Tu cámara de seguridad podría estar espiando para Irán: este es el mensaje que Israel está enviando a sus ciudadanos

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Que
la
tecnología
esté
teniendo
un
papel
central
en
el
creciente
conflicto
entre
Israel
e
Irán
no
es
algo
que
sorprenda
a
nadie,
pero
que
parte
de
esta
tecnología
sea
potencial
tecnología
de
vigilancia,
y
que
ambos
bandos
se
entrecrucen
acusaciones
de
usarla
en
su
favor
es
algo
a
lo
que
no
estábamos
tan
acostumbrados.

Y,
si
ayer
mismo

era
Irán
quien
acusaba
a
WhatsApp
de
estar
espiando
a
favor
de
Israel

y
pedía
a
sus
ciudadanos
que
desinstalasen
la
popular
app
de
mensajería,
ahora
es
Israel
quien
advierte
a
su
población
de
que
sus
propios
dispositivos
podrían
estar ‘trabajando
para
el
enemigo’.

Nuevos
campos
de
batalla

El
nuevo
campo
de
batalla
de
esta
guerra
en
ciernes
es
digital,
y
en
él
las
armas
son
dispositivos
comunes
en
miles
de
hogares:
las
cámaras
de
seguridad.
Las
autoridades
israelíes
han
lanzado

una
advertencia
urgente
a
la
población
civil
para
no
ser
espiados

por
el
régimen
de
los
ayatolás:

«Apaguen
sus
cámaras
o
cambien
las
contraseñas».

Una
muestra
más
de
que,
por
desgracia,
la
frontera
entre
lo
civil
y
lo
militar
se
ha
difuminado,
y
de
que
lo
que
fue
pensado
en
origen
como
un
recurso
para
la
seguridad
personal

se
ha
convertido
en
un
potencial
canal
de
inteligencia
militar

para
los
estados
enemigos.

Un
espionaje
al
alcance
de
todos

Durante
los
últimos
días,
expertos
israelíes
en
ciberseguridad
han
denunciado
que
Irán
está
interviniendo
cámaras
de
seguridad
privadas
para
obtener
inteligencia
en
tiempo
real,
justo
después
de
varios
ataques
con
misiles
que
destruyeron
edificios
en
Tel
Aviv
y
otras
ciudades.

Según
Refael
Franco,
exsubdirector
del
Directorio
Nacional
de
Ciberseguridad
de
Israel,

«los
iraníes
han
intentado
conectarse
a
cámaras
para
entender
dónde
impactaron
sus
misiles
y
así
mejorar
su
precisión».

Este
tipo
de
espionaje
no
es
nuevo.
En
2023,

Hamas
ya
utilizó
cámaras
privadas
para
recabar
información
antes
de
su
incursión
en
el
sur
de
Israel
.
En
ese
entonces,
se
descubrió
que
miles
de
cámaras
(tanto
públicas
como
privadas)
habían
sido
hackeadas
para
vigilar
movimientos
militares
y
civiles.

Un
problema
global,
no
solo
israelí

El
uso
malicioso
de
cámaras
de
seguridad
no
es
exclusivo
del
conflicto
israelí:
Rusia
utilizó
una
táctica
similar
durante
su
invasión
de
Ucrania
en
2022,
explotando
cámaras
en
cruces
fronterizos,
estaciones
de
tren
e
instalaciones
militares
para
ajustar
sus
ataques
en
tiempo
real.

En
respuesta,

Ucrania
prohibió
las
transmisiones
públicas
de
webcams

y
alertó
sobre
el
riesgo
de
que
las
imágenes
en
vivo
fueran
utilizadas
por
el
enemigo.

Incluso
Estados
Unidos
ha
tomado
medidas
preventivas.
En
2022,
la
Comisión
Federal
de
Comunicaciones
prohibió
el
uso
de
ciertos
equipos
de
vigilancia
fabricados
en
China,
alegando
preocupaciones
de
seguridad
nacional.

