Con el estreno de su primer disco solista «Loyalty», el rapero neuquino Lil Troca, comienza a partir de ahora un periplo por escenarios nacionales acompañando en su gira a C.R.O, incluida una escala en Obras Sanitarias, coronando su propia función en el porteño La Trastienda donde armará un camarín a la vista del público desde donde rotarán los invitados para celebrar con él su historia con una cultura que define como «revolucionaria» y un vehículo para «contar lo que sentís sin tenerle miedo a nada».
Nacido en el 2002 bajo el nombre de Enzo Tomás Giménez, el cantante y compositor que logró grabar con algunos de sus raperos favoritos como el mexicano C-Kan sigue proyectándose dentro de la escena por su versatilidad y habilidad para las barras improvisadas, y por animarse a cruzar cada vez más diversos estilos musicales dentro de su propuesta, con el aporte de una nómina de productores y beatmakers de Argentina, Chile y España.
Lil Troca «02 Herencia»
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Entre los créditos de «Loyalty», aparecen nombres de productores argentinos, chilenos y españoles que van desde Alfredo Marz, Awesome Pierre, Mozart Musik hasta Lisan Beat y Nake, pero figura ninguna voz invitada: «Al tratarse de mi primer disco en solitario, no quise ningún ‘feat’. Quería que fuera algo más bien propio y que a la vez fuera un disco pensado para los shows en vivo. Tiene un montón de climas para tocarlo; algunos más de pogo y otros más emocionales», señaló el joven rapero, en diálogo con Télam, sobre esta placa donde conviven en su diverso viaje musical géneros como el rap, el trap, el drill y el techno.
«Traté de agregar los máximos ritmos posibles, porque tenía ganas de explorar y siempre estoy en constante crecimiento. Me paso casi todos los días en el estudio tratando de divertirme y evitando a hacer siempre la misma música porque me termino aburriendo», resumió sobre el abordaje de esta placa que se «retroalimentó» mucho a nivel musical de un viaje que hizo por España, invitado por su colega español Prok: «Me fui solo y estuve dos meses haciendo música; al primer mes ya tenía como veinte; la verdad es que fue increíble y muy lindo haber ido», apuntó.
«Yo al rap lo encontré en un momento en el que me habían pasado un par de cosas, como la muerte de mi papá. Era muy chiquito. Y como que estaba buscando una pasión en la que aferrarme y meterle a eso, y justo me encontré con el rap y fue algo muy orgánico.Lil Troca
Troca, quien girará con su amigo C.R.O hasta finales de octubre, tendrá su propia presentación oficial de «Loyalty» el 29 de noviembre en el porteño La Trastienda, donde, además, repasará algunas de sus grandes colaboraciones junto a potenciales invitados como Lucho SSJ, Franux, Falke y Bardero$ que lo acompañarán durante todo el show.
-Es conocida la historia de que fuiste vos quien terminó por influenciar a tu hermano Homer El Mero Mero, diez años mayor que vos, en su camino como rapero ¿Pero cuándo fue que apareció el rap en tu vida? ¿Es verdad que de muy niño ya les pedías a tus padres discos de rap estadounidense?
-Empecé a escuchar rap a los 10 años, primero por Eminem, 50 Cent y cosas como esas. Recién a los 12 conocí el freestyle y me volví loco; era un nene que estaba todo el tiempo intentando rimar, pero que apenas podía rimar algo. Al principio, Homer se me cagaba de risa. Yo llegaba vestido con ropa ancha y me decía «guarda que ahí viene Eminem». Como yo era el hermanito menor, lo molestaba todo el día. Le rapeaba y le pedía que me acompañara. Un par de veces me hizo la segunda y, de repente, empezó a escuchar rap y a meterse más en la cultura y se dio cuenta de que era algo grande.
-¿Y cómo era siendo tan chico encontrar a otros niños que estuvieran haciendo lo mismo en Cutral Co? ¿Tenías que viajar hasta la capital neuquina?
-Cuando empecé en mi ciudad era molestando a todos mis amigos, a mi hermano, a todos les pedía que rapearan conmigo porque no conocía a ningún otro rapero. Después con Homer fuimos viajando para la ciudad de Neuquén para rapear en plazas. Y entre los primeros raperos que conocimos estaban C.R.O, Chulu y Franky Style, con quienes armamos la M.D.B., nuestra crew. Estuvo bueno, porque empezó más que nada como un juego de nenes.
