Los destopes de las bases máximas de cotización están condenados al fracaso. Escrivá rechaza la reforma para atraer a la CEOE.

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Una de las propuestas más ambiciosas para garantizar el sistema de pensiones de la Seguridad Social, especialmente por parte de algunos grupos como Unidas Podemos, ha sido el destope de las bases máximas de cotización. Sin embargo, el propio ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha rechazado un aumento de ingresos por esta vía, tal y como recoge La Información.

El motivo es ha sido, fundamentalmente, el enérgico rechazo de la CEOE, que se opone a cualquier incremento de los costes laborales como los que llevaría aparejado una eventual reforma de las bases máximas de cotización.

Hay que recordar que en todos los regímenes de la Seguridad Social, no es posible cotizar por encima de un límite, con independencia de los ingresos que haya obtenido el trabajador. En el Régimen General, por ejemplo, esta base máxima depende de la categoría profesional, pero por lo general está «topada» en 4.070,10 euros. Lo mismo ocurre en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y otros regímenes.

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Además, hay que tener en cuenta que el sistema de pensiones es un sistema contributivo, en el que la pensión depende de lo cotizado a lo largo de la vida laboral. Destopar las bases máximas llevaría implícito un aumento de la pensión máxima contributiva, que en la actualidad está fijada en 2.707,49 euros al mes.

De hecho, dado que las pensiones máximas están ya topadas por arriba, el sistema deja de ser, de facto, un sistema contributivo en los estratos más elevados de ingresos. En concreto, todos los trabajadores con ingresos de 48.840 euros o más reciben una la misma pensión que un trabajador que haya ganado 37.904 euros, aunque los primeros hayan cotizado más.

Esta reforma se enmarca en un contexto en el que Bruselas ya pide reformas dolorosas para garantizar el sistema de pensiones. Con el retraso de la puesta en marcha del factor intergeneracional, que sustituye al factor de sostenibilidad y no se aplicará hasta 2027, ya se ha dado el primer paso adelante para retrasar, aún más si cabe, los necesarios cambios que exige el sistema. Esperemos que, para entonces, no sea demasiado tarde.