Un
mercado
tan
creciente
como
vulnerable

El
mercado
global
de
cámaras
de
vigilancia
se
encuentra
en
plena
expansión,
con
una
proyección
de
crecimiento
desde
los
54.000
millones
de
dólares
actuales
hasta
los
89.000
millones
en
2030.
Sin
embargo,
esta
popularización
ha
venido
acompañada
de
una
peligrosa
relajación
en
las
medidas
de
seguridad.

Muchas
cámaras
son
vendidas
con
contraseñas
por
defecto
extremadamente
débiles
—como «1234»—
que
raramente
son
cambiadas
por
los
usuarios.
Así,
según
un
estudio
reciente
de
BitSight,

más
de
40.000
cámaras
transmiten
imágenes
accesibles
en
Internet
,
(14.000
de
ellas
emitiendo
desde
los
Estados
Unidos).

De
la
comodidad
al
riesgo

Lo
irónico
es
que,

al
intentar
protegerse,
muchos
ciudadanos
están
facilitando
información
crítica
al
enemigo
.
En
Israel,
las
cámaras
instaladas
por
agricultores
para
evitar
robos
mostraban
inadvertidamente
la
ubicación
de
soldados
a
lo
largo
de
la
valla
de
seguridad
de
Gaza:
esta
información
fue
clave
en
la
preparación
de
ataques
posteriores.

Además,
imágenes
obtenidas
de
cámaras
privadas
en ‘kibutz’
invadidos
fueron
halladas
más
tarde
en
Gaza,
confirmando
su
uso
como
herramientas
de
reconocimiento
por
parte
de
Hamas.

Recomendaciones
oficiales

Ante
este
escenario,
las
autoridades
israelíes
han
emitido
directrices
(aunque
no
obligatorias)
para
que
los
ciudadanos
refuercen
la
seguridad
de
sus
dispositivos:
cambiar
contraseñas,
habilitar
autenticación
de
dos
factores
y
evitar
apuntar
las
cámaras
hacia
instalaciones
sensibles.

Incluso

se
ha
dado
autorización
legal
al
gobierno
para
apagar
de
manera
remota
cámaras
públicas
o
privadas
que
muestren
áreas
estratégicas
,
como
carreteras
usadas
por
fuerzas
militares
o
puntos
fronterizos
sensibles.

Geoff
Kohl,
de
la
Asociación
de
la
Industria
de
Seguridad,
señala
que
los
sistemas
de
gama
alta
ofrecen
mayores
configuraciones
de
seguridad
y
actualizaciones
periódicas.
Pero
el
problema
de
fondo
sigue
siendo
el
mismo:
la
mayoría
de
los
consumidores
prioriza
el
precio
por
encima
de
la
protección
digital.

Una
guerra
sin
fronteras

Esta
campaña
de
espionaje
forma
parte
de
una
guerra
híbrida
más
amplia.
En
paralelo
al
hackeo
de
cámaras,
se
han
registrado
ciberataques
masivos.
Irán
ha
sufrido
recientemente

un
ciberataque
a
su
televisión
estatal
y
un
robo
de
90
millones
de
dólares

a
Nobitex,
su
mayor
exchange
de
criptomonedas.
Ambos
han
sido
atribuidos
a
grupos
proisraelíes.

A
su
vez,
Irán
y
grupos
aliados
han
lanzado
ataques
coordinados
contra
la
infraestructura
israelí.
El
conflicto
se
ha
desatado
también
en
el
ciberespacio,
donde
grupos
antiisraelíes
como
DieNet
y
Arabian
Ghosts
han
amenazado
con
expandir
los
ataques
si
otros
países,
como
Estados
Unidos,
se
alinean
con
Israel.

Imagen
|
Marcos
Merino
mediante
IA

En
Xataka
|

La
víctima
que
se
conectó
en
directo
a
las
cámaras
de
seguridad
de
los
estafadores
que
intentaban
engañar