Tras muchas decepciones, esto es lo que Google está haciendo en IA para que nadie más le gane. Solo le queda lo más difícil

0
5

Durante
años,

Google
ha
sido
el
gigante
dormido
de
la
industria
de
la
IA
.
Con
una
trayectoria
plagada
de
avances
científicos
revolucionarios
como
la
creación
del

transformer
,
base
de
todos
los
modelos
actuales
de
lenguaje—,
la
compañía
californiana
parecía
destinada
a
liderar
esta
nueva
era
tecnológica.
Sin
embargo,
desde
que
OpenAI
irrumpió
en
escena
con
ChatGPT,
Google
ha
vivido
a
la
sombra,

relegado
al
papel
de «el
que
pudo
haber
sido»
.

Pero
todo
eso
ha
cambiado.
En
2025,
Google
ya
no
solo
compite:
está
ganando.
Aunque
todavía
le
queda
lo
más
difícil
de
conquistar:

la
mente
del
público
.

‘Sgroogled.com’:
cuando
MICROSOFT
lanzaba
anuncios
ANTI-GOOGLE

El
gran
error:
cómo
Google
se
quedó
parado
mientras
OpenAI
hacía
historia

Para
entender
por
qué
el
ascenso
actual
de
Google
en
la
carrera
de
la
IA
es
tan
significativo,
hay
que
recordar
el
momento
en
que
todo
cambió:

el
30
de
noviembre
de
2022
,
día
en
que
OpenAI
lanzó
ChatGPT.
Fue
una
fecha
que
marcó
un
antes
y
un
después
en
la
percepción
pública
de
la
inteligencia
artificial.

El
impacto
fue
inmediato:
en
cuestión
de
días,
ChatGPT
acumulaba
millones
de
usuarios.

Y
pilló
a
Google
completamente
a
contrapié.

Paradójicamente,
Google
tenía

toda
la
tecnología
necesaria

para
lanzar
algo
similar
—e
incluso
superior—
a
ChatGPT.
En
sus
laboratorios
ya
se
trabajaba
con
LaMDA,
un
modelo
conversacional
muy
avanzado.
Tenían
también
los
transformers,
la
infraestructura,
los
equipos
científicos,
y
años
de
ventaja.
Pero

no
se
atrevieron
a
dar
el
paso
.

La
razón
fue
estratégica:
los
directivos
temían
que
un
lanzamiento
precipitado
de
un
chatbot
pudiera

dañar
el
negocio
principal
de
la
empresa
,
las
búsquedas
y
la
publicidad
contextual,
que
en
aquel
entonces
generaban
la
mayor
parte
de
sus
ingresos.

Un
error
de
cálculo
comprensible,
pero
que
se
saldó
con
un
coste
reputacional
altísimo:
Google
pasó
de
ser
el
líder
silencioso
del
desarrollo
en
IA…
a
parecer
un
seguidor
rezagado.

Así,
Google
fue
obligado
a
seguir
el
paso
que
marcaban
otros:
primero
con
Bard,

un
lanzamiento
apresurado

y
lleno
de
fallos.
Aunque
muchas
cosas
han
cambiado
en
estos
dos
años
y
medio.

Pero
ahora
Google
lo
está
haciendo
prácticamente
todo
bien

En
términos
tecnológicos,
Google
—a
través
de
su
filial
DeepMind—
ha
puesto
toda
la
carne
en
el
asador.
Su
nuevo
buque
insignia,

Gemini
2.5
Pro
,
ha
alcanzado
el
primer
puesto
en
prácticamente
todos
los
benchmarks
relevantes
del
sector:

LMArena,
GPQA
Diamond,
AIME,
LiveBench
,
etc.

No
solo
supera
a
GPT-4
en
razonamiento
y
precisión,
sino
que
además
es
más
rápido,
más
barato
y
tiene
una
gigantesca
ventana
de
contexto
de
un
millón
de
tokens
(superior
a
GPT
incluso

tras
su
último
lanzamiento
).

Además,
la
percepción
general
entre
expertos
y
usuarios
técnicos
ha
cambiado:
muchos
coinciden
en
que
Gemini
2.5
Pro

es
el
mejor
modelo
del
momento
.
La
versión
Flash,
pensada
para
dispositivos
móviles,
es
aún
más
veloz
y
económica.
Google
ha
diseñado
así
una
gama
de
modelos
que,

como
mostró
el
analista
@Swyx
, ‘ocupan
toda
la
frontera
de
Pareto’:
máximas
prestaciones
al
menor
coste.

