En cualquier competencia que se juega, nunca se puede subestimar a San Lorenzo. Cuando un equipo parece estar tocado con la varita y tiene intérpretes adecuados para cada situación, parece imparable. Cría cuervos y te sacarán los ojos dice un viejo refrán, y este Cuervo se los saca a cualquiera porque parece no tener rivales y marcha derecho en el arranque de este Súper 20.
San Lorenzo se levantó de un mal primer tiempo contra Hispano en Río Gallegos y como contra Boca en el debut, se lo llevó por delante en la segunda mitad y ganó el encuentro.
Fue 100-84 en un partido que lo tuvo a maltraer sobre todo en el cuarto inicial cuando los santacruceños sacaron una buena diferencia a partir de lo que hacía Podestá en el juego interno y el tiro de afuera de Diego García, quien clavó dos bombas seguidas en ese lapso. A San Lorenzo se lo vio desconectado, con Tucker fuera de contexto (terminó el juego con 0-7 de cancha y sin puntos), y poco aporte de Máximo Fjellerup desde el banco.
Pero el Ciclón tiene armas letales. En el segundo tiempo, Sims y Calfani ingresaron de la mejor manera y empezaron a torcer la historia. El ex Atenas clavó 19 puntos con 5-8 en triples, mientras que el uruguayo terminó también con 19 tantos, pero además bajó 13 rebotes, y se tornó importantísimo en defensa con cinco robos y dos tapas. Sí, un partido redondito el de Mathias.
Hispano volvió a las fuentes, trató de aguantar el mayor tiempo posible en ventaja, pero San Lorenzo se le fue encima. Le ganó el segundo tiempo 56-31 y lo apabulló con la diferencia de puntos entre los bancos con una ventaja de 53 contra apenas 19 de los dirigidos por Richotti. El Cuervo demostró que nunca se conforma y que va por todo.