Con la llegada de la primavera llega también el cambio al horario de verano. Así, en la madrugada del domingo 29 de marzo tendremos que adelantar nuestros relojes y a las 02:00 serán las 03:00, ganando una hora más de luz al día.
Este año, el cambio de hora lo viviremos inmersos en una una situación completamente excepcional, por lo que a los efectos en los biorritmos que suelen provocar estos reajustes horarios, se sumarán los propios del confinamiento, que para entonces ya será de dos semanas desde que se decretara el estado de alarma por la crisis del coronavirus.
¿Como afecta el cambio de hora a los niños?
La Asociación Española de Pediatría (AEP) nos recuerda que los niños son quienes más sufren los cambios de hora, provocándoles alteraciones en el sueño, problemas de atención, irritabilidad, enfados, cansancio y desánimo.
Podemos intentar ayudarles con rutinas previas que inviten a la relajación como un baño templado, una cena ligera y un cuento de buenas noches, sin olvidarnos, por supuesto, de bajar bien las persianas para evitar que pase claridad a la habitación. No olvidemos que los pediatras recomiendan que los niños descansen un mínimo de 10 horas diarias, cifra que se eleva hasta las 11 ó 12 horas si hablamos de niños en edad preescolar.
Por eso, y aunque este año estemos viviendo una situación excepcional de confinamiento, es fundamental que los niños mantengan sus rutinas diarias y no retrasemos la hora de ir a dormir, con el fin de asegurarles un buen descanso.
Para contrarrestar los posibles efectos en los biorritmos de los niños que suele provocar el cambio de hora, desde la AEP nos recomiendan ir adaptándonos al nuevo horario de forma paulatina desde ya, adelantando diariamente en 15 minutos sus rutinas: merienda, baños, cenas, hora de irse a la cama, hora de levantarse…
De este modo, el cambio no será tan brusco ni tendrá lugar de un día para otro.
También es importante explicarles los motivos del cambio de hora con palabras acordes a su nivel de entendimiento, para que comprendan por qué cuando despierten será más de noche que antes, pero las tardes serán más largas.
Un cambio de hora en pleno confinamiento
El aspecto positivo que siempre se ha destacado del cambio al horario estival, es el mayor tiempo de luz que tenemos. Esta condición no solo repercute en nuestro estado de ánimo (tenemos más ganas de hacer cosas), sino que también influye positivamente en el sector hostelero y el comercio, ya que aprovechamos la tarde al máximo para hacer compras y actividades fuera de casa.
Pero este año la situación es bien distinta, y viviremos el cambio horario sin poder salir de casa. Sin embargo, lejos de lamentarnos por ello hemos de pensar en todo lo bueno que nos va aportar: un ahorro considerable en nuestra factura de la luz y un incremento en las horas de luz natural que nos entrará por las ventanas o terrazas, algo que en estos momentos agradeceremos más que nunca.
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