Si piensas mucho antes de dormir, éste método de journaling te ayudará a detener los pensamientos intrusivos para un mejor sueño

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¿Te pasa que justo al tumbarte en la cama tu mente no deja de darle vueltas a lo mismo? Esa frase que olvidaste, ese correo pendiente o ese «mañana tengo que…» que se repite en bucle. Es como si el interruptor para dormir se resistiera a activarse porque el cerebro sigue en modo oficina. Pues bien, existe un método sencillo de journaling que puede ayudarte a frenar ese run-run mental antes de dormir y favorecer un descanso más fluido.

La idea parte de observar que los pensamientos intrusivos nocturnos suelen emanar de tareas pendientes e incertidumbres, es decir, de ese lote de cosas que «hay que hacer» y que la mente insiste en revisar justo cuando debería desconectar. Es ahí donde un mini ritual de escritura de apenas diez minutos actúa como «puerta de salida» para esas ideas que dan vueltas, transformándolas en frases que tienen un punto final.

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En ese método se sugiere comenzar con una fase de «descarga», escribir lo que ronda la cabeza, seguir con una clasificación de lo que hay que hacer al día siguiente, lo que no depende de uno o lo que falta por datos, y terminar con una acción concreta y cerrar con un ritual breve.

Desde el punto de vista científico también hay respaldo. Un estudio realizado por investigadores de la Baylor University examinó el efecto de escribir justo antes de dormir, comparando dos tipos de escritura: una centrada en tareas que había que realizar en los próximos días y otra centrada en actividades ya completadas.

Los resultados mostraron que quienes escribían la lista de tareas por hacer se quedaban dormidos más rápido que los que reflejaban lo ya hecho. Esto apunta a que el acto de «sacar» lo que queda pendiente del pensamiento interno y plasmarlo de forma concreta tiene un efecto liberador para la mente antes de dormir.

Además, la ciencia del estudio de Baylor sugiere que cuanto más específica es la escritura de la lista de pendientes, más se reduce el tiempo que tarda quien practica el método en quedarse dormido. Es decir, no solo escribir «tengo cosas que hacer», sino detallar «llamar a mamá mañana a las 12:30», «enviar informe antes de comer», etc. Esa concreción produce un efecto mayor al liberar la mente de «labores pendientes indeterminadas».

La mecánica, entonces, podría resumirse así: cuando estés en la cama y notes que los mismos pensamientos regresan una y otra vez, apaga las luces, coge una libreta o papel y bolígrafo, y dedica unos minutos a escribir lo que te preocupa o lo que tienes pendiente. Luego, transfórmalo en al menos una acción concreta para el día siguiente, con hora o contexto si es posible. Esa «acción visible» ayuda a que la mente cierre el circuito y diga «vale, esto lo tenía controlado».

En definitiva, si ese diálogo interno de siempre te impide descansar como te gustaría, prueba a «sacar» lo que te ronda, convertirlo en frase, acción y punto final para que tu mente sepa que la has escuchado, pero que ahora tiene permiso para desconectar.

Foto de Simon Ray en Unsplash

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