Los
otros
gigantes:
más
allá
de
Gemini

Aunque
Gemini
2.5
Pro
se
ha
llevado
los
titulares
técnicos,
Google
ha
desplegado
en
paralelo
un
auténtico
arsenal
de
modelos
especializados
que
refuerzan
su
dominio
en
áreas
clave
de
la
inteligencia
artificial
generativa.
Cada
uno
de
ellos
apunta
a
una
modalidad
distinta
—imagen,
vídeo,
música,
voz,
código,
open
source—
y
juntos
forman
un
ecosistema
de
capacidades
sin
parangón.


  • Imagen
    3
    :

    el
    modelo
    de
    generación
    de
    imágenes
    de
    Google

    representa
    la
    cúspide
    del
    realismo
    visual
    alcanzado
    por
    una
    IA.
    A
    diferencia
    de
    versiones
    anteriores
    o
    rivales
    como
    DALL·E
    3,
    Imagen
    3
    se
    caracteriza
    por
    una
    comprensión
    mucho
    más
    precisa
    del
    texto
    y
    una
    fidelidad
    estética
    impresionante.

  • Veo
    2
    :
    es

    el
    modelo
    de
    generación
    de
    vídeo
    de
    Google
    ,
    lanzado
    poco
    después
    de
    la
    presentación
    de
    Sora
    por
    parte
    de
    OpenAI.
    A
    pesar
    de
    haber
    sido
    eclipsado
    mediáticamente
    por
    aquel
    teaser
    de
    corte
    cinematográfico,
    Veo
    2
    ofrece
    resultados
    superiores,
    especialmente
    en
    términos
    de
    estabilidad
    temporal,
    comprensión
    semántica
    del
    prompt
    y
    calidad
    de
    renderizado.

  • Lyria
    :
    es
    una
    propuesta
    ambiciosa
    para

    transformar
    la
    música
    generativa
    ,
    generando
    pistas
    musicales
    completas
    a
    partir
    de
    descripciones
    textuales,
    géneros,
    emociones
    o
    instrumentos
    específicos.
    No
    solo
    compone
    melodías:
    es
    capaz
    de
    entender
    progresiones
    armónicas,
    ritmos
    complejos
    y
    texturas
    sonoras
    propias
    de
    un
    estudio
    profesional.

  • Chirp
    3
    :
    en
    el
    campo
    del
    audio,
    es
    la
    apuesta
    de
    Google
    para
    la
    síntesis
    de
    voz
    y
    el
    reconocimiento
    de
    lenguaje
    hablado.

    Este
    modelo

    es
    capaz
    de
    generar
    voces
    hiperrealistas,
    con
    entonación
    natural
    y
    matices
    emocionales,
    así
    como
    transcribir
    audio
    con
    precisión
    en
    múltiples
    idiomas.
    Su
    aplicación
    en
    herramientas
    como

    NotebookLM
    ,
    que
    puede
    transformar
    documentos
    en
    podcasts
    de
    voz
    humana
    creíble,
    lo
    convierte
    en
    un
    pilar
    de
    la
    IA
    conversacional
    y
    accesible.

  • Gemma
    3
    :
    es
    la

    respuesta
    de
    Google
    al
    auge
    de
    los
    modelos ‘open
    source’

    como
    LLaMA
    de
    Meta
    o
    Mistral.
    Este
    modelo
    open
    source
    ha
    sido
    entrenado
    para
    competir
    directamente
    con
    los
    mejores
    del
    mercado
    en
    tareas
    de
    lenguaje
    natural,
    manteniendo
    un
    alto
    rendimiento
    sin
    sacrificar
    eficiencia.

También
están
los

agentes
:
Google
está
desarrollando
asistentes
como

Project
Astra

(integrado
con
realidad
aumentada)
o

Project
Mariner

(navegación
autónoma
en
la
web),
y
ha
sido
pionera
en
protocolos
de
interoperabilidad
entre
agentes,
como

Agent2Agent

y
el
apoyo
al

Model
Context
Protocol
.
Aquí,
de
nuevo,
se
adelanta
al
resto.

Y,
sin
embargo,
algo
falla:
el
relato

Pese
a
todos
estos
logros,
Google
sigue
sin
conquistar
el
corazón
del
gran
público.
Cada
nuevo
lanzamiento,
por
impresionante
que
sea,
se
ve
eclipsado
por
las
campañas
virales
de
OpenAI.
Cuando

Gemini
2.5
Pro

se
lanzó
gratuitamente
para
usuarios
de
Google
One,

el
mundo
hablaba
de
otra
cosa
:
de
las
imágenes «al
estilo
Studio
Ghibli»
generadas
por
ChatGPT.

