Las empresas tech que quieren ganar el mercado de la seguridad en el hogar: Amazon, Google, Telefónica…

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Seguramente nadie podía prever que, cuando Amazon hace 25 años era llamada la ‘la librería de internet’ o Google eran solo un buscador, estas dos compañías se acabarían postulando para ser, además de otras muchas más cosas, la empresa a la que podríamos confiar la seguridad en nuestras casas.

Nunca ha sido tan sencillo como ahora y sobre todo tan económico armar un sistema de cámaras, sensores o alarmas en nuestros domicilios. Aunque que nunca haya sido tan fácil no evita que no exista cierto nivel de dificultad. Hace falta conseguir los gadgets adecuados, configurarlos adecuadamente y colocarlos en los puntos estratégicos para que nos sean realmente útiles y, sobre todo, no nos estén lanzando alarmas cada vez que nuestro gato se pasea por el sofá.

Las grandes tecnológicas y las telecos han entrado de lleno en el mercado de la seguridad hogareña dentro del campo de la domótica y el IoT en los últimos meses. Pero lo están haciendo de distintas formas. Amazon y Google han pasado de vender sus propios gadgets, cuyo centro radica en sus altavoces inteligentes, a empezar a asomar la patita con ofertas de suscripción más avanzadas que por ejemplo nos permiten tener un histórico de vídeos, alarmas más inteligentes, o avisos sincronizados con nuestros móviles si, por ejemplo, salimos de casa sin habernos acordado de activar la alarma.

Por su parte, Telefónica ya ha entrado en el sector de pleno tras adquirir el 50% del negocio de alarmas de Prosegur, mientras que de forma más reciente Vodafone y Securitas Direct también han acordado una alianza que en su caso será solo comercial, no accionarial.

El objetivo en cualquier caso es el mismo: añadir la seguridad a la capa de servicios cada vez más amplio que ofrecen, obtener nuevos parámetros de datos de sus usuarios y entrar en un mercado al alza. “En España apenas hay una penetración del 8% en alarmas y sistemas de seguridad en los hogares, frente al 20% del norte de Europa o el 25% de Estados Unidos. Y todo está yendo al alza a raíz del confinamiento y la preocupación sobre la ocupación”, comentan fuentes del sector.

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¿Qué tal contratar canales y fibra y por unos euros más al mes contar con un sistema de alarma y vigilancia? ¿O sincronizar Alexa con los dispositivos que bajo el paraguas de Amazon pueden detectar si se ha oído un ruido extraño?

En las siguientes líneas exploraremos qué estrategia están siguiendo cada uno de los actores implicados, qué están ofreciendo ahora mismo y también qué implicaciones tienen en cuanto a privacidad de datos.

De gadgets al Netflix de la seguridad: Qué ofrecen Amazon, Google o Telefónica en la vigilancia del hogar

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Desde hace años es habitual encontrar en Amazon y otros marketplaces decenas de opciones para adquirir webcams o sensores de movimiento a bajo precio. Ring (propiedad de Amazon), Nest (Google) o Arlo han dinamizado este sector, a menudo con propuestas que van desde un precio-medio alto, y al que también se han sumado otros fabricantes como Xiaomi, Logitech o TP-Link.

Sin embargo, en los últimos tiempos el sector está virando hacia las opciones de suscripción mensual, muchas veces sin permanencia. “Se ha pasado de ser un segmento muy enfocado en usuarios que podríamos definir como de cierto poder adquisitivo a abrirse a todo el mundo gracias a las soluciones IoT.”, comenta José González Osma, director de la Unidad de Negocio Residencial de la multinacional norteamericana Johnson Controls. Como resultado, la oferta está virando desde unas tarifas que solían ser anuales a precios mensuales bajo suscripción sin permanencia que ya están explorando Amazon, Telefónica Prosegur Alarmas o Google.

En su opinión, la llegada de las tecnológicas y las telecos a este sector era algo previsible. “Son empresas muy capilares que van adhiriéndose a todos los segmentos que pueden. Con la llegada de los altavoces inteligentes en los últimos años todas las empresas de seguridad han tenido que adaptarse con compatibilidades, y ahora mismo podemos decir que todos los grandes actores de la seguridad están en conversaciones más o menos avanzadas con tecnológicas. Es un proceso que puede abrir tanto grandes posibilidades como debilidades para las compañías más convencionales”, contextualiza.

Amazon y Google están empezando a ofrecer sistemas de seguridad extra por suscripción además de sus dispositivos

Pero volvamos al meollo: ¿Qué han hecho y qué están ofreciendo las big-tech ahora mismo?

Amazon entró con fuerza en este negocio con la compra en 2018 de Ring, empresa que comercializa videoporteros, cámaras de seguridad, sensores y diversos gadgets. Y justo un año antes, había hecho lo mismo con Blink, también especializada en timbres inteligentes.

