Cómo afecta el biberón, la lactancia materna y el chupete a la salud bucodental de los niños

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En cuanto empiezan a erupcionar los primeros dientes de leche, normalmente entre los seis y los ochos meses, es conveniente llevar a nuestro bebé a su primera visita con el odontopediatra para que nos confirme que todo marcha bien.

Si es así, las revisiones con el dentista las haremos de forma periódica hasta los seis años, aproximadamente, cuando los dientes de leche hayan comenzando a caer y sea necesaria una primera revisión con el ortodoncista para comprobar que no hay ningún problema bucodental que haya que corregir de forma precoz.

A pesar de la poca importancia que pueda darle mucha gente, mantener una correcta higiene y unos saludables hábitos bucodentales durante los primeros meses de vida de nuestros hijos puede prevenir la aparición de muchos problemas futuros.

Juan Carlos Pérez Varela, presidente la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO) insiste en la importancia de que los padres sigamos unas sencillas recomendaciones para evitar que ciertos hábitos infantiles desemboquen en una maloclusión en la etapa adulta.

Y entre estas recomendaciones estarían las que hacen referencia a la primera etapa de vida de nuestros hijos, y que están relacionadas con la lactancia materna, el biberón y el uso del chupete.

¿Cuándo retirar el chupete para evitar problemas bucodentales por un uso prolongado?

Lactancia materna, beneficiosa para la salud bucodental

lactancia materna

lactancia materna

Los beneficios de la lactancia materna son de sobra conocidos por todos, aunque quizá no todo el mundo sepa que entre las múltiples bondades que aporta la lactancia están también las relacionadas con la salud bucodental.

Según la SEDO, estos son los beneficios bucodentales que tiene el bebé que toma pecho:

  • La lactancia materna contribuye positivamente al desarrollo del aparato masticatorio

  • Evita, en gran medida, que se adquieran hábitos bucales prolongados que deforman la boca, como por ejemplo chuparse el dedo, un hábito que puede afectar al desarrollo de los huesos maxilares, la posición de los dientes permanentes y provocar mala oclusión.

  • Previene anomalías dentomaxilofaciales, pues se ha comprobado que la succión del pezón que hace el bebé resulta ser el mejor ejercicio para un correcto crecimiento y desarrollo de su boca y mandíbula.

  • Las investigaciones apuntan a que los niños a los que se les ha dado el pecho tienen posteriormente menos maloclusiones que los alimentados con biberón desde el principio, lo que se traduce en menos tratamientos de ortodoncia en un futuro.

Además, y según hemos visto también en otras ocasiones, es importante recalcar que no es cierto que la lactancia materna prolongada se asocie a la aparición de caries, sino que si éstas aparecen se deberá a un cúmulo de factores que nada tienen que ver con el hecho de tomar pecho.

Biberón, ¡cuidado con ciertos hábitos!

Biberon

Biberon

En caso de usar biberón, la SEDO recomienda que el bebé no se acostumbre a dormir con él, ni lo use como chupete, pues este hecho podría provocar la aparición de las llamadas «caries de biberón«.

Aunque ya hemos comentado anteriormente qué consejos podemos seguir para evitar las caries de biberón, la SEDO recomienda que si el bebé ya ha adquirido el hábito de dormirse succionando el biberón tratemos de limpiarle bien la boca y las encías después de la toma.

La lactancia materna prepara al niño para la masticación y beneficia su correcto desarrollo bucodental

Además, desde la Sociedad Española de Ortodoncia insisten en recordar que la mejor forma de prevenir desde muy temprana edad las anomalías dentomaxilofaciales es optando por la lactancia materna

«El amamantamiento es un estímulo que favorece al maxilar inferior en el llamado primer avance fisiológico de la oclusión. Por el contrario, con el biberón el niño no cierra los labios con tanta fuerza y éstos adoptan forma de «O», no se produce el vacío bucal, se dificulta la acción de la lengua (que se mueve hacia adelante contra la encía para regular el flujo excesivo de leche) y hay menor excitación de la musculatura bucal»

Chupete, fundamental retirarlo a tiempo

Se ha visto que, utilizado correctamente, el chupete tiene muchos beneficios para los bebés, ya que reduce la incidencia de muerte súbita del lactante, les aporta seguridad y confianza y les sirve de consuelo.

Sin embargo, los expertos también alertan de que la succión no nutritiva del chupete podría hacer que los dientes centrales inferiores se desviaran paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano pero en el maxilar superior, se separaran y sobresalieran hacia fuera.

Con el tiempo, los colmillos acabarían chocando entre sí, provocando que ambas filas de dientes no cerraran correctamente (lo que se conoce como «mordida abierta»). Además, la acción de succionar pondría en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, contribuirían a que las líneas superiores e inferiores perdieran su paralelismo, provocando la «mordida cruzada».

Chupete

Chupete

Para evitar la aparición de todos estos problemas, la SEDO recomienda que el tamaño del chupete se adecúe a la boca del bebé y que se abandone su uso antes de los dos o tres años, edad que sin embargo los pediatras adelantan a los 12 meses.

«Una mordida abierta provocada por el uso del chupete, podría corregirse si éste se retira a los dos años. Si no es así, la mordida abierta podría evolucionar a una mordida abierta esquelética, más grave y difícil de corregir» – recalcan desde la Sociedad Española de Ortodoncia.

Por eso, los expertos insisten en la importancia de hacer un estudio bucodental completo cuando el niño haya cumplido los seis o siete años, con el fin de valorar si se ha producido alguna de estas malformaciones y en caso afirmativo, buscar una solución inmediata antes de que los efectos se agraven:

«Una mordida cruzada no corregida, puede evolucionar en un crecimiento asimétrico de la cara. La deglución atípica no tratada a tiempo dará lugar a una mordida abierta difícil de corregir. La respiración bucal no corregida puede provocar una maloclusión grave en un futuro con un crecimiento vertical de la cara… Por eso desde las principales asociaciones ortodóncicas recomendamos estudiar y corregir de forma precoz»

Por tanto, una vez más insistimos en la importancia de inculcar unos correctos hábitos de salud bucodental desde la infancia, para prevenir problemas futuros, sin olvidarnos de llevar a nuestros hijos con frecuencia al odontopediatra que será quien mejor nos pueda aconsejar y guiar.

Fotos | iStock, Pixabay
Agradecimientos Asociación Española de Especialistas en Ortodoncia (AESOR)
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