Si ya duermes poco, con el cambio al horario de verano dormirás una hora menos: así afecta al cuerpo la falta de sueño

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En España el 48% de la población sufre trastornos del sueño, y si tienes niños pequeños, la situación no es alentadora. Se calcula que los padres pierden 700 horas de sueño el primer año de vida del bebé. 

Un mal descanso tiene importantes implicaciones en su salud física y mental, así como en su calidad de vida y a nivel social.

En lo próximos días, además, la falta de sueño se verá más alterada con el próximo cambio de hora al horario de verano que será la madrugada del domingo 26 de marzo. A las 2:00 horas, tendremos que adelantar nuestros relojes reloj a las 3:00 horas. Es decir, dormiremos una hora menos.

Este cambio nos afecta a todos, pero trastoca especialmente el biorritmo de las personas que duermen mal, personas con insomnio, así como a los niños pequeños. 

Altera el patrón vigila-sueño

El primer día es domingo y podremos despertarnos más tarde, pero lo peor vendrá el lunes cuando volvamos a nuestras rutinas habituales y tendremos que despertarnos a la misma hora de siempre para ir a trabajar y los niños al cole. Ahí si notaremos la falta de sueño; nos costará más levantarnos cuando suene el despertador.

Restar una hora de sueño a la que solemos dormir altera el ritmo vigilia-sueño, pudiendo producir desajustes del sueño, problemas de atención, irritabilidad, enfados, desánimo, cansancio… especialmente durante las primeras horas del día. 

Para algunas personas este leve desajuste puede durar uno o días, mientras que para otras, y sobretodo los más pequeños, el reloj biológico puede tardar en ajustarse varios días e, incluso una semana. 

Súmale la astenia primaveral. A esto se suma además un trastorno propio de esta época del año, la astenia primaveral, un trastorno temporal que se caracteriza por un estado de apatía y cansancio generalizado, problemas de sueño e incluso dolores musculares e irritabilidad.

Cómo sobrellevar mejor el cambio de hora

Lo más conveniente es que unos días antes vayáis adelantando de a poco, unos 15 minutos cada día, las rutinas diarias en casa. Cenar e irse a la cama un rato antes, para que el cambio sea gradual.

También puede ayudar hacer rutinas relajantes antes de acostarse, como un baño templado, una cena ligera, un libro, propiciando un ambiente de calma que invite al sueño. Esto implica, por supuesto, evitar las pantallas antes de dormir.  

Evita también las bebidas estimulantes si te cuesta dormir y mantén un horario regular de sueño, acostándote y levantándote más o menos a la misma hora. El ejercicio también es un gran aliado para dormir mejor por las noches. Y ánimo, que a lo sumo en una semana el desajuste por el cambio de hora desaparecerá.

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