Su oferta ha ido avanzando, lanzando cada vez más dispositivos conectados con Alexa, el último de ellos y seguramente más asombroso, una propuesta de un dron que vuela por dentro de nuestras casas cual personal de seguridad, por ahora solo disponible en Estados Unidos. Que este dron solo sea apto para volar dentro de nuestra propiedad es importante en materia de legislación, más adelante ahondaremos en ello. Amazon ofrece además un servicio por el cual, con la compra de paquetes de dispositivos desde los 200 a los 800 euros aproximadamente, un experto acude a tu casa a configurarlos.

A ello ha ido sumando servicios añadidos que empiezan a asomar la nariz también en España. Con los dispositivos de Ring se pueden contratar los planes de ‘Ring Protect’ que desde 3 euros a 10 euros al mes ofrecen almacenamiento de vídeo para consultar o lo que denominan ‘Vigilancia Asistida’, que no obstante no conecta con ningún vigilante profesional, sino que llama a tus contactos de emergencia en caso de algún problema.

Esta oferta se complementará pronto con Alexa Guard Plus, otra suscripción que hará que por ejemplo podamos configurar Amazon Echo para que emita ladridos en caso de que no estemos en casa y detecte sonidos extraños o ruido de ambiente para hacer creer a los cacos que hay alguien en el hogar.

En el caso de Google, su pata en la domótica y en la seguridad en el hogar va ligada con la compra de Nest ya en 2014 por 3.200 millones de dólares, entonces su segunda adquisición más cara.

Los dispositivos Nest, protagonizados por sus cuidados termostatos, se habían ganado una buena fama en materia de privacidad y calidad, y mantuvo cierta independencia como firma hasta el año pasado, momento en el que Google integró Nest dentro de su ecosistema completamente, obligando a sus usuarios a migrar a una cuenta Google para mantener la conectividad de su smart-home.

Desde entonces los dispositivos de Nest -que incluyen timbres, sensores, cámaras y altavoces como vía de entrada equiparables a los Google Home- están disponibles dentro de la tienda de Google, en la que también se ofrece su servicio de suscripción ‘Nest Aware’ que permite por 5 o 10 euros al mes acceder al historial de vídeo o sistemas para que la grabación se active en función de horarios o alertas que configuremos.

Google se ha unido con ADT

Pero el gran salto de Google dentro de la seguridad en el hogar se dio este año con su entrada con el 6% de las acciones en ADT, una de las marcas punteras en todo el mundo en instalación de alarmas. Con ello, Google entra en el mercado de la mano de un partner asentado que además ahora ofrecerá los ecosistemas Nest para sus clientes. Eso sí, por ahora esta unión no se ha concretado en una oferta que los consumidores podamos probar todavía.

En España, Telefónica ya está ofreciendo sus sistemas con Prosegur y Vodafone y Securitas Direct se han aliado

En el plano local, Telefónica ha optado por una estrategia similar a la de Google y ADT en España con su alianza con Prosegur, uno de los líderes del sector también en América Latina. Tras un desembolso de 300 millones de euros por hacerse con la mitad de la división de Alarmas de la compañía, la marca resultante, Movistar Prosegur Alarmas, ya está ofreciendo sus productos.

Esta se centra de nuevo en un modelo de suscripción mensual sin permanencia que parte de los 39,90 euros al mes y que también ofrece la opción de que un vigilante acuda a tu casa en caso de emergencia.

La oferta de Movistar y Prosegur se asemeja más a lo que entendemos por una empresa de alarmas de toda la vida, donde además de sensores, cámaras, porteros o detectores, hay teclado de mandos, paneles de comunicación, un SAI por si se produce un corte de luz y la clásica placa disuasoria.

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La apuesta de la teleco está entroncada con su política de diversificación de servicios y la posibilidad de que todo este entorno de seguridad sea operable desde Aura, Movistar Home y su apuesta por la denominada ‘Cuarta Plataforma’. De hecho, ya se ofrece su servicio de alarmas dentro de su oferta de Movistar Hogar junto con la televisión de pago o la conexión a internet.

Esta diferencia fundamental entre lo que por ahora ofrecer las tecnológicas norteamericanas y las empresas de seguridad que se han aliado con telecos es lo que remarcan de forma clara cuando preguntamos al líder del sector en el país, Securitas Direct, que acaba de aliarse con Vodafone aunque solo de forma comercial.

Fuentes de la compañía explican que sus servicios “no consisten en un aparato que el usuario se autogestiona, sino en un servicio integral de protección, regulado por el Ministerio del Interior, con personal especializado velando 24/7 por la seguridad de las personas, y que está conectado con los servicios de emergencia y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en caso de que sea necesario”, recalcando en varias ocasiones la diferenciación de este “factor humano”.

Un nuevo mercado de datos, en el que si no puedo entrar, me alío

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¿Pero por qué las tecnológicas han hecho esta apuesta tan fuerte por el sector de la seguridad en el hogar? La respuesta resulta evidente para cualquier lector de Xataka: la obtención de una nueva vía de acumulación de datos integrada dentro de su apuesta IoT y la colocación en el mercado de sus propios dispositivos.

Paloma Llaneza es abogada, especialista en privacidad online y autora de ‘Datanomics’, libro que divulga la importancia de la captación y el mercadeo que se producen con todos los datos que ofrecemos por medio del uso de la tecnología.

