En
una
noche
marcada
por
el
intenso
y
excesivo
color,
siendo
que
la
sensación
térmica
alcazaba
los
50°,
pasó
la
segunda
jornada
del
57°
Festival
Internacional
de
Peñas
de
Villa
María,
con
un
Anfiteatro
«Aldo
Invernizzi»
prácticamente
repleto.
Un
buen
marco
de
público
le
dio
la
bienvenida
a
la
segunda
noche,
que
fue
abierta
con
la
locución
de
Leo
Riganti
y
la
participación
de
la
conductora
Agustina
Vivanco.
Con
el
paso
de
los
minutos,
Jimena
Barón,
conocida
artísticamente
como
«J
Mena»,
hizo
mover
a
la
gente
con
sus
principales
hits
y
con
toda
la
emoción
de
estar
esperando
a
su
segundo
hijo.
Luego,
fue
el
turno
de
subir
al
escenario
«Hernán
Figueroa
Reyes»
a
Valeria
Lynch,
la
icónica
cantante
argentina
que
reemplazó
el
lugar
del
«Puma»
Rodríguez
en
la
grilla
popular,
siendo
que
este
último
adujo
problemas
de
salud.
Entre
clásicos
y
la
participación
especial
del
cantante
Mariano
Martínez,
la
vocalista
encendió
los
corazones
del
público
villamariense.
Alrededor
de
las
00.30,
subió
al
escenario
Luciano
Pereyra
para
brindar
su
show,
marcado
por
la
interpretación
de
sus
clásicos
románticos,
lentos
y
algunos
moviditos.
Fiel
a
su
estilo,
no
dejó
de
emocionar
a
todos
aquellos
que
se
acercaron
a
la
segunda
noche
del
festival.
Un
dato
no
menor
es
que
el
artista
lujanense
se
presentó
por
décima
edición
consecutiva
y
por
décimaquinta
en
total
en
este
evento.
Por
último,
la
noche
cerró
con
la
presencia
de
Los
Palmeras.
En
medio
de
la
ausencia
temporal
del
cantante
Rubén
Deicas
por
su
recuperación
de
su
ACV
y
frente
al
supuesto
conflicto
que
hubo
entre
Marcos
Caminos
y
la
familia
de
«Cacho»,
la
banda
de
cumbia
santafesina
no
decepcionó,
poniendo
todo
lo
mejor
«a
la
parrilla»,
brillando
como
nunca.
No
faltaron
las
canciones
tradicionales
ni
tampoco
las
reversionadas,
por
lo
que
el
público
se
sintió
a
gusto
toda
la
hora
y
media
de
show.
Carteles
no
faltaron
y
ganas
de
bailar,
tampoco.
A
puro
ritmo
y
color,
pasó
la
segunda
noche
del
Festival
Internacional
de
Peñas
de
Villa
María,
el
evento
donde
se
pone
el
foco,
pero
que
no
opaca
el
Recorrido
Peñero
que
se
vive
por
las
calles
aledañas
al
Anfiteatro,
donde
se
presentan
artistas
locales
que
llegan
para
brillar
su
impronta.
Además,
no
falta
la
buena
comida
y
la
posibilidad
de
colaborar
con
instituciones
de
bien
público
de
la
ciudad.