Cinco signos precoces que pueden alertar de problemas visuales en los niños

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Los recién nacidos no ven prácticamente nada, ni tampoco son capaces de coordinar sus ojos para conseguir enfocar una imagen que puedan analizar. Su vista irá mejorando poco a poco, pero no será hasta los seis o siete años cuando se haya desarrollado por completo.

Durante este tiempo es fundamental prestar una especial atención a la salud visual de nuestros hijos, para que en caso de detectar cualquier problema, podamos corregirlo o rehabilitarlo a tiempo para que su visión llegue a su completo desarrollo. En este sentido, se hacen imprescindibles las revisiones periódicas con un profesional de la salud visual, así como permanecer alertas a cualquier signo que pueda indicarnos la existencia de alguna patología.

Gloria Hermida, optometrista comportamental y directora clínica del Centro de Optometría Comportamental San Francisco nos da las claves para detectar de forma precoz problemas visuales durante la infancia.

1) Tuerce el ojo

El signo más evidente y que, por tanto, antes se detecta son los ojos no alineados. El hecho de que el niño tuerza un ojo hacia dentro, hacia fuera o hacia arriba -lo que se conoce como estrabismo-, genera mucha preocupación en los padres y suele ser motivo frecuente de consulta en los primeros meses de vida.

Pero la experta nos recuerda que el estrabismo es normal en bebés por debajo de los seis meses, pues el cerebro está madurando y la visión se está entrenando. Sin embargo, si el bebé continuara haciéndolo a partir de esa edad, es importante llevarlo a una revisión para que el profesional nos indique qué hacer.

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2) Los ojos pican, están enrojecidos o lagrimean

Otro de los síntomas que deben alertarnos es que nuestro hijo se frote los ojos con frecuencia, lagrimee con facilidad, haga guiños fuertes y repetitivos o tenga los ojos rojos.

Gloria nos explica que estos síntomas podrían implicar un problema binocular, de enfoque, visión doble o problemas en la calidad lagrimal, entre otras patologías. Si estos síntomas no fueran ocasionados por un problema visual, deberemos consultar con el pediatra ya que podría deberse a otros factores psicológicos o físicos.

3) Dolores de cabeza

Durante la infancia, son varias las causas que puede haber detrás de un dolor de un cabeza, y los problemas de visión son una de ellas. Un problema de coordinación en los dos ojos o problemas de enfoque visual podrían provocar molestias que se intensifican a medida que avanza el día o el niño pasa más tiempo frente a las pantallas o los libros.

La experta nos explica que a menudo, estos dolores de cabeza a veces se confunden con migrañas y son tratados farmacológicamente, cuando el tratamiento adecuado sería una serie de sencillos ejercicios visuales que eliminarían el problema definitivamente.

4) Pérdida de atención a la hora de hacer tareas

A menudo, los padres y profesores de niños que presentan problemas de atención o evitan realizar sus tareas en cerca sospechan de TDA (trastorno de déficit de atención). Pero estos síntomas también son comunes a muchos problemas auditivos y visuales, de ahí la importancia de realizar una valoración en estos campos.

«Según el manual DSM que dicta los parámetros para diagnosticar el déficit de atención, no se puede diagnosticar un síndrome de déficit de atención si hay alteraciones sensoriales que puedan están causando o contribuyendo a las pérdidas de atención»

«Por tanto, lo primero es hacer una evaluación visual y/o auditiva, y si hay alteraciones sensoriales tratarlas y ver en qué porcentaje contribuían a los síntomas de pérdida de atención. Si por el contrario, el sistema visual y auditivo están funcionando correctamente, el profesional sanitario que se encarga del diagnóstico del TDA ya puede hacer un diagnóstico y tratamiento mucho más preciso» – nos aclara Gloria Hermida.

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5) Bajo rendimiento escolar

Y al hilo de lo anterior, si esa pérdida de atención no es valorada ni tratada podría acabar afectando al rendimiento escolar del niño, algo que comienza a apreciarse sobre todo en la etapa final de Educación Primaria e inicio de Secundaria.

«La clave para que los niños tengan un buen rendimiento escolar es que sus sistemas sensoriales y motores estén en un desarrollo óptimo en función de su edad. Así pues, si un niño tiene problemas para enfocar y ver las letras de forma nítida, es probable que comience a arrastrar problemas de lectura que se vayan complicando con la edad, acarreando altas probabilidades de fracaso escolar»

Por ello, una de las primeras cosas que debemos revisar si nuestro hijo comienza a mostrar un bajo rendimiento académico sin causa justificada, es su vista. Descartados los problemas en este campo, podría ser necesaria la intervención de otros profesionales como psicólogos, logopedas o fisioterapeutas para poner a punto los sistemas y habilidades que están funcionando por debajo de su potencial.

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La importancia de las revisiones visuales

problemas visuales

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Entre las revisiones realizadas por el pediatra y la enfermera en los Programas del Niño Sano destacan las enfocadas a detectar ciertos problemas visuales, como la ambliopía u ojo vago, el estrabismo, los problemas de coordinación visual o los de percepción visual, entre otros.

Sin embargo, puede haber otros problemas que se escapen en estas revisiones, así como signos que comiencen a manifestarse con la vuelta al cole. Y es que, según los expertos, durante el curso escolar es cuando se ponen de manifiesto algunos de los problemas visuales más frecuentes en la infancia, de ahí la importancia de realizar revisiones periódicas con el especialista.

«La detección precoz y tratar estos problemas visuales cuanto antes es un factor importante para no limitar el desarrollo general del niño. Pero esto no significa que haya una edad límite a la hora de corregir un problema visual funcional».

«Sin embargo, y aunque en cualquier momento se puede rehabilitar un sistema visual afectado, es preferible no dejarlo pasar si detectamos cualquier síntoma, ya que cuanto antes mejoremos las habilidades visuales del niño, menos impacto negativo tendrá en su vida diaria» – destaca Gloria Hermida.

Como en cualquier otro campo de la salud, la prevención de los problemas visuales mediante las revisiones periódicas es clave, así como seguir unos cuidados básicos que contribuyan a mantener los problemas de visión a raya.

Fotos | iStock

Agradecimientos | Gloria Hermida, directora clínica del Centro de Optometría Comportamental San Francisco

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