Tesla tendrá una nueva gigafactoría en México. También tiene un grave problema que resolver: el agua

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Tesla tendrá una nueva gigafactoría en México. Así lo asegura El País quienes sostienen que Elon Musk y Andrés Manuel López Obrador, presidente del país, han llegado a un acuerdo para que la empresa establezca allí su nueva planta de producción de automóviles.

Cuando se escriben estas líneas, sin embargo, se desconoce la ubicación final de la planta. El propio medio señala que el anuncio definitivo podría hacerse oficial el 1 de marzo en el Tesla Investor Day, un evento alrededor del cual han ido aumentando las expectativas. Se ha hablado de esta nueva planta en México pero también del anuncio de un posible Tesla Model 2.

A falta de conocer si, finalmente, Elon Musk hace pública la ubicación de esta nueva gigafactoría en terreno mexicano, las diferencias entre López Obrador y Elon Musk han sido informaciones recurrentes en los últimos días. Hasta que todo podría haber terminado con una llamada entre el presidente y el empresario, como sostiene El País y medios locales como El Financiero.

Otra vez, el agua

Según señalan los medios locales, las diferencias entre Elon Musk y López Obrador se sustentarían en el consumo de agua que la planta necesita. A Elon Musk le gustaría construir su planta en Nuevo León, donde ya se le vio el pasado mes de octubre con Samuel García, gobernador de la región y opositor de López Obrador.

El interés por la región reside en su cercanía a Texas, donde Tesla inauguró el pasado abril su última gigafactoría en Austin. Además, según Samuel García, una de las empresas de Nuevo León es la mayor suministradora de aluminio para Tesla, lo que facilitaría toda la logística.

El problema, una vez más para Tesla, es el consumo de agua que la planta tiene que hacer. El año pasado, la región ya tuvo problemas de escasez y, según López Obrador, la gigafactoría no se podría establecer en un lugar donde el agua es un bien escaso.

Sin embargo, el gobernador de la región, Samuel García, asegura que este es un problema secundario, pues puede tratar 3.000 litros de agua por segundo y que Tesla sólo necesitaría 1o0 litros por segundo. «Nosotros vamos a trabajar con Tesla de la mano para que puedan ir aclarando y comprobando que no utilizan agua de consumo humano y que la que utilizan es tratada y es mínima», aseguraba Samuel García en unas declaraciones recogidas por Hipertextual.

No es la primera vez que el consumo de agua que hace Tesla dificulta los planes de expansión de la compañía. En Alemania ya tuvo serios problemas con las entidades locales para abrir Giga Berlín, debido a los requerimientos que debía hacer del agua de la región. La apertura se retrasó en varias ocasiones, se terminó por fijar en diciembre de 2021 y, finalmente, la inauguración no se produjo hasta marzo de 2022.

México, en el punto de mira

El interés de Tesla en México tiene mucho sentido a la hora de expandir el coche eléctrico. Aunque no hay datos oficiales, todo hace indicar que el coste de fabricación en el país vecino a Estados Unidos será menor.

Conscientes de que son un terreno por explotar, México no ha querido dejar escapar la oportunidad de contar con una planta de la firma estadounidense y las presiones han llevado a que López Obrador se pusiera al teléfono con Elon Musk. El Gobierno del país conoce el interés que pueden tener de cara a la nueva movilidad.

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En uno de sus últimos movimientos, México nacionalizó las minas de litio para garantizar que el mayor beneficio de la explotación se queda en el país. El objetivo ha sido el mismo que otras regiones que tienen fácil acceso al mineral (como Extremadura), conseguir que la transformación del mismo para la producción de baterías se quede en el país.

De momento, los resultados están siendo infructuosos. Las empresas mineras no han encontrado alicientes para asociarse con el Gobierno, algo obligatorio ahora, pues esta parte del proceso es la menos rentable. El verdadero negocio está en la producción de baterías y los fabricantes aspiran a realizar este trabajo en Estados Unidos, donde el Gobierno ofrece grandes alicientes económicos para que el litio se trate en su terreno.

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