Cuando tu negocio se hunde por una catástrofe natural, cuál es la salida

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Los destrozos de la gota fría o la DANA, se han llevado por delante vidas humanas, casas, objetos…, y también el sustento para vivir de muchos ciudadanos, sus negocios. Cuando sucede una desgracia de este calibre es noticia una semana, tal vez a lo largo de un mes se mencione lo acontecido.

Pero al pasar el tiempo, ¿qué sucederá con peluquerías, bares, restaurantes, tiendas que en unas horas pasaron de ser un negocio que daba de comer a una familia a la nada? ¿Cuándo llegarán las ayudas? ¿Qué ocurre con esas personas mientras tanto?

Pérdidas de dinero tras la tormenta, negocios invisibles

A poco que tengas algún amigo o conocido has visto vídeos donde el agua parecía el único habitante de la Vega Baja. El estrés, la incertidumbre junto al miedo son emociones que acompañan a hombres y mujeres que observan cómo lo que hace unos días era su lugar de trabajo ahora sólo es barro y escombros.

A día de hoy empiezan a hablarse de cifras que irán destinadas para ayudar a reducir esas pérdidas tan grandes. Obviamente no son suficiente. Que se lo digan a los agricultores que mediante ASAJA, comunicaban que todavía están esperando cobrar las ayudas por la riada de finales de 2016.

La historia se repite, la gota fría vuelve y algunos negocios no volverán a abrir

Con semejante panorama, donde este tipo de fenómenos como la DANA son unos visitantes a los que ya se espera por esta zona del país, es lógico que algunos pequeños empresarios hayan desistido a la hora de volver a pensar en un futuro ni a medio ni a largo plazo.

En 2016 se vivió lo mismo pero en este caso, todavía con más fuerza y destrozos, es por ello que la pregunta que se hacen los dueños de los locales sea: ¿Para qué voy a invertir de nuevo? ¿Para que dentro de un año, dos o tres todo quede cubierto por el lodo?

Solidaridad y pillaje, en un escenario donde se ha perdido el trabajo

Por fortuna es más la solidaridad y la gente buena la que ha acudido a echar una mano en toda la zona. Pero por desgracia, también se han cometido robos tanto en casas como en algunos locales.

No es de extrañar que el dueño de las barcas que se utilizan para dar paseos por el río Segura, se aferrara a ellas y fueran los vecinos los que le bajaran comida; porque el señor no se movía de su lado.

¿Tenemos que ir a trabajar cuando estamos en alerta grave por mal tiempo?

Soluciones antes de que otra DANA destroce lo que se vuelva a construir

Las ayudas puede que lleguen tarde o temprano pero las medidas no parecen ser las adecuadas dado que para muchos, esta pesadilla la conocían sólo que esta vez con más virulencia.

Esperemos que se empiece a trabajar desde la Administración ahora que llegó la ‘calma’ y no cuando ya está todo perdido.Y que los cultivos, las empresas, las pequeñas tiendas…, todo recupere su estado anterior para que esta gente que se ha quedado literalmente sin nada, puedan llevar una vida digna.

Imagen|Pixabay

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