Esto
no
es
casualidad.
OpenAI
ha
sabido
convertir
cada
actualización
en
un
evento,
cada
demo
en
una
experiencia.
Sora,
su
generador
de
vídeo,

acaparó
titulares
durante
semanas
,
a
pesar
de
que
Google
lanzó
poco
después
un
modelo,

Veo
2,
que
lo
superaba
técnicamente
.

Ni
siquiera
cuando
Google
lanza
algo
tan
innovador
como

NotebookLM

una
herramienta
que
convierte
textos
en
podcasts

con
voces
generadas
por
IA—
logra
captar
la
misma
atención.
Aunque
incluso
Andrej
Karpathy,
exdirector
de
IA
en
Tesla
y
cofundador
de
OpenAI,
ha
elogiado
esta
tecnología,
su
impacto
mediático
ha
sido
mínimo.

Notebooklm1

Notebooklm1


NotebookLM

El
talón
de
Aquiles:
la
marca

La
clave
de
esta
desconexión
es
el

branding
.
OpenAI
ha
creado
una
marca
aspiracional,
como
ya
hizo
Apple
en
su
momento
en
el
campo
de
los
gadgets.

ChatGPT
es,
para
el
público
general,



la


IA.

Google,
en
cambio,
sigue
percibiéndose
como
una
empresa
de
herramientas:
útil,
sí,
pero
poco
inspiradora.

Esto
tiene
consecuencias.
Mientras
Google
despliega
sus
modelos
en
su
suite
de
productos
(Android,
Chrome,
Gmail,
Maps,
Drive,
Docs…),

OpenAI
sigue
siendo
el
nombre
que
genera
titulares
,
memes,
TikToks,
artículos
virales
y
promesas
futuristas.
Incluso
cuando
Google
lanza
una
función
que
ya
está
disponible
y
es
superior
técnicamente,
OpenAI
consigue
que
la
suya
parezca
más
revolucionaria.

No
sólo
hacer,
sino
que
otros
no
hagan


La
cuestión
del
talento.

Más
allá
de
los
modelos,
infraestructuras
o
productos,
la
carrera
de
la
IA
es
también
una
batalla
por
el
talento.
Y
en
este
campo,
Google
ha
desplegado
una
estrategia

tan
agresiva
como
silenciosa
:
mantiene
en
plantilla
a
expertos
en
IA
sin
tareas
asignadas,
únicamente
para
evitar
que
se
marchen
a
la
competencia.

Esta
política
puede
parecer
sorprendente,
pero
responde
a
una
realidad:
algunos
de
los
nombres
más
destacados
del
boom
de
la
IA
generativa
tienen
raíces
en
Google:
Sam
Altman
fichó
a
muchos
antiguos
empleados
de
Google
Brain
o
DeepMind,
y
la
propia
Anthropic
fue
fundada
por
ex-empleados
de
Google.


La
cuestión
del
I+D.

La
cultura
interna
de
Google
DeepMind
también
ha
cambiado
como
consecuencia
de
la
nueva
estrategia.
Durante
años,
Google
fue
sinónimo
de
investigación
abierta
en
IA.
Publicaba
sus
avances,
compartía
sus
descubrimientos
y
liberaba
herramientas
clave
—como
el
paper
de
los

transformers

en
2017—
que
pavimentaron
el
camino
para
modelos
como
ChatGPT.

Pero
esa
era

está
llegando
a
su
fin
:
la
empresa
está

cerrando
el
grifo
de
la
transparencia
científica
,
limitando
la
publicación
de
papers
y
restringiendo
el
acceso
abierto
a
sus
modelos.
El
objetivo
ya
no
es
sólo
liderar
tecnológicamente,
sino
impedir
que
otros
se
beneficien
de
su
esfuerzo
y
recursos.

Una
ventaja
estratégica
inmensa…
si
sabe
usarla

Pese
a
esta
desventaja
narrativa,
Google
tiene
cartas
muy
poderosas
en
sus
manos:


Integración
masiva

Cuenta
con

más
de
siete
productos
con
más
de
2.000
millones
de
usuarios
activos
:
YouTube,
Search,
Gmail,
Chrome,
Maps,
Play
Store,
Android.
La
integración
nativa
de
Gemini
en
todos
ellos
le
da
acceso
inmediato
a
miles
de
millones
de
personas.

