Shari Lipner, dermatóloga: «Duplicar el FPS no significa duplicar la protección. Si subes y subes, obtienes menos a cambio»

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Actualmente,
el
cuidado
de
la
piel
ha
dado
pasos
agigantados
tanto
en
el
desarrollo
de
nuevos
productos
como
en
el
mejoramiento
de
aquellos
de
toda
la
vida
que
hemos
utilizado
para
la
protección
del
sol,
sin
embargo,

persiste
un
mito
generalizado
:
la
cantidad
de
FPS
no
implica
mayor
protección.

El
FPS
(Factor
de
Protección
Solar)
indica
cuánto
más
tiempo
se
puede
exponer
la
piel
al
sol
sin
quemarse
en
comparación
con
no
usar
nada.
Sin
embargo,
la
relación
entre
FPS
y
protección
no
es
lineal.
Por
ejemplo,
un
FPS
15
bloquea
aproximadamente

el
93 %
de
los
rayos
UVB
,
mientras
que
un
FPS
30
bloquea
cerca
del
97 %,
y

un
FPS
50
sube
apenas
al
98 %.

Dermatólogos
enfatizan
que
esa
pequeña
diferencia
se
ve
ampliamente
compensada
por
la
cantidad
aplicada.
La
Dra.
Shari
Lipner,
profesora
asociada
de
dermatología
clínica

del
Hospital
Presbiteriano
de
Nueva
York,


señala
que
«si
subes
y
subes
el
índice
de
FPS,
obtienes
menos
a
cambio».

¿Cuánto
es
suficiente?

El
Dr.
Ade
Adamson

confirma
que
aplicar
menos

de
lo
recomendado
reduce
dramáticamente
la
eficacia,
por
lo
que
recomienda
SPF 50
en
caso
de
aplicación
insuficiente.
Si
se
aplica
el
protector
solar
correctamente,
el
beneficio
de
un
FPS
más
alto
es
mínimo.
Sin
embargo,
la
mayoría
de
las
personas

no
aplican
una
capa
lo
suficientemente
gruesa
,
por
lo
que
su
FPS
30
puede
ser
más
parecido
a
un
FPS
20.

Por
ello,
una
de
las
principales
claves
para
sacarle
provecho
al
protector
solar
está
en
la
aplicación,
pero
parece
que
no
somos
buenos
en
ello.

La
 revista
de
la

Academia
Americana
de
Dermatología

desarrolló
una
investigación
en
donde
pidió
a
los
participantes
que
se
aplicaran
protector
solar
FPS
50
en
un
lado
de
la
cara

y
FPS
100
en
el
otro

para
cuidar
su
piel
en
actividades
vacacionales:
donde
pasaron
unas
horas
esquiando
o
practicando
snowboard
para,
al
día
siguiente,
evaluarles
la
piel

De
los
199
sujetos,

81
tenían
quemaduras
solares

en
el
lado
de
FPS
50
de
sus
caras,
mientras
que
sólo
27
tenían
quemaduras
solares
en
el
lado
de
FPS
100.

En
palabras
de
la
Dra.
Shasa
Hu, «esto
demuestra
que,
un
FPS
50
frente
a
100
es
minúsculo
en
términos
de
porcentaje
adicional
de
protección,
pero
esa
diferencia
del
1%
se
magnifica
en
la
vida
real».

Desde
el
punto
de
vista
práctico,
cambiar
de
FPS 30
a 50
añade
un
pequeño
porcentaje
de
cobertura,
pero
mantener
la
protección
real

depende
de
aplicar
la
cantidad
adecuada

y
renovar
el
producto
regularmente.
Según
estudios,
con
una
aplicación
típica
(no
ideal),
un
protector
SPF 50
puede

equivaler
prácticamente
a
un
SPF60

o
más
en
condiciones
reales.

Los
expertos
también
subrayan
que
elegir
un
FPS
más
alto
no
permite
pasar
más
tiempo
expuesto.
Steven
Wang,
dermatólogo
y
miembro
del
Skin
Cancer
Foundation,

advierte
que
niveles
altos

pueden
generar
una
falsa
sensación
de
seguridad,
llevando
a
prolongar
la
exposición,

omitir
la
reaplicación

y
evitar
otras
formas
de
protección
solar.

La
recomendación
general
es
optar
por
un
protector
solar
de
amplio
espectro,
con
un
mínimo
de
FPS 30,
preferiblemente
50
para
mayor «colchón»
ante
errores,
aplicarlo
generosamente
antes
de
salir
y
reaplicar
cada
dos
horas
o
tras
nadar
o
sudar.
Además,
debe
complementarse
con
protección
externa
ante
el
sol
con
complementos
como
sombreros,
ropa
ligera
y,
preferiblemente,
pasar
tiempo
a
la
sombra.

Foto
de

Mehrnegar
Dolatmand

en

Unsplash

|

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Cornell

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