La CEC advierte de que, sin ayudas efectivas, el 30% de los comercios podría cerrar antes de final de año

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La Confederación Española de Comercio (CEC) reitera su preocupación ante la situación crítica que vive el comercio minorista por la caída de ingresos derivada de la crisis del coronavirus y que, advierte, va a suponer el cierre en cascada de establecimientos del sector.

Tras los meses de confinamiento y desescalada, en el que muchos comercios permanecieron sin facturar, el tránsito hacia la ‘nueva normalidad’ suponía un halo de esperanza. Sin embargo, la ralentización del consumo durante el periodo estival, marcado por la falta de turismo y una nefasta campaña de rebajas, lejos de mejorar, ha empeorado la situación del pequeño comercio.

El pequeño comercio no ha encontrado un revulsivo durante el verano y el periodo de rebajas

En vista de los datos registrados en el segundo cuatrimestre del año, con el índice de confianza del consumidor desplomado y caídas de facturación interanuales que rondan el 50%, la CEC empeora sus previsiones de cierre de negocios y si en los meses previos al verano lo cifraba en un 20%, la patronal del comercio estima ahora que este porcentaje podría superar el 30%, lo que se traduce en 120.000 comercios cerrados antes de que acabe el año.

“Tras el estado de alarma, entre un 10% y un 15% de los negocios no volvieron a levantar la persiana; sin medidas efectivas y específicas, esta cifra seguirá en aumento y uno de cada tres negocios podría cerrar sus puertas”, señala Pedro Campo, presidente de la CEC.

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Medidas de apoyo fiscal y financiero como ayuda al pequeño comercio

Entre sus propuestas, la CEC ve imprescindible que se adopten medidas de apoyo fiscal y financiero que garanticen la liquidez a los comercios, el aplazamiento del pago de la deuda tributaria y condonación del pago de tributos y la reducción drástica del recargo de equivalencia.

Además, considera fundamental posibilitar la flexibilización y extensión de los ERTE por fuerza mayor hasta 2021.“Los niveles de consumo actual han propiciado que una gran parte de los comercios mantengan ERTEs parciales ya que es imposible mantener las mismas plantillas que en el periodo precovid, mientras no se recuperen los niveles de actividad, lo contrario arrastraría al cierre a miles de negocios” concluye Campo.

En lo que cabe discusión es que el pequeño comercio estaba inmerso en una crisis antes de la pandemia, y con ésta, sólo durante el confinamiento y no en todos los sectores, se vio algo de luz antes de la llegada de la ‘nueva normalidad’. ¿Cerrarán las tiendas de toda la vida y las ciudades y pueblos perderán parte de su encanto?

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