Cada vez son más los trabajadores autónomos que pierden su vida trabajando. Según una reciente publicación de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), el número total de trabajadores que han fallecido en 2019 se eleva a 41, después de un mes de julio en el que hasta 8 profesionales han perdido la vida.
La entrada en vigor del Real Decreto-ley 28/2018, de 28 de diciembre, los autónomos ya figuran en las estadísticas de siniestralidad, con la universalización de la cotización de accidentes de trabajo y enfermedad profesional. Pero no existen datos con los que comparar en años anteriores, al menos no de forma fiable.
A esta mortalidad hay que sumarle que los accidentes graves o muy graves están todavía por encima de los que sufren los trabajadores asalariados. Casi el 3% de estos siniestros les cuestan caros a los trabajadores autónomos, cuando en el caso de aquellos que cotizan en el Régimen General apenas llega al 1,5%. Es decir, casi la mitad.
Los datos que se están conociendo este año están provocando cierta alarma entre las principales asociaciones de autónomos. En su momento, ATA ya denunció esta situación, y ahora es UPTA la que se suma a esta denuncia, en un contexto de parálisis política y parlamentaria en la que no se está aprobando ninguna medida a favor de los autónomos.
Habrá que esperar a final de año para conocer las cifras definitivas pero, por el momento, son verdaderamente alarmantes. Desde UPTA siguen instando al Ministerio para que desarrolle una estadística exhaustiva de la siniestralidad del trabajo autónomo, para poder abordar el problema con garantías y detectar dónde están las claves para contrarrestar esta dramática situación.