“Ya no estamos hablado solo de datos sino de una ‘fisicalidad’ de internet, lo que antes se llamaba domótica no es ni más ni menos que una red y a partir de ahí es manejable con una sola app”

En su opinión, “era evidente que tarde o temprano iban a entrar estas empresas en este mercado. Estaban preparando el terreno para ello con sus altavoces”. Llaneza pone sobre la mesa el concepto de “sensorización de la realidad”, la apuesta de las tecnológicas por tener en un momento dado registro de muchos más aspectos de la vida de sus usuarios, como su horario de trabajo cuando activan o desactivan una alarma, o los datos de salud que ya se han abierto otra vía con dispositivos como Fitbit, los registros de Apple Watch y sus innumerables homólogos.

“Ya no estamos hablado solo de datos sino de una ‘fisicalidad’ de internet, lo que antes se llamaba domótica no es ni más ni menos que una red y a partir de ahí es manejable con una sola app”, comenta.

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Pese a esto, Llaneza remarca que “hay muchas maneras de poner coto a los datos que ofrecemos”, como prefiriendo los sensores sobre las cámaras de seguridad, o asegurarse de que las configuraciones sean solo de transmisión, y no de almacenamiento de estos vídeos, algo que va en línea con los códigos de buenas prácticas en privacidad o el GDPR que exigen a las empresas que solo guarden los datos que sean imprescindibles.

Juan Carrasco Linares es Socio del Área de Tecnología y Privacidad de Santiago Mediano Abogados, y con él ahondamos un poco más en materia de legislación. “En España está muy regulado las empresas que pueden o no pueden prestar servicios de seguridad, que deben estar en un registro del Ministerio del Interior”.

A nivel legal, hay que diferenciar entre las grabaciones domésticas y las que tomamos fuera de nuestro domicilio

Esto explica que “Google o Telefónica hayan trabajado por crear alianzas con partners que ya tienen estas licencias”, y también matiza algunos detalles importantes en cuanto al uso de cámaras.

“Debemos diferenciar entre las imágenes que grabamos dentro del ámbito doméstico o el interior de nuestras casas y las del exterior de nuestra propiedad. Cuando las grabaciones son tomadas por una compañía que presta estos servicios son ellos los que quedan obligados al cumplimiento de la normativa de protección de datos, y deben destruir las imágenes en un plazo de 30 días”, explica Carrasco.

Esto atañe especialmente al uso de cámaras como los que ofrecen Amazon y otros fabricantes, que con la ley en la mano, solo podrían estar instaladas en el interior de nuestra casa, además de tomar otras medidas como avisar de su presencia si por ejemplo “tenemos personal contratado para ayudar en las tareas del hogar, cuidadores de dependientes y otras casuísticas similares”, explica el abogado.

Carrasco también recalca que “el usuario siempre tiene que estar al tanto e informado de saber cómo activar o desactivar todas las funciones que atañen a su privacidad, tener un control al 100% de estos aspectos”.

Google metió un micrófono en su dispositivo de seguridad Nest Secure, el problema es que nunca se lo dijo a sus usuarios

El aspecto de la privacidad y la actitud de las tecnológicas sobre estos nuevos dispositivos ya ha salido a la palestra. En 2019 Google no informó a sus usuarios que su sistema Nest Secure incluía un micrófono que estaba ya integrado en previsión de futuras actualizaciones. Y la subsidiaria de Amazon, Ring, también fue cazada compartiendo imágenes sin cifrar a sus desarrolladores para que implementaran mejoras en el reconocimiento de alertas después de que tener problemas porque las alarmas se activaban con ruidos generados por mascotas o bebés.

Un sector en alza desde la pandemia y casi obligado a la integración

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Lo que parece claro, es que las big-tech han llegado para quedarse. “La colaboración de tecnológicas y empresas de seguridad abre muchas oportunidades, pero también retos para el sector. Llevamos años caminando hacia la integración. La tecnología cloud ha abaratado los costes de forma portentosa frente a antes cuando había cuartos de vídeo, y parece evidente por todo ello que ambos sectores estaban destinados a encontrarse”, comenta González Osma de Johnson Controls, que piensa que también existe el riesgo de que las tecnológicas intenten copar el nicho de mercado con sus dispositivos.

Otro aspecto en el que también coinciden todas las fuentes del sector es que está en alza, y que al contrario de muchos otros mercados, este 2020 les ha sentado bien. “2020 está siendo un año de buenas perspectivas por el aumento de la concienciación respecto a necesidades de protección. Además de una mayor necesidad de seguridad en las segundas residencias, fruto del cambio de urbanismo que ha conllevado un mayor fomento del teletrabajo”, señalan fuentes de Securitas Direct.

Un mensaje que también refuerza González Osma: “El confinamiento y las noticias sobre okupaciones han hecho que crezca el interés, a lo que se suma el abaratamiento de costes. Si tenemos en cuenta además que España es un país que hasta ahora tenía muy poca penetración en materia de alarmas, el potencial de crecimiento es enorme”.