Tarjetas de las emociones para ayudar a los niños a identificar cómo se sienten

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Entender el comportamiento del niño y saber acompañarle de forma positiva en sus emociones son, probablemente, dos de los aspectos relacionados con la crianza que más preocupan a los padres. Y es que cada vez son más las familias (y también los educadores) conscientes de la importancia de educar con inteligencia emocional, pues ello repercutirá de forma positiva en la vida del niño y en sus relaciones con los demás.

Una correcta educación emocional pasaría por ayudar a nuestro hijo a expresar sus emociones, entenderlas y ponerles nombre, para después gestionarlas y encontrar la solución al problema que haya podido surgir. Pero en el caso de los más pequeños puede ser una tarea complicada, pues carecen de los recursos léxicos necesarios para contarnos cómo se sienten o cuál es la causa de su frustración o rabieta.

Los adultos ayudarles recurriendo a las «tarjetas de emociones», un recurso muy práctico que podemos descargar de Internet o bien elaborar nosotros mismos, y utilizar en cualquier momento y situación. Te explicamos cómo hacerlo.

«Pero, ¿qué le pasa? ¿Por qué llora?»

Cuando un niño pequeño llora o estalla en una rabieta es importante que los padres le ayudemos a gestionar lo que está sintiendo, animándole a expresarse libremente y sin juicios, acompañándole de forma respetuosa y amorosa, y escuchando todo lo que nos quiera contar sobre el por qué de su ‘explosión’.

Y es que el hecho de saber qué ha provocado su enfado o berrinche no solo es importante para el propio niño, de cara a buscar soluciones al problema, sino también para los padres, pues solo así podremos ayudarle de forma positiva

Cómo evitar las rabietas de los niños: consejos para anticiparte a ellas y gestionar el momento de manera respetuosa

En este sentido, pudiera ocurrir que el llanto haya surgido porque otro niño le ha quitado un juguete, porque se ha peleado con su hermano, porque no quiere comer lo que está en el plato, porque le asusta irse a dormir, porque ha visto en la televisión una imagen que le ha impactado, porque se siente avergonzado por algo que ha ocurrido… La lista de motivos es extensa, y conocerlo nos ayudará a abordar mejor el problema.

Si el niño es muy pequeño, quizá no sepa explicarnos lo que quiera que haya sucedido y provocado su reacción. O incluso puede que ni siquiera sepa identificar lo que siente. En estos casos, recurrir a recursos externos como libros de emociones, pictogramas o tarjetas, puede ser de gran ayuda.

Las emociones básicas de los niños

gestion emocional

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Pero antes de hablar en detalle sobre las tarjetas para descubrir las emociones, vamos a analizar cuáles son las emociones más básicas; aquellas universales a todos los seres humanos, y que los niños son capaces de identificar desde muy temprana edad.

Estas emociones están magistralmente representadas en la película de Pixar, «Del Revés» (Inside out), que te recomendamos encarecidamente ver, si es que no lo has hecho ya.

  • Alegría: los niños la manifiestan a través de la risa, las carcajadas, el juego, la emoción de estar con los amigos…
  • Tristeza: en contra de lo que se cree, la tristeza es una emoción saludable y necesaria, que no debemos reprimir. Se manifiesta en forma de llanto, apatía, desgana… En ocasiones, los niños necesitan estar tristes, pero también nuestra ayuda para saber gestionarlo.
  • Miedo: el miedo aparece cuando percibimos un peligro, y va evolucionando y cambiando con la edad. Durante la infancia es algo completamente natural, y puede aparecer ante situaciones cotidianas como el momento de ir a dormir, toparse con un perro, subir a un columpio alto, ver un insecto… Es importante distinguir el miedo de las fobias.
  • Asco: el asco es una emoción defensiva que se manifiesta por el rechazo a algo. Entre las cosas que más asco producen en la infancia se encuentran ciertas comidas (neofobia) y animales, como los insectos o las serpientes.
  • Asombro o sorpresa: es quizá una de las emociones más típicas de los niños durante sus primeros años de vida. Y es que es muy fácil sorprender a un peque con una noticia, una imagen o un regalo, por ejemplo. Las sorpresas pueden ser agradables o desagradables.
  • Ira: de todas las emociones, quizá la ira sea la que más incertidumbre y angustia genera a los padres, especialmente entre los dos y los cuatro años, que es la etapa en la que los niños suelen comenzar con las rabietas.

A medida que el niño vaya creciendo y alcanzando un mayor desarrollo cognitivo, irán apareciendo nuevas emociones como el desprecio, el odio, la satisfacción, el placer…Pero por el momento, vamos a centrarnos en ayudarle a identificar las emociones más básicas y qué las provoca.

Tarjetas para expresar emociones, así como el motivo de las mismas

Tarjetas de emociones

Captura

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Son muchas las páginas que podemos encontrar en Internet con tarjetas y recursos descargables para ayudar a los niños a descubrir y expresar sus emociones. Personalmente me han gustado mucho estas tarjetas que he visto en la web ‘Crece Contigo’, del Ministerio de Desarrollo Social y Familia de Chile.

Tal y como podemos ver en este enlace, desde la web nos ofrecen consejos para utilizar las tarjetas de las emociones con los niños, ya sea como forma de pedir ayuda al adulto cuando la emoción les desborda, como recurso para expresar lo que están sintiendo, o simplemente como un juego para que los más pequeños se familiaricen y aprendan a poner nombre a las emociones más básicas.

Estas cartas identifican hasta ocho tipos de emociones diferentes, que podemos imprimir y plastificar para que los niños puedan manipularlas siempre que quieran, y evitar así su rápido deterioro.

Tarjetas para expresar la causa de una emoción

emociones

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Otra idea que os recomiendo, y que estaría enfocada a averiguar el porqué de las rabietas o frustraciones de los niños, es elaborar tarjetas con situaciones cotidianas que puedan provocar que tu hijo se disguste o sienta alguna de las emociones que acabamos de ver.

Por ejemplo: una pelea en el parque (que desencadena ira), un ruido fuerte (que desencadena miedo), una discusión con mamá o papá (que provoca tristeza), o cualquier otra sensación como el dolor, el calor, el frío, el hambre… que se esconden detrás de algunas emociones.

Este recurso lo he utilizado mucho con mi hijo pequeño, un niño de alta intensidad emocional que se ve desbordado en muchas ocasiones por determinados acontecimientos o estímulos, y que debido a su inmadurez, es incapaz de manifestar con palabras el motivo de su reacción.

Os aconsejo elaborar las tarjetas juntos, buscando dibujos de aquellas situaciones que comúnmente se os presentan. Explícale al niño qué simboliza cada tarjeta, y por qué es tan importante que en un momento de rabieta o frustración te señale aquella que mejor encaje con la situación que está viviendo. Cuéntale que de este modo, podrás ayudarle a calmarse y a buscar juntos la solución al problema.

Como madre, reconozco que estas tarjetas han sido nuestra tabla de salvación en muchos momentos de incertidumbre, en los que de otro modo no hubiera sabido de forma tan rápida lo que estaba sintiendo mi hijo.

En cuanto a la edad recomendada para utilizar este tipo de recursos, los psicólogos coinciden en afirmar que «cuanto antes», pues enseñar a nuestros hijos a conocer sus emociones y ponerles nombre debería formar parte de su educación desde la cuna.

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