Pastrami, albóndigas, morcilla, bacon, rolls, hamburguesas… El despliegue de Rudy’s Vegan Butcher podría parecer el mismo que se reproduce en tantas y tantas carnicerías de Londres. ¿Hemos dicho carnicerías? Sí, o así lo consideran sus propietarios Mathew Foster y Ruth ‘Rudy’ Mumma y la legión de seguidores que arrasaron con sus productos 100% veganos y libres de sacrificio animal el día de la inauguración.
No fue casualidad elegir el 1 de noviembre (Día Mundial del Veganismo) como punto de partida para esta aventura cruelty free y que supone un paso más allá en la trayectoria de esta pareja, ya asentada como referentes de la cultura vegana en Londres. Una evolución que se produce un par de años después de abrir Rudy’s Diner, un pequeño restaurante en Camden (uno de los barrios más alternativos de la capital británica) y donde toda la carta, desde hamburguesas a perritos calientes, pasando por sándwiches y milkshakes eran totalmente veganos.
El nuevo hito, más allá del uso de carnes alternativas, también incide en otros elaborados veganos como el chili con carne, los rolls de pavo, la ensalada de langosta vegana o salsas de queso (sin leche). Una aventura a la que no faltan compradores, ya que en su primer día se formaron largas colas en la puerta (como en el vídeo inferior), dejando la carnicería y su web sin stock en pocas horas.
Los productos, elaborados por ellos mismos en su obrador, se preparan con los ingredientes habituales que vamos conociendo en la gastronomía vegana como el jackfruit (una fruta asiática), el trigo, la leche de almendras, la proteína de soja y diversas judías, que sirven para aportar textura a sus preparaciones, y a diversos saborizantes para lograr esos sabores parecidos a la auténtica carne.
También cuentan con charcutería al corte cono productos como el salami, el pepperoni, el pastrami y el bacon.
En cuanto al aspecto no podemos ponerle pegas por lo visto en redes sociales o en su página web, donde nada -o casi nada- nos haría pensar que hablamos de carnes veganas aunque habría que probarlo para saber si realmente dan el pego o no. De momento no envían a España pero si esto se produce, estaremos al quite.
Más allá de eso, el único gran inconveniente que tienen estas carnes es, viendo la composición de sus ingredientes, es que no están exentas de hipotéticas alergias (bien indicadas) como podrían ser al gluten, a la mostaza, al sésamo, a los frutos secos y también en el uso de esos saborizantes, también habituales en la industria alimentaria convencional, pero que uno podría pensar que no se extenderían también a estas alternativas.
Críticos y fans ya han contribuido a aumentar el debate en las furibundas redes sociales. Unos alegando que no es necesario procesar tanto productos vegetales para crear algo similar a la carne, desnaturalizando los ingredientes, y otros, también con su parte de razón, que no reniegan a los formatos o sabores cárnicos por el hecho de ser veganos. Un hecho refrendado hace escasamente un mes cuando el Parlamento Europeo denegó que conceptos como escalope, salchicha o hamburguesa solo pudieran aplicarse a productos de origen animal.
Lo que sí es cierto es que, tendencias hípster aparte, el ‘pastel’ vegano no solo implica a pequeños productores, sino a toda una industria que ha puesto su foco en una nueva forma de comer. Para hacernos una idea del boom, Reino Unido maneja facturaciones superiores a los 900 millones de euros en la industria plant-based y meat free, siendo más de el 1% de los británicos los que se consideran abiertamente veganos.
Imágenes | Rudy’s Vegan Butcher / Rudy’s Vegan Diner
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