-En ese momento no había tampoco tantas referencias de grupos de rap argentino y menos que vinieran desde ciudades lejanas a la Capital ¿De qué manera te marcó ver tan de cerca esos primeros pasos de Bardero$, el grupo de Homer y C.R.O, y lo que pasó después cuando se instalaron en Buenos Aires?
-Para mí es una locura. Cuando empecé a rapear conocí el freestyle y lo que más quería era aprender a hacerlo bien. Cuando conocimos a los pibes, C.R.O ya hacía canciones. En una de esas, se pusieron a componer con Homer y así aparecieron los primeros temas de Bardero$. Las canciones de «Pure Drug» se grabaron en mi pieza, en mi casa. Yo viví toda esa primera etapa y me resultaba muy loco. Yo era muy chiquito, tenía 14 años y no me salía escribir canciones. Intentaba pero no se me ocurría nada. La primera canción que escribí fue «Lágrimas», la hice en apenas un día. Se la mostré a C.R.O y la grabamos juntos; el metió el estribillo. Al otro día vuelvo a Cutral Co y cuando llego a mi casa, él ya la había subido a internet. Era mi primera canción y la habían subido sin mi consentimiento (risas).
-¿A partir de ahí se destrabó algo y seguiste escribiendo?
-Sacamos esa primera canción y le empezó a ir re bien en reproducciones. La gente se volvió loca; no me conocía y de repente empezaron a escribir para pedirme más canciones. Yo ni sabía cómo es que había logrado escribir «Lágrimas». Estuve como todo un año yendo a la escuela cuando los pibes se vinieron a vivir a Buenos Aires. Me quedé solo en Cutral Co y empecé a escribir canciones. Me pasé todo un año escribiendo. De ahí salieron los temas de mi primer mixtape que fue «Nena Mala» de 2017. Estuvo muy bueno porque era yo intentando hacer música sin influencias de ningún tipo, siendo un nene de 16 años.
-En el 2020 llegó «La Fiesta es de Nosotros», el disco junto a Homer, C.R.O, Chulu y Franky Style
-Es un disco re importante que me encanta. Lo escucho y me vuelve loco. La verdad es que la MDB es mi familia, ni siquiera somos un grupo; nos conocemos desde hace tantos años, compartimos tantas cosas, vivimos juntos muchos viajes y vivencias y siempre vamos a estar unidos. Ahora estamos preparando un disco nuevo. Tenemos un par de temitas pero tenemos que completarlo. Grabamos algunas en una casa en Escobar y la pasamos increíble. Ahora estamos haciendo un par de descartes y queremos meter más porque sentimos que le falta un último toque. Con «La Fiesta es de Nosotros» dejamos la vara muy alta.
-Nunca tuviste problemas para saltar del rap al trap y hasta probarte con otros géneros como el R&B ¿Es un signo de esta época que no haya tantos prejuicios para mezclar géneros dentro del hip-hop?
-Yo creo que es todo parte de lo mismo: el rap y el trap son derivados de lo mismo y ambos cargan un mismo mensaje en algún momento, según lo que uno quiera contar. A mí lo que me pasa personalmente es que yo estoy todos los días en el estudio y no puedo grabar todos los días un tema de rap porque me termino aburriendo. Entonces, cualquier género que me surja hacer, lo hago. Sé que puedo meterme en uno y al otro día en otro, porque me gusta la música y estar todo el tiempo creando. Y no podría crear todo el tiempo lo mismo.
-¿Cuál es tu definición acerca de qué significa el hip-hop y los valores que representa?
-La cultura del hip-hop es revolución, es contar lo que sentís sin tenerle miedo a nada. Es ir para adelante. Yo al rap lo encontré en un momento en el que me habían pasado un par de cosas, como la muerte de mi papá. Era muy chiquito. Y como que estaba buscando una pasión en la que aferrarme y meterle a eso, y justo me encontré con el rap y fue algo muy orgánico. Tampoco busqué que pasara, simplemente me pasó. Cuando empecé a rapear no pude parar de rapear más hasta ahora, que sigo tratando de hacer cosas nuevas con el rap, y es algo que nunca deja de divertirme. Todo el tiempo encuentro cosas nuevas que me hacen que me divierta cada vez más. Yo solo creo eso, que está bueno que si la gente está pasando por un mal momento o algo, buscar una pasión, aunque no sea el rap, para enfocarte ahí está bueno.