Esto
se
extiende
también
a
sus
dispositivos
físicos:
con
su
gama
Pixel,
Google
no
solo
compite
en
software,
sino
que

puede
llevar
Gemini
directamente
al
bolsillo
del
usuario
.

La
carta
que
Google
guarda
bajo
la
manga:
su
autonomía
en
hardware

Uno
de
los
factores
más
infravalorados
del
dominio
de
Google
en
inteligencia
artificial
es
su

control
total
sobre
la
infraestructura
de
hardware
.
Mientras
que
rivales
como
OpenAI
dependen
de
los
chips
y
servidores
de

Microsoft
Azure
,
y
Anthropic
de

Amazon
Web
Services
,
Google
no
solo
es
un
proveedor
de
nube
(Google
Cloud
),
sino
que
además

diseña
sus
propios
chips
de
IA
,
los

TPU
(Tensor
Processing
Units)
.

En
la
edición
de
Google
Cloud
Next
2025,
la
compañía
presentó
su
última
generación:

TPU
v7 «Ironwood»
,
diseñada
específicamente
para
cargas
de
trabajo
de
inferencia
a
gran
escala.
Así,

según
Creative
Strategies
,

«A
diferencia
de
OpenAI,
Meta
o
incluso
los
grandes
laboratorios
chinos,
Google
no
depende
de
Nvidia
ni
de
terceros
para
sus
necesidades
de
computación.
Y
eso,
en
el
contexto
actual,
es
un
superpoder».

Tpuv4

Tpuv4

Y
el
contexto
actual
importa:
el
cuello
de
botella
más
importante
para
el
desarrollo
y
la
democratización
de
la
IA
no
es
ni
la
ciencia,
ni
la
regulación,
ni
la
ética.
Es

la
escasez
de
capacidad
de
cómputo
.
Las
GPU
de
Nvidia
están
sobredemandadas,
los
costes
se
disparan,
y
los
proveedores
de
nube
compiten
ferozmente
por
cada
chip.

Aquí,

Google
tiene
un
acceso
prioritario,
exclusivo
y
optimizado

a
su
propio
stack
de
hardware,
lo
que
le
permite:

  • Entrenar
    modelos
    como
    Gemini
    sin
    límites
    externos.
  • Ejecutar
    sus
    productos
    de
    forma
    más
    rápida
    y
    barata.
  • Escalar
    soluciones
    como
    Gemini
    2.5
    Flash
    a
    móviles
    sin
    depender
    de
    otros.
  • Ofrecer
    servicios
    en
    Vertex
    AI
    con
    márgenes
    más
    competitivos.

La
otra
gran
batalla
(que
también
está
ganando)

El
foco
mediático
se
centra
en
la
rivalidad
entre
Google
y
OpenAI,
pero
internamente
en
Google
la
percepción
era
diferente
no
hace
tanto
tiempo.

Un
informe
filtrado
en
2023
,
que
causó
gran
revuelo,
revelaba
que
dentro
de
la
compañía
se
consideraba
al

movimiento
open
source

—más
que
a
OpenAI—
como
el
verdadero
competidor
estratégico
en
la
carrera
de
la
IA.

«OpenAI
no
importa
«,
rezaba
el
documento.
Su
preocupación
era
legítima.
En
pocos
meses,
modelos
como
Mistral,
LLaMA,
Falcon
o
Vicuna
habían
demostrado
rendimientos
sobresalientes.


Pero
Google
respondió
:
con
el
lanzamiento
de
Gemma,
su
familia
de
modelos
open
source,
la
compañía
ha
entrado
en
el
terreno
del
software
libre
no
como
observador,
sino
como
actor
principal.

Su
versión
más
reciente,

Gemma
3
,
ha
demostrado
estar

a
la
altura
de
los
mejores
modelos
open
source
,
y
en
ciertos
aspectos
incluso
por
encima
de
ellos.
Su
integración
con
las
herramientas
de
desarrollo
de
Google
(como
Colab
o
Vertex
AI)
y
su
diseño
modular
para
tareas
específicas
lo
convierten
en
un
modelo
versátil
y
competitivo.

Imagen
|
Marcos
Merino
mediante
IA

En
Genbeta
|

OpenAI
acaba
de
lanzar
su
arma
definitiva
para
tratar
de
acabar
con
el
poder
de
Google
en
búsquedas.
Ahora

que
va
en
serio