En
el
mundo
del
software,
los
avances
no
siempre
implican
una
innovación
radical:
a
veces,
las
soluciones
más
recientes
son,
en
realidad,
ideas
recicladas
del
pasado.
Y,
encima,
esas
ideas
recicladas
no
siempre
son
especialmente
brillantes.
Este
es
el
caso
de
una
de
las
últimas
decisiones
de
Microsoft,
que
ha
decidido
recuperar
una
antigua
estrategia
para
acelerar
el
arranque
de
Office:
precargar
sus
aplicaciones
al
inicio
de
Windows,
de
tal
modo
que
Word,
Excel
y
PowerPoint
se
abran
más
rápido
cuando
los
necesites…
…el
problema,
sin
embargo,
es
que
esta
medida
también
puede
ralentizar
el
resto
de
tu
sistema
durante
todo
el
tiempo
en
que
no
los
necesites.
cuando
MICROSOFT
lanzaba
anuncios
ANTI-GOOGLE
Una
solución
que
se
remonta
a
1997
La
idea
de
precargar
Office
no
es
nueva:
Microsoft
ya
introdujo
un
sistema
similar
en
Office
97,
una
época
en
la
que
los
discos
duros
eran
lentos
y
el
rendimiento
de
los
equipos
dejaba
mucho
que
desear.
El
llamado ‘Office
Startup
Assistant’
precargaba
parte
del
software
en
memoria
durante
el
arranque
del
sistema,
con
el
fin
de
hacer
más
ágil
el
uso
posterior
de
las
aplicaciones
ofimáticas.
Esta
técnica
fue
reutilizada
también
en
Office
2007,
pero
luego
ya
eliminada
en
Office
2010,
presumiblemente
porque
la
mejora
de
hardware
hacía
innecesario
seguir
con
esta
práctica.
La
vuelta
del ‘Startup
Boost’
Hoy,
Microsoft
revive
esta
idea
bajo
el
nombre
de
‘Startup
Boost’,
una
función
que
hará
que
Word
—y,
posteriormente,
el
resto
de
la
suite—
se
cargue
al
iniciar
Windows.
Esto
se
traduce
en
una
apertura
más
rápida
de
las
aplicaciones
cuando
el
usuario
las
necesite,
pero
a
costa
de
ocupar
memoria
y
ciclos
de
CPU
desde
el
inicio
del
sistema.
Según
la
documentación
oficial,
esta
función
solo
se
activará
en
ordenadores
con
al
menos
8
GB
de
RAM
y
5
GB
de
espacio
libre
en
disco.
Aun
así,
sigue
siendo
una
carga
adicional
que
podría
afectar
el
rendimiento
general,
especialmente
si
el
usuario
abre
muchos
programas
al
mismo
tiempo
o
que
usa
el
PC
para
tareas
exigentes.
¿Mejora
real
o
parche
temporal?
Muchos
se
preguntan
si
esta
es
una
mejora
real
o
un
simple
truco
para
maquillar
la
lentitud
de
Office.
Críticos
y
usuarios
escépticos
han
señalado
que,
en
lugar
de
hacer
el
software
más
eficiente,
Microsoft
simplemente
lo
oculta
bajo
la
alfombra
de
la
precarga.
La
medida
genera
un «arranque
más
rápido»,
sí,
pero
sólo
porque
parte
del
trabajo
se
hizo
antes
de
que
el
usuario
siquiera
lo
pidiera.
Además,
en
una
época
en
la
que
los
SSD
y
procesadores
multinúcleo
han
mejorado
drásticamente
la
velocidad
de
los
sistemas,
resulta
desconcertante
que
una
aplicación
como
Word
aún
necesite ‘ayuda‘
para
abrirse
en
un
tiempo
razonable.
Lo
bueno:
se
puede
desactivar
Afortunadamente,
Microsoft
permitirá
a
los
usuarios
desactivar
esta
función
si
lo
desean.
Se
podrá
hacer
tanto
desde
la
configuración
de
Word
como
desde
el
programador
de
tareas
de
Windows.
Esto
otorga
cierto
control
al
usuario,
aunque
no
deja
de
ser
una
solución
parcial.
El
eterno
dilema
de
la
eficiencia
Microsoft
asegura
que
su
intención
es
mejorar
la
experiencia
del
usuario.
Pero
volver
a
una
técnica
que
fue
abandonada
hace
más
de
una
década
—y
por
buenas
razones—
plantea
serias
dudas
sobre
el
rumbo
del
desarrollo
de
software:
en
vez
de
optimizar
Office
para
aprovechar
mejor
el
hardware
moderno,
se
opta
por
usar
un
atajo
que,
aunque
efectivo
a
corto
plazo,
puede
lastrar
la
experiencia
general.
¿Por
qué
el
software
actual,
a
pesar
del
enorme
avance
en
hardware,
no
es
más
rápido?
Muchos
apuntan
al
fenómeno
del
‘feature
creep’
—la
incorporación
continua
de
funciones
nuevas
que
raramente
se
usan—
como
causa
de
la
creciente
lentitud.
Otros
critican
la
cultura
de
desarrollo
moderna,
que
prioriza
sacar
funcionalidades
al
mercado
antes
que
optimizar
el
rendimiento.
Niklaus
Wirth,
creador
del
lengauje
Pascal
(y
autor
del
reputadísimo
libro «Algoritmos
+
Estructuras
de
datos
=
Programas«)
ya
advertía
en
1995
sobre
esta
tendencia
en
su
ensayo ‘A
Plea
for
Lean
Software‘,
en
el
que
sostenía
que
el
software
moderno
(incluso
el
de
su
época)
depende
excesivamente
del
hardware
más
potente
para
seguir
siendo
utilizable.
Lo
cierto
es
que,
en
foros
como
Hacker
News,
los
usuarios
aún
recuerdan
con
nostalgia
lo
rápido
y
eficiente
que
era
Office
97,
a
pesar
de
ejecutarse
en
máquinas
cientos
de
veces
menos
potentes
que
las
actuales.
Imagen
|
Marcos
Merino
mediante
IA