de arce, perfecta para cerrar cualquier comida.
Esta tarta, una especie de tartaleta gigante, se compone de dos capas a cada cual más deliciosa, la primera una ganache de chocolate negro al 70% con un toque de whisky, perfecta para los más chocolateros, suavizada con una chantilly endulzada a base de sirope de arce, que consigue que una simple nata montada tome otra textura y un sabor diferente.
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